Ignacio tenía 28 años cuando decidió terminar con su vida el 18 de marzo del 2020. Dejó cuatro cartas a sus seres queridos. Desde Londres, Jess Browne compartió su dolor en sus redes sociales, en su cuenta “Empesares”. De esa forma detectó que podía ayudar a prevenir a personas o a familias que estaban transitando por lo mismo.
“Cuando vi el impacto que empezó a tener en la gente, me di cuenta que si podía escribir con palabras simples, sería egoísta guardar una experiencia que podría ayudar a otro. Es una manera de que lo que le pasó a mi hijo sirva para algo”, declaró la madre del joven.
Browne contó que Ignacio tenía herramientas para que su familia lo asista. Sin embargo, no brindó señales. Cuando sucedió la muerte, estaban en diferentes lugares y ella no pudo viajar para verlo. “Los dos primeros meses los tengo borrados, no recuerdo el entierro que fue por Zoom”, reveló.
“Decidí que no iba a morirme con él. Mi desafío más grande es aceptar la decisión, no compartirla”, declaró.