La semillera Stine, una empresa familiar que tiene su origen en Estados Unidos, trabaja desde hace 20 años en la Argentina en la multiplicación y producción de diferentes materiales para el cultivo de soja. Desde 2016 también lo hace en el maíz. Su expansión es a veces silenciosa pero continua, y tiene diferentes facetas. Por un lado avanza en el lanzamiento al mercado local de nuevos productos. Pero también se prepara para expandirse desde aquí hacia otros países de Sudamérica.