Pablo Musse, a quien no le permitieron pasar los últimos momentos de la vida de su hija junto a ella, contó que "esa carta la escribí con muchísima bronca y odio porque lo escuché al señor presidente y dijo que en el país no se le quitan las libertades a nadie", pero se lamentó porque "a mi hija le quitaron la libertad y los derechos". Por otra parte, confesó que "el dolor es muy grande. Siento muchísima impotencia por el trato inhumano que tuvimos y que recibió también Solange".
Por último, Musse expresó su indignación porque "él (el presidente) decide con quién almorzar los domingos y mi hija no tuvo esos derechos".