Locomotora Castro: “Fui un pibito desnutrido y agradezco hoy poder ayudar a que muchos no pasen hambre”
El reconocido ex campeón mundial de boxeo, Jorge “Locomotora” Castro, habló con Alejandra Rubio en Íntimamente sobre su dura infancia, su inspiradora historia de vida y de cómo convirtió su gimnasio en un comedor comunitario para asistir a los más necesitados y administra, sin ayuda del gobierno nacional, varios comedores en Temperley y diferentes puntos del conurbano bonaerense: “Yo fui un pibito desnutrido, por eso me importa ayudar a los que más pueda para que no pasen hambre. No quiero que pasen hambre como pasé yo. La pasé fea en mi infancia. Hoy tengo la bendición de poder ayudar y lo hago. Apenas iba a inaugurar, tuve dieciocho meses cerrado el gimnasio por la pandemia y se me ocurrió hacer una olla popular para ayudar a treinta personas, vinieron sesenta, y empezamos repartiendo el alimento. Hoy tenemos catorce comedores y 9 merenderos que abastecemos con ayuda de la gente y distintos empresarios.” Aseguró Jorge “Locomotora” Castro, quien realizó 146 peleas, 3 empatadas, solo 11 perdidas, 130 ganadas y 90 por nocaut.
Jorge “Locomotora” Castro, conocido cariñosamente como “El Roña”, decidió convertir su gimnasio en un comedor comunitario para asistir a sus vecinos más necesitados en plena pandemia, inspirado por su propia experiencia de hambre y desnutrición durante su infancia: “El comedor comenzó a funcionar en 2020, cuando la pandemia de coronavirus me obligó a cerrar. Abrí en marzo y en abril tuve que cerrar por la pandemia. Ahí hice una olla popular, después dos, después seis ollas… la gente primero venía con un tupper, después con una olla y se llevaban para comer toda la semana. Yo fui un pibito desnutrido, por eso me importa ayudar a los que más pueda para que no pasen hambre. La demanda cada vez es mayor y nosotros, por suerte, vamos creciendo. Hay mucha necesidad, pero también mucha gente buena que ayuda. El ser conocido me facilitó mucho las cosas. Empecé yendo a pedir al mercado central y fue increíble como todos me llamaban desde los puestos para ayudarme. Fui muy pobre, pero gané mucha plata y supe administrarla. Peleaba y compraba casas. Le di un techo a cada uno de mis 15 hijos, a mi mamá, a todos mis hermanos. Tuve la posibilidad de ganar mucho dinero y de repartirlo con los que quería también. Yo no necesito nada, pero hay mucha gente que sí y, el poder darles un plato de comida, me llena de satisfacción. Arranqué intentando dar de comer a 30 personas y después empezó a venir más gente. Llegamos a tener 628 personas. Me levanto a las cinco de la mañana para ir al Mercado Central, ahí me dan choclo, morrón, zanahoria, papa, cebolla, limón, calabaza, tomate, verduras… Yo mismo lo reparto, tengo veintiuna personas trabajando conmigo. También reparto: pan (más de 500 kilos) leche, azúcar, té, yerba, puré de tomate, harina, fideos, arroz, lenteja, polenta y hasta hamburguesas, patitas, medallones. No es que vienen con una bolsita, traen un carro o una bolsa grande y se los lleno. Repartimos guardapolvos y útiles para los pibes del barrio porque hay muchos que no tienen los elementos para ir al colegio y nosotros se los damos. Tengo un montón de cosas para repartir, gracias a la ayuda de muchos, donaciones de fábricas, mayoristas y el apoyo de la provincia y la Municipalidad de Lomas también.”
"Locomotora" Castro comenzó a pelear de muy chico y se convirtió en uno de los boxeadores más emblemáticos de Argentina. Pero detrás de los guantes y los reflectores, se esconde un hombre con una historia de vida digna de una película. Nació en Caleta Olivia, Provincia de Santa Cruz, el 18 de agosto de 1967, y fue a vivir a Catamarca tras la separación de sus padres. “El Roña” sufrió hambre y violencia durante su niñez: “A mí nadie me la va a contar. Yo sé lo que es pasar el hambre, pasar el frío.... Mis padres se separaron cuando yo era chico. Nosotros éramos seis hermanos varones, yo soy el segundo, y a veces no había para comer. Mi mamá fue siempre portera del colegio N 6. A mis 9 años mi vieja me mandó a mí y mi hermano Emanuel (los dos mayores) con mi papá a Catamarca y estaba contento porque nos íbamos a Catamarca, pero no la pasé bien, la pasé muy mal. Mi viejo era alcohólico y me re cagaba a palos. Mi viejo chupaba, el alcohol lo perdía y me molía a trompadas, no sabés las necesidades que pasé, no comía, estaba como raquítico, algo así como le pasó a Carlos Monzón cuando era chico. Me acuerdo que mi vieja, cuando ya tenía 13 años, vino a visitarnos, se asustó cuando nos vio tan flacos, nos cargó en el colectivo y nos llevó nuevamente a Caleta Olivia con ella. Gracias a ella estoy vivo y soy quien soy. La pasé muy mal. Desde ahí no puedo ver en la calle gente que pase hambre, especialmente a los chicos. Yo estoy muy agradecido a mi mamá por haberme llevado y no fui rencoroso con mi papá. Incluso lo llevé a que vaya a ver mis peleas."
