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Arnaldo André: “El levantamiento de nuestra obra, no es culpa nuestra”
Domingo, 08 Diciembre 2024 22:53

Arnaldo André: “El levantamiento de nuestra obra, no es culpa nuestra”

El reconocido actor, escritor y director, que levantaron su obra teatral “Amor en las Redes” junto a Luisa Albinoni, por un problema entre la producción y los autores, habló en profundidad en Íntimamente con Alejandra Rubio sobre su carrera artística, su infancia, su familia, sus comienzos y como se enteró de un momento para otro que no seguiría el espectáculo: “Teníamos todo arreglado para el verano y, sin pensarlo, de repente se levantó la obra. El productor decidió terminar la gira. Lamentablemente fue de golpe. Son experiencias que te da la vida. Nunca había vivido esto, porque funcionaba muy bien con él público. Veníamos de hacer gira y nos iba muy bien. Yo hable con los productores y los autores por separado y los dos me dieron su versión. Una pena que no puedan ponerse de acuerdo. Ambas partes como que tienen razón. Me queda una charla pendiente, pero ya está decidido que la obra no se hace. Gracias a Dios yo no tengo necesidades económicas. Supe administrarme en mi carrera para cualquier eventualidad. Sino hubiese estado complicado. A esta altura del año, ya no podemos hacer otro proyecto para el verano. Si surge algo lo hago. Sino esperaré la temporada invernal. Los años me han dado cierta sabiduría y cierta calma para tomar las cosas. Eso me ayudó a enfrentar este momento.” Aseguró Arnaldo, el rey de las telenovelas que conquistó, desde hace muchísimos años, el corazón de todas las argentinas, latinoamericanas y de las mujeres de cada una de las ciudades del mundo donde se emitieron sus programas.

“Nunca me pasó esto. Tengo mucha experiencia vivida, pero esto que pasó con esta obra no lo había vivido antes. Que te avisen que mañana no se hace la función de La Plata porque hay una desinteligencia entre el autor y el productor de la obra. He hablado con el autor y cada uno defiende lo suyo. Hablando con otros productores de experiencia, yo creo que el autor de la obra no está al tanto de cómo manejarse, se informó mal y acá viene el problema que sucedió. Está todo manoseado, y ya estamos afuera con Luisa. Mi cabeza ya está en otra cosa. Mi experiencia con Luisa fue buena, nunca había trabajado con ella y es una pena porque la obra funcionaba muchísimo. La gente se iba a divertir pero habrá que dar vuelta la página. El problema fue entre el autor y el productor. A mí me dicen que mi productor actuó como debía actuar y los autores no estaban tan informados de cómo manejarse. Le reclaman algo al productor que no le corresponde. No es nada grave porque es clarísimo lo que sucede pero lamentablemente esto ha llegado a su fin. El detonante fue económico, una desinteligencia. Por más que Alberto Raimundo (el productor) sea mi amigo, confío en él e informándome me dijeron eso. Siempre tuve la suerte de que las temporadas duren lo que tenían que durar pero nunca me pasó lo que me sucedió acá.” Concluyó Arnaldo sobre el tema.

 

Arnaldo Andrés Pacuá Zaracho -su nombre real- recuerda que pisó por primera vez Buenos Aires a los 5 años, pero que volvió para asentarse definitivamente a los 17 a estudiar teatro y trabajar para sostener a su familia. Su papá Justino murió a sus 11 años y él ocupó su lugar, poniéndose al hombro la ausencia. Su vida no fue fácil y así lo relata: “Nací en San Bernardino, Paraguay, una ciudad chica. A mis cinco años, vinimos con mi familia a Buenos Aires, era un niño, pero quede enamorado de la ciudad. A mis nueve años, mi mamá extrañaba a su madre y nos volvimos. Dos años después perdí a mi papá y me convertí en el padre de mis hermanas mayores.”

