Rosa tiene 87 años, vive en Vicente López y desde el comienzo de la cuarentena se encuentra encerrada en su casa: "He salido por fuerza mayor un por ratito nada más, porque nadie sabe nada de nada".
"Se habla de un bicho, pero nadie sabe cómo lo podemos contagiar o no. Todo es sorpresa", siguió Rosa, y añadió: "Como nadie sabe nada, mi médico me dijo una sola vez que como tengo un marca pasos puesto, debo cuidarme".
Por otra parte, aseguró que "la verdadera cara del ser humano se ve en las malas, porque en las buenas son todos genios", y se lamentó: "Pese a que no lo necesite, a nadie se le ocurrió preguntarme en el barrio si necesito algo".