La única variación sobre los múltiples conflictos y problemas que contamos todos los días, es que escalan. Se agravan.
Primero: a esta altura no se entiende cómo todavía no renunciaron el Secretario de Inteligencia y el ministro de seguridad. No dejan de surgir más y más datos graves sobre el piloto iraní y sobre la verdadera causa de la llegada del avión sospechoso que nuestro país durante al menos cuatro días dejó volar a sus anchas. Ahora, además de fotos de misiles, consignas anti israelíes e imágenes que prueban su pertenencia al grupo Al Quds considerado terrorista por Estados Unidos se suma un durísimo comunicado de Israel que afirma que “en el avión que aterrizó en Argentina, se encontraban iraníes involucrados de forma directa en el tráfico de armas a Siria y a la organización terrorista Hezbollah del Líbano”. Incluso, -sigue el comunicado- que “el capitán del avión es un alto ejecutivo de la empresa aérea iraní Qeshm Fars Air”, también vinculada con actividades terroristas. Esta advertencia llegó a través de las sedes diplomáticas de ese país en Uruguay y Paraguay donde también se abrió una causa penal. Ojalá fuera solamente el papelón de la explicación ridícula del jefe de inteligencia cuando afirmó que los iraníes eran instructores de vuelo. No sólo el jefe de inteligencia ofendió la inteligencia de todos, sino que sospechosamente tomó la versión de los tripulantes como si fuera su defensor o justificador y no tuviera como misión recabar en forma exhaustiva y agotar todo indicio que pudiera poner al país en peligro. Sobre Aníbal Fernandez qué decir: otra de las personas que debería cuidarnos produjo argumentos en la cara de todos los argentinos o le preocupaban más los iraníes que todos nosotros. ¿Se acuerdan que el piloto era homónimo de un terrorista? Parece que no es ningún homónimo. Tenemos un gobierno que nos pone en peligro. Aparecen justamente en este escenario los mismos jugadores de aquél espurio pacto con Irán, que también tenía a Venezuela en el medio. A aquél pacto lo declaró inconstitucional la Corte Suprema, pero el pacto implícito, quién puede dudarlo, sigue.
En estas horas, el canciller Santiago Cafiero, fue quien no avaló la teoría de los instructores de vuelo en declaraciones realizadas en los Estados Unidos. Dijo que “el gobierno va a hacer lo que la justicia determine”. La fractura y las contradicciones en la administración es tal que luego de que una parte del gobierno, deje zonas liberadas para un avión con vínculos terroristas, otra se hace la distraída como si no fueran responsables de las consecuencias de esos desaguisados.
No sólo en el plano de seguridad exterior el país vuelve a sentirse a la intemperie. La crisis del gasoil ya deriva en protestas y enfrentamientos, impide la producción normal, y el sustento que su actividad significa para miles de trabajadores. El presidente tiene el tupé de decir que la economía vuela pero su gobierno de inútiles no puede resolver que en un país rico en recursos enérgeticos, los camioneros no puedan cargar combustible.
Ocurren paradojas y contradicciones que multiplican la injusticia en todo sentido. Días pasados un instituto educativo de Villa Fiorito, en Lomas de Zamora, sufrió un ataque tipo piraña y a los estudiantes hasta les gatillaron en la cabeza. Adivinen a quiénes persiguió la policia. ¿A los delincuentes? NO. Increíblemente reprimieron a los docentes y alumnos que pedían seguridad en las calles. Como cuando mataron al kioskero de Ramos Mejia y se la agarraron con los vecinos. Para eso sí había presencia policial. Por la represión los docentes declararon un paro de 24 horas para este jueves. Pensar que hace sólo unos días Cristina Kirchner se sentaba en el plenario de Ctera a pontificar sobre economía y el problema que tenían era Macri, no la inseguridad, ni los paupérrimos resultados de lo que aprenden los chicos en las escuelas. ¿Les importa a los líderes sindicales lo que realmente les pasa a sus representados en la vida real?
Eso podría trasladarse a todos los campos. En un país donde trabajar ya no alcanza para dejar de ser pobre, la mitad de los asalariados en blanco gana menos de lo que necesita una familia para no caer en la pobreza. Qué decir de los que sobreviven en la informalidad. Mientras tanto, en el poder la guerra es por el gerenciamiento de la pobreza. Quién reparte los planes, quién se queda con los clientes cautivos del mercado de la miseria. Y hacerlo con tiempo para las elecciones.
Si a todas estas variables se le suma la falta de confianza que convierte al país en un paria financiero a nivel mundial, y ya vuelve dudoso hasta su último recurso que es el mercado de deuda en pesos, lo que se ve desde el drone,
es un tablero de control desmantelado del que sale humo mientras los responsables se sacan los ojos por las migajas del poder para nada que supieron conseguir. Bueno, para nada no, en lo que no fallan, es en criticar al unísono a la corte suprema o a cualquier juez que se atreva a pedir que la señora Kirchner rinda cuentas ante la justicia como cualquier hijo de vecino. Cuando falta un año y medio para que termine el mandato de Alberto Fernandez, lo único que vuela, parafraseando a presidente, es la crisis.
Jueves, 23 Junio 2022 10:14
"El Presidente dice que la economía vuela pero su gobierno no puede ni garantizar que los camiones carguen combustible"
Volvé a escuchar el comentario editorial de hoy de Cristina Pérez.
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