A los 11 años, tras la muerte de su padre, tuvo que convertirse en “el hombre” de la casa y ponerse su familia al hombro: “Fue duro, pero Dios siempre nos dio la fuerza para salir adelante. La infancia se me cortó cuando mi padre murió. Yo era el único hermano varón y, apenas murió mi papá, mi mamá me dijo: ‘Ahora, vos sos el jefe de la casa, el que nos va a cuidar’. Era lo normal en esa época. A partir de ahí salí a trabajar. De golpe, cuando vi que mi papá se fue, pensé dije: ‘¿Cómo sigue esto? Alguien tiene que trabajar’. En una sociedad totalmente machista, en esa época, el hombre tenía que tomar las riendas y, a mi manera, así fue. Un amigo de mi papá, jefe de correos, me ofreció trabajo y yo lo tomé con total responsabilidad. El puesto no existía, pero para ayudarnos lo inventaron. Clasificaba cartas y las entregaba. Iba al colegio temprano y luego a trabajar. Me convertí en el hombre de la casa. A la mañana iba a la escuela, por la tarde era el cartero del pueblo y nunca dejé de hacerme cargo de mí familia.”

Siguiendo con el relató, Arnaldo recordó: “Los años pasaron y trabaje de todo, hasta ayudante de mecánico. Más adelante, en Asunción, tomé un curso de actuación, radiofonía y locución. A los 15 años ya trabajaba en tres radios como locutor, pero quería ser actor y venir a la Argentina a estudiar. Se lo propuse a mi madre y no lo entendía. Nadie entendía cómo un chico de 16, tan exitoso, que ganaba bien, quisiera largarse a la aventura de ir a Buenos Aires sin trabajo. Y me vine, persiguiendo mis sueños. Volví para estudiar teatro y a trabajar para seguir manteniendo a mi familia y no me fui nunca más”. Rememoró el actor.

Su mamá Fernanda - “un ejemplo de fuerza, tenacidad y firmeza”, destaca- y sus incondicionales hermanas Lina, Irma, Graciela y Mariné quedaron en Paraguay con la promesa que antes del año las traería a Buenos Aires y estaría la familia unida nuevamente y así lo hizo. Les prometió que el lazo no se cortaría nunca y así fue. Siempre fue su protector, por el resto de sus días.

Recordando su llegada a Buenos Aires, aseguró: “Llegué a Buenos Aires y empecé de cero, hice un curso relámpago de dactilógrafo y conseguí un trabajo de eso mientras estudiaba actuación. Ahí comenzó la dura tarea de ir a tocar puertas y que me echaran de los canales. Fueron años de mucha búsqueda, muy frustrantes, sólo encontraba bolos, pero quería vivir de mi profesión. Salía de tocar puertas, recibir el no y que se me cayeran las lágrimas. Estuve a punto de renunciar a todo, pero redoble la apuesta. Deje mi trabajo. Dejé todo porque quería buscar trabajo de actor todos los días. Y así fue. Fue duro nuevamente, otra vez en bancarrota con mi familia, yo seguía siendo el que aportaba. Ya no podía pagar el departamento que teníamos en Capital Federal y nos fuimos a vivir a una casita en Quilmes que no tenía ni asfalto. Hasta que surgió el milagro que buscaba hacía cuatro años."

Su gran orgullo es su tenacidad ante la adversidad y no haber bajado los brazos, pese a que muchas veces llego a las lágrimas por la impotencia de no encontrar la posibilidad que buscaba, por más que intentaba hasta lo imposible: “Jamás me di por vencido, aunque se me caían las lágrimas al sentir que la oportunidad nunca llegaba. Me recuerdo caminando por la calle llorando por no encontrar el camino. Yo siempre tuve claro lo que quería, pero no encontraba la posibilidad y la forma de lograr mis metas. La suerte se encuentra si uno la busca. Yo no me quedaba quieto. Todo cambió cuando estaba trabajando en un teatrito muy chiquito del barrio de Belgrano y apareció Daniel Tinayre y Mirtha Legrand a ver la obra. Me ofrecieron hacer ‘40 quilates’ y ahí cambio mi vida y me convertí en un actor profesional.”

