Coco Carreño, cocinero y dueño de dos restaurantes, explicó que “este tipo de medidas son probablemente necesarias, pero que le genera una incertidumbre terrible a cualquier negocio”. En este sentido, apuntó a las restricciones en el uso del transporte como el principal problema para sus empleados.
A su vez, relató cómo vivió la jornada laboral antes de la puesta en vigencia de las medidas: “Hoy sentí que la gente estaba asustada. Mis clientes son de un poder adquisitivo interesante, no obstante muchos son mayores y otros muy cautelosos. Bajó la cantidad de gente que circula y en consecuencia, la que consume y la facturación”.
Por último, dijo que “el ATP terminó en diciembre y que hay un silencio total con respecto a otro tipo de ayuda”. Y cerró: “los restaurantes no contagiamos, tenemos mucha más ventilación que cualquier otro lugar”.