El relato surge en torno a la polémica que generaron dos periodistas de la edición digital del San Francisco Chronicle, quienes señalaron que el icónico beso del príncipe para que Blancanieves se despierte de su maleficio no fue consensuado.
"Blancanieves está dormida y, por lo tanto, el beso no fue consensuado", señalaron los periodistas, y agregaron: "¿No estamos ya de acuerdo en que el tema del consenso en los primeros filmes de Disney son un aspecto problemático?", se cuestionaron.