Gabriela Hadad, organizadora de fiestas infantiles, contó que "estoy mal y sin dormir. Somos muchos los que no abrimos hace muchos meses", y agregó: "Los salones de fiestas privadas infantiles cerramos porque teníamos que hacerlo, pero en nueve meses no recibimos un peso".
"Hace nueve meses pedimos que alguien nos escuche. Nosotros no aplicamos para el IFE y somos simplemente un comercio de barrio", siguió Hadad, y sentenció que "no nos morimos por Covid. Nos estamos muriendo de infartos".
Por último, subrayó que "no es que haya tomado malas decisiones con mi empresa, sino que me bajaron la persiana".