Una de las participantes del cacerolazo frente a la casa de Cristina Kirchner en El Calafate, donde se reclamó por la vuelta a clases, aseguró que “fue una caminata pacífica donde no hubo insultos y fuimos prácticamente a rogar para que abran las escuelas”.
Mariana Iozzi, quien se mostró muy indignada por dicha situación, recordó que “el año pasado, llegando a fin de año, vimos que todas las escuelas iban armando protocolos, mientras que Santa Cruz tenía un silencio absoluto”. Además, subrayó que “en ningún momento tuvimos respuesta pese a que mandamos cartas abiertas a la gobernadora Alicia Kirchner y mails, y también realizamos convocatorias”.
Por último, destacó que “en El Calafate prácticamente no hay casos de Covid-19”, y se lamentó porque “está funcionando todo al 100%, menos las escuelas”.