"En casa había que ayudar. Yo lustraba botas y vendía diarios, estuve ocho meses en el campo trabajando, era ovillador. Y cuando volví al pueblo, a Caleta Olivia, a los 14 años me puse a pelear. Yo me peleaba en la calle, por eso me decían: ‘busca roña’. Con solo dos días o de entrenamiento, me dijeron: ́Roña, ¿Querés pelear?’ y les dije que sí. Era un corajudo bárbaro. No le tenía miedo a nada. Mi mamá tenía que firmar el permiso, pero en ese momento ella quería que estudie. Yo le pedí a una señora que vivía atrás de nuestra casa, mintiéndole que era un permiso para ir al gimnasio y como mi mamá no estaba no lo podía firmar, y Dora me firmó el permiso para pelear. Mi vieja no sabía nada. Después de hacer esa primera pelea me pagaron como si hubiera limpiado botas por un mes y quería pelear todos los días. Ahí comenzó mi historia con el boxeo. A los casi 15 años, y con 55 kilos, hice mi primera pelea como amateur. Fue contra el “Trompa” Arce, que tenía 21 años, y así empezó mi carrera. Esa pelea la empaté. Con lo que me pagaban estaba feliz y quería pelear todos los días. Como uno mismo no podía pelear todos los días, yo me cambiaba el nombre y me ponía el nombre de todos mis hermanos, pero era todos yo. Mi mamá sufría mucho cada vez que subía yo al ring, no quería que me pegaran. Como amateur, sólo perdí dos peleas. Una en Chile y otra acá en la Argentina con Machado. Hice 128 peleas en cuatro años. Perico Duarte fue el primer técnico que tuve. Él me enseñó las nociones básicas. Siempre dije que fui tocado por la varita mágica porque cuando yo entré al gimnasio no sabía pegarle ni a la pera, no sabía saltar la soga, pero algunas cosas ya las tenía incorporadas. Los primeros cuatro meses, los boxeadores de Caleta me cagaban a piñas, pero después los superé a todos. Al Lana Park llegué recién en el 89, por que el Luna estuvo 17 años cerrado, sin boxeo. Peleé con el Puma Arroyo y ese fue el boom, porque éramos dos argentinos que veníamos muy bien. Le gané por nocaut en el noveno round con el Luna Park lleno y después empecé a recorrer el mundo.”
Refiriéndose a su presente Ex campeón mundial de boxeo, asegura: “Ahora va a salir una serie mía de siete capítulos, sobre toda la historia de mi vida. Va a estar muy buena. Hay otro actor que hace del Roña. La mía es como la historia de Rocky, que terminó todo cortado, nada más que lo mío fue verdadero. A mí me cortaron todo y pude ganar la pelea contra John David Jackson. Lo que muchos dicen que fue la mano de Dios del boxeo y lo recuerdan como un hecho histórico… Gané la pelea a puro huevo, pero cuando me vi en el espejo me puse a llorar. Estaba totalmente destruido, los ojos casi completamente cerrados de los golpes y me dolía absolutamente todo. Hoy vuelvo a ver esa pelea y hasta yo me emociono de ver mi guapeza. Gané muchas peleas por nocaut, en el primero, segundo, tercero y cuarto round. Yo le decía al fotógrafo: ‘Ponete acá, que ahí te lo voy a noquear’ Para que sacara la foto. El boxeo fue mi vida, desgraciadamente tuve que dejar porque mi cuerpo, después de un accidente muy grande que tuve (El 18 de junio de 2005 sufrió un accidente automovilístico en Buenos Aires, con un colapso de pulmón y varias costillas), no dio más… Pero peleé en todo el mundo, viví afuera, aprendí idiomas… Yo de chico no tenía nada. Trabajé en el campo durante meses y aprendí mucho. También lustré botas, fui chapista, vendía