Los mejores pronósticos anticipan un final de año con 60 % de inflación, pero anualizado la cuenta que nadie quiere mirar puede llegar al 80 %. Eso no redunda en que prime la austeridad, ni en que abunden los ejemplos. Seguirán con el garrote dándole al productor o al almacenero, acusando a quien tengan a mano por la suba de precios, mientras el impuesto de guante blanco se recauda sin vueltas y sin pausa, y el estado que te ajusta no se ajusta, sino que festeja con la caja. Seguramente ni los nombramientos, ni los bonos festejo, por su monto, alcanzarían para cambiar la situación de los abuelos, pero por lo menos den el ejemplo, hagan ustedes algún esfuerzo, valoren los fondos que produce un país desangrado, simulen, aunque sea, que les duele un poco el sufrimiento. Festejan con nombramientos, con la de los abuelos.
Viernes, 06 Mayo 2022 11:27
"Festejan con nombramientos en la Anses, con la de los abuelos"
Volvé a escuchar el comentario editorial de hoy de Cristina Pérez.
En un país donde la palabra injusticia puede explicarse con el monto de la jubilación mínima, el organismo que administra los recursos de la seguridad social se vuelve noticia por repartir un bono de 20 mil pesos a sus empleados mientras nombra a 1000 más en planta permanente para festejar así el aniversario de la Anses. Mientras los jubilados de hasta dos mínimas porque para el resto no alcanza, le están pidiendo ayuda a los nietos para averiguar con angustia si están incluidos entre los que cobrarán el bono del gobierno, accediendo a un monto menor de 18 mil pesos y que no percibirán todo junto sino en dos veces, ellos reparten un bono aniversario y cargos permanentes.
Con la mínima que es de 32.630 pesos los jubilados no sólo vienen perdiendo ante la inflación. Si no los ayuda alguien de su familia pierden contra la indigencia. Es imposible vivir dignamente con ese dinero luego de haber trabajado toda la vida. Tendrán que esperar hasta junio para otra actualización, porque decir aumento es un engaño, pero para entonces la inflación ya habrá hecho estragos. Los dos bonos que llegarán a los abuelos intentan ser un paliativo, pero no se incluyen en cifras remunerativas, que puedan computarse en el aguinaldo. Sí son el reconocimiento de una crisis imparable que no deja de producir bofetadas, pero que no saben, no quieren o no pueden parar.
Cuando hacen sendos actos para anunciar la ayuda extra como si fueran beneficios otorgados por seres magnánimos uno se pregunta si ya que llegamos hasta acá, y no pueden administrar el dinero como para que no deje de valer, al menos no podrían tener la discreción de no usar ese padecimiento para sacar rédito político con las migajas. Por otro lado, ni siquiera es un aumento, ni llega a empatar el ritmo de los precios, como para intentar llamarlo actualización. En este contexto, las noticias sobre nombramientos en la Anses o contrataciones en el Pami -ambos con sendas cajas y ambos conducidos por La Cámpora-, son un reflejo de la apropiación del estado y de la irresponsabilidad fiscal. Según consigna el periodista Francisco Olivera entre ambos organismos las erogaciones para el bono festejo de la ANSES y los adicionales del PAMI costarán a los argentinos 260 millones de pesos.
Seguramente de esto no hablará Cristina, para quien la austeridad del estado es una aberración del neoliberalismo y no la otra cara de un proceso inflacionario espoleado por una emisión sin control. Los que saben explican que la aceleración de la escalada de los precios en el primer trimestre se explica en gran parte en aquella fiesta del plan platita que no les permitió siquiera ganar las elecciones. Encima, el mismo gobierno que no soluciona la inflación, gracias a ella recauda más impuestos, porque ya sabemos que ellos nunca salen perdiendo. En el fondo, por el perverso poder de licuar gastos y generarles aumento de la recaudación, en realidad son enamorados de la inflación.
Lo dicen poco porque no quieren que la gente se de cuenta, o que el que ya lo sabe lo recuerde: la inflación es un impuesto, el más injusto de todos, porque afecta más a los que menos tienen, a los que más parte de sus ingresos gastan en alimentos, rubro que además promete un pico insoportable que superaría de nuevo el 7% en la próxima medición. Sin embargo, tampoco escucharemos un anuncio donde a los alimentos les eliminen el IVA. El Iva, clink caja.
La inflación es en realidad, puro empobrecimiento y a este ritmo empuja por el acantilado de la indigencia incluso a los que trabajan. La desazón es doble: la plata no alcanza y el esfuerzo no vale porque ni trabajar alcanza para no ser pobre.
ESCRITO POR
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