El presidente Alberto Fernández aseguró este mediodía que "desde que volvieron las clases, la curva de contagios ascendió precipitadamente".
"Fue una reunión que se extendió por más de una hora y él planteó sus preocupaciones, sus miradas sobre el presente y también pudo escuchar la mirada que yo tengo y las razones por las que tomamos las razones que tomamos", sostuvo el mandatario en conferencia de prensa.
Tras reunirse con el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, agregó: "Le explicó algo que francamente siento y que es que todos queremos que se vuelva a la presencialidad educativa rápidamente. Los datos científicos muestran que los contagios no se dan en los colegios, pero que detrás de la presencialidad se genera un movimiento social que hace que aumente la movilidad ciudadana".
"El riesgo de contagio crece. Desde el día en que volvieron las clases, la curva de contagios ascendió precipitadamente", remarcó. Y añadió: "En la Ciudad el mayor incremento de casos se dio en personas de entre 9 y 19 años. El crecimiento de la curva es exponencial".
También señaló que en el distrito se superó "largamente el pico" que se había registrado en 2020 y advirtió por el aumento del número de muertes por coronavirus.
"Sólo reduciendo la circulación y el contacto humano podemos contener el número de contagios. Es evidente que tenemos un nivel de saturación de camas en la Ciudad realmente preocupante", destacó.
Al defender las restricciones impuestas en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), Alberto Fernández indicó que el objetivo es "reducir drásticamente la circulación" para "dar tiempo al sistema sanitario de la Ciudad para que vaya liberando camas de otras patologías y ponerlas para la atención exclusiva de enfermos de COVID".
"Ninguno de nosotros quisiera frenar la presencialidad, pero no podemos no hacerlo en las condiciones en las que estamos. No podemos. He estudiado cómo es el movimiento que genera en cada sociedad la puesta en marcha de la educación presencial y es francamente alarmante: se mueven alumnos, docentes, no docentes, transportistas, padres y madres", fundamentó.
Y agregó: "Entiendo la preocupación del jefe de Gobierno, pero yo tengo una responsabilidad y la voy a hacer cumplir. Esto no es un acto de altanería ni de prepotencia. Tuvimos una buena charla, de mucho respeto y con vocación de encontrar salidas".
En ese sentido, definió al AMBA como el "foco infeccioso más claro que tiene la Argentina".
"Invité al jefe de Gobierno a seguir trabajando juntos. Sé que no está de acuerdo con la medida que tomé en materia de escolaridad. Lo invité a que trabajemos juntos. Aspiro a que podamos hacerlo y mi vocación para hacerlo es absoluta. Me puede atribuir cualquier cosa menos que no tengo vocación de acuerdo", manifestó.
De todos modos, aclaró que se mantendrán las restricciones: "Vamos a seguir adelante con el decreto que hemos puesto en marcha. Hemos hablado de coordinar el trabajo conjunto de las fuerzas federales con las de la Ciudad y vamos a hacer un seguimiento conjunto de cómo las camas se van liberando y se va aflojando la tensión que hay en el sistema hospitalario".
"Vamos a recuperar el diálogo para estar muy encima en el día a día de lo que nos está pasando. Mucha tranquilidad. Mucha certeza de que estamos haciendo lo que corresponde. No son medidas antojadizas ni improvisadas. Tienen que ver con el rigor de las estadísticas, de mostrar los cuadros de lo que está pasando", subrayó.
Al ser consultado sobre si consideraba que el líder del PRO, Mauricio Macri, tenía injerencia sobre Rodríguez Larreta, el jefe de Estado respondió: "Le transmití mi decepción de sentir que estaba negociando en una mesa con él y en otra mesa estaban firmando algo distinto. Quiero mirar para adelante. No quiero que vuelva a ocurrir y voy a trabajar para eso".
Y concluyó: "Quisiera poder hablar con el que gobierna de la oposición y quedarme tranquilo que esa es la posición que se toma y se respeta".
"Si Macri puede ayudarme a conseguir vacunas, bienvenido sea", planteó.
Fuente: Noticias Argentinas