diarios… Mis hijos se cagan de risa cuando les muestro cómo gritaba cuando vendía diarios. Lo que pasa es que ellos no vivieron lo que me tocó a mí. Con el boxeo les pude comprar la casa a cada uno, motos... Les pude dar todo. Ellos no sufrieron. Muchos deportistas que también ganaron dinero no lo supieron cuidar. La fama te marea, el dinero también y hay que saberlo invertir. Gané mucha. Compré varias casas en Caleta Olivia. Compré casa acá. Vivo bien. No me falta un mango. Tengo plata ahorrada y puedo vivir con lo que generé. Yo no tuve los amigos del campeón. Mis amigos son mis hijos y mi pareja Gianinna. Esos son mis amigos. Son los que conozco y me conocen de verdad, los que siempre van a estar al lado mío. Conocidos del campeón hay todos los días, pero yo me doy cuenta enseguida. Muchas veces me ofrecieron droga, pero nunca acepté. Supe tener conducta en eso. A los 28 años vi que mi técnico no me enseñaba nada y lo llevé a mi hermano para que me asistiera. Para que el técnico me llevara agua, lo prefería a mi hermano. En vez que el técnico se llevara la plata, prefería que se la llevara mi hermano. Así me acompañó por 28 países y siempre estuve bien acompañado. Peleé en el Madison Square Garden y gané por nocáut en el cuarto round, en Las Vegas, Montecarlo, Francia, Alemania, Italia, África, Sudáfrica, China, Japón, Tailandia, toda Latinoamérica y EEUU… Estuve viviendo en Los Ángeles, Filadelfia, Montecarlo, Francia, Génova, en Japón… Aprendí varios idiomas para hacerme entender. Hablaba medio atravesado, pero los hablaba. Viajaba con mi mujer, de la que enviudé cuando tenía yo 32 años o con mis hermanos. Hoy mi vida es sencilla y feliz. Tengo salud a pesar de los golpes que recibí. Muchos dicen que las consecuencias no se ven a los 20, sino después de los 50. Que empiezan con problemas neuronales, que se les traba la lengua… Gracias a Dios a mí todavía no me pasó nada de eso. Me siento muy bien de salud y pudiendo ayudar. Que la gente confié en mí para hacerlo, no tiene precio. En el alias locomotora.castro22 y por Mercado Pago Jorge Fernando Castro, nos ayudan mucho y, aunque muchas veces la donación sea mínima, ayuda. Tenemos a varios chicos con patologías neurológicas degenerativas que necesitan de tratamientos muy costosos y que desde lo más profundo de mi corazón los ayudo como puedo.” Aseguró el querido boxeador.
Locomotora, en el gimnasio que lleva su nombre, en la Avenida Eva Perón 4730 en Temperley, además de ayudar, también enseña boxeo: “Doy clases de boxeo, pero no me gusta dirigir al boxeador. Acá es todo recreativo, no es competitivo. Acá viene el gordo, el flaco, el viejo, la vieja, el nene. Yo les enseñó a todos, pero no me gusta ser técnico, no me gusta vivir del esfuerzo de otro. De mí han vivido un montón y yo no quiero vivir de los pibes. También trabajó mucho en las cárceles, dando clínicas deportivas. Y les aconsejo a los pibes que cuando salgan, hagan deporte, agarren un trabajo. No es lo mismo la época mía que ésta que nos toca vivir. Hoy te pinchan los guantes o te pegan un tiro. Por eso les digo que hagan un deporte, para que el día de mañana puedan ser lo que fui yo”.
Jorge “El Roña” Castro, realizó 146 peleas, 3 empatadas, solo 11 perdidas, 130 ganadas y 90 por nocaut. Recibió el Premio Konex - Diploma al Mérito en el año 2000, otorgado por la Fundación Konex, como uno de los 5 mejores boxeadores de la década en la Argentina.
