Fabio Caschetto, fundador de la mítica parrilla “El Tano” de Avellaneda, se vio obligado a cerrar las puertas de su negocio, y declaró: “Nos levantamos, el municipio me boludeó 40 veces, pero ya no tengo más fuerzas; nunca me mandaron una nota, me patearon, ni una respuesta”.
Por su parte, el gerente general de la histórica pizzería “Los Inmortales” sostuvo que “Luchamos como podemos, y salimos adelante como se puede”, y añadió: “Es muy largo el trayecto, y cada vez es más difícil”.
En abril del corriente año, el Gremio de Hoteleros y Gastronómicos denunció que, desde el inicio de la pandemia, cerraron 8.000 empresas y se perdieron 175.000 empleos.