Albert Baró contó cómo ha llevado la cuarentena “yo estoy en mi pueblo, como a 50 kilómetros de Barcelona, por suerte es un pueblo muy tranquilo, de pocos habitantes entonces estos días de confinamiento los he podido vivir desde una cierta tranquilidad. Cuando hemos empezado a entrar en fases de desconfinamiento nos han dejado salir un poco más al ser un pueblo de pocos habitantes. He aprovechado para hacer muchas cosas que hacía mucho tiempo que no hacía y en parte me ha venido bien dentro de toda esta situación complicada.”
Sobre la vuelta de ATAV a la pantalla de El Trece, el actor español declaró “Ha sido una gran noticia que recibimos ayer todos, la verdad que no me lo esperaba. Estoy muy contento que ATAV vuelva a la televisión argentina, que la gente que la vio y que le gusto pueda volver a verla y que la gente que en ese momento no pudo verla ahora tendrá la oportunidad de verla si quiere. Al final también es un resultado y es un reflejo del buen año que tuvimos”
Albert Baró compartió que recuerdos guarda de Argentina, “me quedo con toda la gente maravillosa que conocí, me sentí muy a gusto en todo momento, la cultura gastronómica y social, los asados, el mate, todos los encuentros que hacéis, las previas, las charlas que se pueden tener con vosotros, y luego pues toda la cultura artística, el teatro que tenéis es muy interesante”
“Tengo a Argentina muy presente, tengo muchísimas ganas de volver”, subrayó el actor.
Sobre su experiencia en la serie Merlí, Baró explicó que “antes de empezar el proyecto yo ya sabía cómo empezaba y terminaba la serie entonces pude preparar mi personaje con mucho más tiempo, con muchos ensayos y creando ese arco que tenía el personaje. Yo siento que pude enseñar más matices y más facetas y más colores con el personaje que tuve en Merlí”.
Trazando un paralelismo con su papel protagónico en la novela argentina, el español declaró, “en ATAV trabajábamos al día a día, no podíamos tener un proyecto a futuro pensando que giro le quieres dar al personaje, nos manaban la planificación de las escenas que teníamos que grabar el día anterior entonces el texto también se tenía que aprender lo más rápido posible, de una manera más práctica. Pero al final aprendí un montón de esa dinámica tan rápida, a no perder los nervios, llevar un ritmo constante. Es una disciplina muy fuerte, porque si no la tira me comía”.
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