Una mezquita que albergaba a 80 civiles, entre adultos y niños, fue bombardeada en Mariúpol, un puerto del sureste de Ucrania donde miles de personas están sitiadas desde hace días, según informó este sábado el Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano.
«La mezquita del sultán Solimán el Magnífico y su esposa Roxolana en Mariúpol fue bombardeada por los invasores rusos», dijo el ministerio en Twitter. Y añadió que "más de 80 adultos y niños están refugiados allí, incluidos ciudadanos turcos».
La ciudad sufre un asedio devastador desde hace varios días. Los habitantes, atrincherados en sótanos, están incomunicados, sin agua, gas o electricidad e incluso se pelean para conseguir alimentos. Es una situación «casi desesperada», advirtieron desde Médicos Sin Fronteras (MSF).
«Mariúpol es ahora la peor catástrofe humanitaria del planeta», con «1.582 civiles muertos en 12 días», dijo el viernes el jefe de la diplomacia ucraniana, Dmitro Kuleba.
Vale recordar que un hospital infantil y una maternidad fueron atacados el miércoles, matando a tres personas e hiriendo a muchas otras, lo que provocó un fuerte repudio internacional.
Rusia no cesa su ofensiva militar a pesar de las negociaciones diplomáticas y avanza sobre Kiev
La columna de blindados rusos que avanza hacia la capital ucraniana parecen haber cambiado de estrategia pues ahora se las ve más dispersas y en grupos pequeños, o ubicados en puntos estratégicos al norte y oeste de Kiev.
Algunos vehículos están escondidos en el bosque y las fuerzas rusas se hallan en posición de tiro, informa en directo desde la zona de hostilidades el canal France 24.
Las fuerzas rusas están distribuidas en derredor de Kiev, en varios frentes. Incluso estarían reforzando el control, en tanto que se producen combates en la periferia.
Mientras las autoridades ucranianas instan a abandonar el país, en cinco días los tanques rusos han avanzado 80 kilómetros; en la capital, se preparan para un asalto desde todos los frentes, pese a que la mitad de la población ha dejado la ciudad.
La gente se reparte en huir cruzando el río sin saber a dónde ir y después de recibir una bendición o bien en plantar la resistencia sabiendo que solamente pueden combatir a fuerzas de tierra con 26 fusiles Kalashnikov, según confesó un voluntario para la defensa al canal francés.
Los combates se producen en otras ciudades, en particular en Brovary que es un paso importante hacia la capital.