La emoción: el gran poder tras las apuestas
Las emociones juegan un papel crucial a la hora de incentivar las apuestas deportivas Las personas sentimos emociones, es inevitable, y eso influye notablemente en nuestro comportamiento. Las emociones positivas, como la euforia de ganar, pueden ser extremadamente gratificantes y llevar a los jugadores a repetir la experiencia en busca de tener de nuevo esa misma sensación. Ahora bien, también hay emociones negativas que influyen en los jugadores, creando una espiral de pesimismo que les lleva a la desesperación y a cometer errores.
La sensación de ganar una apuesta puede ser increíblemente eufórica. Esta emoción está vinculada a la liberación de dopamina en el cerebro, una sustancia química que provoca sensaciones de placer y recompensa, además de llevar a cabo otras labores relacionadas con la motricidad. La mayor presencia de esta sustancia puede favorecer el afán por querer apostar más. Sin embargo, las derrotas pueden generar una sensación de temor o ansiedad.
Este choque de sentimientos puede generar una auténtica montaña rusa de emociones en los jugadores con poca experiencia. Muchos se dejan llevar por la alegría, cometen errores y empiezan a frustrarse con las pérdidas, buscando recuperarlas rápidamente. Eso suele traer muy malos resultados, y es por lo que siempre se recomienda controlar el juego y, sobre todo, apostar siguiendo alguna estrategia.
Ilusión de control y exceso de confianza: dos claves en el juego
Hemos hablado de las emociones, pero también hay dos conceptos de la psicología que están muy presentes en el juego: la ilusión de control y el exceso de confianza. Son conceptos que se manifiestan en todas las personas y pueden llevar a una toma de decisiones irracional, impulsiva y carente de una base sólida.
El primer concepto, la ilusión de control, hace referencia a cuando un jugador cree erróneamente que puede influir en los resultados. La realidad es que son meramente aleatorios, como sucede con otros juegos de azar muy famosos, de los que se han hecho hasta películas. Muchos apostadores llegan a creer que tienen un sistema infalible para ganar, para predecir los resultados. El problema de esto es que puede llegar a ignorar las situaciones más predecibles por seguir su método, lo que a su vez lleva a errores y a pérdidas.
Luego está el exceso de confianza, que está más o menos ligado a lo anterior. Normalmente sucede cuando se tiene una buena racha de victorias, haciendo que el jugador se confíe demasiado y crea que va a seguir acertando sus pronósticos, elevando el riesgo de sus apuestas y el importe a apostar. Grave error, ya que hay que insistir en que esto es un juego de azar y, como tal, siempre puede haber sorpresas.
El Efecto Manada
El comportamiento de los jugadores también tiene una fuerte influencia de carácter social. Hay dos fenómenos que van ligados y que afectan mucho a este sector, que son la presión de grupo y el efecto manada.
La presión de grupo se da cuando, sea por seguir las costumbres de otros usuarios, o porque estos recomiendan jugar, una persona siente la necesidad de pertenencia a dicho grupo y sigue sus pasos. Es algo que incentiva mucho el juego, ya que muchos usuarios quieren encajar con sus grupos de amigos y compartir las mismas conversaciones y temas.
Luego está lo que se conoce como efecto manada, que es algo similar, pero a gran escala. Las personas tenemos a seguir las mismas acciones que determinados grupos grandes, en ocasiones asumiendo que estos saben algo que nosotros desconocemos, y dejándonos guiar por su criterio al tener ese pensamiento.
Esto, en el ámbito de las apuestas, se puede observar en casos de jugadores que apuestan en eventos muy conocidos, o determinados equipos que son populares, por el simple hecho de que otros lo hacen. Puede carecer de lógica a simple vista, pero es así.
Juego responsable: ¿Cómo apostar de forma sana y segura?
Apostar de manera responsable es fundamental para disfrutar de las apuestas deportivas sin caer en comportamientos problemáticos. Las claves para hacerlo son sencillas:
- Determinar una cantidad de dinero que se vaya a gastar en apuestas, sin excederse. Ayuda a evitar pérdidas mayores y mantener un mayor control sobre el gasto.
- Comprender las probabilidades y cómo se calculan, ya que sirve para hacer mejores estimaciones a la hora de apostar, evitando los impulsos y el dejarse llevar por emociones.
- Tomar descansos con frecuencia y limitar las sesiones de juego para no excederse en el tiempo y reducir el riesgo de caer en errores.
La psicología y el juego van muy de la mano, sobre todo en el campo de las apuestas. Como has podido observar, el componente psicológico de las apuestas deportivas es clave para entender todo este fenómeno, e incluso el comportamiento de los jugadores.