La historia de Lara Arreguiz, de 22 años, conmueve al país. Empezó con los síntomas el jueves 13 de mayo y murió el viernes 21 en el viejo Hospital Iturraspe. Vivía en la ciudad de Esperanza, donde estudiaba veterinaria y era paciente de riesgo. Desde los 10 años era insulino dependiente. Su madre, Claudia Sánchez, vivió toda la situación y la relató en “Crónica de una tarde anunciada”.
Cuando comenzó con tos, su mamá la llevó al hospital. “Se hizo la placa y nos dijeron que era positivo, que volvamos a nuestra casa porque no estaba crítica pero que la teníamos que controlar”, contó.
Sin embargo, tuvieron que volver porque no había mejoría a pesar de recibir antibióticos. Cuando volvieron al nosocomio, ante la espera, Sánchez relató que Lara tenía la necesidad de acostarse porque se sentía lugar. Pidió una camilla que había en un pasillo pero se la negaron. “Se recostó en el piso, le pusimos una campera y un bolso. Esa es la foto que dio vuelta por todos lados”, dijo.
Después de esperar por varias horas una cama y de traslados, llegó a terapia intensiva en el viejo Hospital Iturraspe. El diagnóstico no mejoró y falleció.
“Me molesta que el director del lugar diga que lo que cuento es mentira. Yo entiendo que el hospital estaba colapsado pero ninguno estaba en la situación de mi hija. No le dieron una camilla”, denunció la madre.