Luego de años de espera, el milagro surgió y, el actor, así lo cuenta: “Estaba en una salita de la Asociación de Escribanos Públicos haciendo una obra. Le comentaron a Tinayre, que buscaba un actor. A él no le convencía ninguno y se vino hasta el teatro, yo era lo que buscaba. Ahí comenzó todo. Alejandro Romay, que también era el productor de la obra, me ofreció hacer tres telenovelas cortas de verano en Canal 9 como galán. Casi inmediatamente, Migré me ofreció hacer un personaje importante en Rolando Rivas, taxista y causó tanto impacto que al año siguiente me puso a protagonizar Pobre diabla, con Soledad Silveyra. Y a partir de ahí no paré."

Fue el pilar fundamental de las principales telenovelas argentinas: El amor tiene cara de mujer, Rolando Rivas taxista, Pobre diabla, Piel naranja, Soy gitano, Amo y señor, El Infiel y Amándote, entre muchísimas otras… Pese a esto, el éxito nunca se le subió a la cabeza, ni en los 40, 50 o hasta 60 puntos de rating que llegó a hacer. Con respecto a si su condición de galán lo ayudo o perjudicó en su carrera, Arnaldo destacó: Al principio, obviamente, me abrió todas las puertas. Después, cuando pasaron los años y yo seguía en esa misma dirección, sentí que se me cerraban, porque no me convocaban para otro tipo de trabajos, como las comedias. Hasta que fui peleándola y, con el tiempo, fui convenciendo al público, pero sobre todo a los productores y a los directores, diciéndoles que yo también podía manejar la comedia y el drama. Está en el esfuerzo de cada uno, en la superación. Y considero que me ayudó muchísimo ser muy observador y el cine, veía muchas películas europeas y soñaba con hacer personajes de ese estilo, que me requirieran otro tipo de entrega, y también veía algunas cosas en televisión que deseaba hacer, ¡y funcionó! Para mí, abre las puertas. La verdad en cuanto a lo que uno tiene que transmitir como intérprete.”

Arnaldo André debutó como director de cine con “Lectura según Justino”, su película autobiográfica que narra parte de su adolescencia en el pueblo San Bernardino donde nació. El Film recorrió varios festivales y fue muy bien recibido por la crítica. Su carrera como director cinematográfico seguirá con ‘’Los Deudos”, una trama que trata de ‘” soltar’” a nuestros muertos. Escribió un libro autobiográfico “Por lo que usted y yo sabemos” (Editorial Planeta) y además de contar su historia, relata su forma de haber vivido la vida, intentando, no mirar para atrás, y siempre mirar hacia adelante: “Siempre que estaba haciendo algún trabajo quería hacer otro, algo superador, que me dé la posibilidad de mostrarme ante el público en otra faceta, etcétera, etcétera, etcétera. Fui así desde los 17 años. Pensaba ‘esto está bien, pero, ¿qué viene, ¿qué viene?’. Aquellos que leyeron mi libro se van a dar cuenta que mis comienzos fueron difíciles, no he tenido ‘padrinos’ en el medio que me digan ‘andá allá o acá que te van a ayudar’. Yo solo abrí la puerta de lo que hoy es mi profesión. Creo mucho en que los logros se consiguen con esfuerzo. A esta altura de mi vida aprendí a disfrutar el hoy, el presente. Disfruto y agradezco a Dios estar viviendo este momento.” Aseguró el astro indiscutido de las telenovelas argentinas.

Hablando de su actualidad el actor, continuo: “A los 80 años estoy disfrutando de la vida, teniendo mucha paz, cosa que sí he venido trabajando con los años. Existen los problemas, todos los seres humanos los tenemos, pero hay que tratar de irse a la cama pensando que mañana será otro día y que no me quite el sueño esa preocupación. Empecé a hacer eso y en general trato de minimizar todas las cosas negativas, los obstáculos y pensar ‘no importa, esto ya se va a arreglar’. Es un trabajo que he hecho con los años. Si tuviera que dar un consejo no lo podría hacer, pero yo lo sentí así y pude cambiarlo. Lo que sí puedo decir es que el estado espiritual de paz es el ideal. El acostarse y levantarse con proyectos, para mi es fundamental. Tener un objetivo en la vida, aunque sea cotidiano y muy pequeño. No dejarse estar. Yo me cuido, me cocino, voy al gimnasio… y a la noche leo o veo series, no pienso en los problemas.” Concluyó.