Fue campeón mundial en 1994, ganándole al campeón Reggie Johnson en Buenos Aires. Después retuvo el título ante Alex Ramos por nocaut, y viaja a Monterrey, para defender el título contra el campeón mundial de la WBO y de la WBA John David Jackson de Filadelfia. Hubo dos peleas posteriores en el programa Pago por visión en inglés pay per view (PPV): Félix Trinidad versus Oba Carr y Julio César Chávez versus Tony López… Pero quedará definitivamente en la historia por sus guapes ante Jackson. Cuando Castro comenzó bien en el primer asalto e hizo tambalear al retador con una buena combinación, pero Jackson se recuperó rápidamente en el segundo asalto y fue tomando el control de la pelea, mostrando superioridad técnica a medida que avanzaba el combate. En el tercer asalto dominado por Jackson, Castro sobre el final del asalto lanzó un potente derechazo y otras combinaciones que removieron a Jackson pero la campana salvo al retador de la furia de "Locomotora". Castro peleó de igual a igual hasta el cuarto y quinto asalto, demostrando que cuando llegaba podía hacer daño, llegó el sexto asalto donde fue vapuleado, ya en el séptimo y octavo asalto, estaba recibiendo una dura paliza, pero seguía de pie, luchando como podía, además de estar abajo en la tarjetas claramente, pero Jackson se confió de su poder y entró al "in fighting" para terminar la pelea, esto le costó caro, Castro en defensiva le lanzó un zurdazo a la sien y Jackson cae al piso... Este logró erguirse, pero sufrió dos caídas más y KO: Así fue la pelea más heroica de retención de un título, por un boxeador "demolido" que noqueó en el noveno asalto.
La reconocida cantautora, habló en profundidad en Íntimamente con Alejandra Rubio sobre su carrera, su infancia, sus comienzos, sus proyectos… su presente lanzando un nuevo disco con el cantante mexicano Mijares y como está colaborando con la Fundación Casa de la Música para ayudar a adultos mayores: “Estoy muy entusiasmada con este proyecto. Ya tenemos la casa en Avellaneda y estamos juntando fondos para remodelarla. La idea es que sea como la Casa del Teatro para los actores. Un espacio habitacional comunitario destinado a albergar personas de avanzada edad que se dedicaron a la música y que por distintas causas económicas o de soledad hayan quedado en situación de vulnerabilidad. No va a ser un depósito de ancianos. Ellos pueden ser útiles, dar clases, brindar sus conocimientos, ayudar a la formación de nuevos músicos. Nosotros queremos que esa casa funcione, que no sea un asilo. Que todo el mundo que vaya ahí pueda hacer algo para la comunidad. Cantar y ayudar a que el mundo sea un poquito mejor para alguien, es mi misión.”
Explayándose en el proyecto, Patricia continuo: “Hicimos una hermosa movida en Canal 9 junto con varios músicos para la Fundación Casa de la Música. Hace mucho tiempo que venimos con esta idea. Como existe la Casa del Teatro, que asiste a actores que no tienen lugar donde vivir o que están solos, queremos hacer la Casa de la Música. Insistimos hasta que se logró. La casa está en Avellaneda, la propiedad fue donada por el intendente y es hermosa. El logro de esto es que vamos a tener un lugar donde músicos mayores, que no tengan donde vivir o estén en situaciones difíciles puedan, no solo hospedarse, sino también dar clases si pueden. Por ahí no tienen ni trabajo, ni donde vivir, ni nada, o están enfermos e imposibilitados de otras cosas. Pueden dar clases, contar su vida, brindar su experiencia músicos en formación… Se pueden dar show. Nosotros queremos que esa casa funcione, que no sea un asilo. Que todo el mundo que vaya ahí pueda hacer algo para la comunidad. La idea es hermosa, pero ahora estamos tratando de refaccionar todo para que funcione. Hay lugares con humedad, también hay que construir un poquito más y para todo esto hicimos esta colecta preciosa, donde colaboraron muchísimos artistas y recibimos ayuda y donaciones. Como se hace Un Sol para los Chicos en Canal 13, hicimos una cosa más chiquita en Canal 9 para los músicos grandes, que dio mucho resultado. Pueden escribir a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. o en las redes sociales de Casa de la Música @casadelamusicafundacion y ahí directamente se recibe todo lo que sea ayuda y también los músicos que no estén bien para averiguar.”
Recuperándose de una fractura en su pierna, a la cantante nada la detiene: “Ya me falta poco, solo unos días. Ya hace 40 días que estoy así y ya está, ya está soldando. En el último show que hice me ayudaron todos mis músicos, me llevaron en un carrito, después me subieron al escenario y ahí sentada hice el show. Hace como 10 años me quebré el pie y estaba enyesada. Me quebré justo dos días antes de empezar una gira de 12 conciertos, me dijeron de levantarlos y yo les contesté que ni loca. Contraté dos bailarines forzudos que me levantaban como si yo fuera Moria, yo saludaba al público como una vedette y me ponían en una banqueta preciosa y así hice los 12 conciertos. Amo lo que hago. Amo el encuentro con el público. Estos inconvenientes no me paran, me dan más fuerza para seguir, para subir al escenario y continuar haciendo cosas. Mientras no me falle la voz, nada me detiene.”
Patricia Elena Sosa Gaitán nació un 23 de enero de 1956, en Buenos Aires, y así cuenta su propia historia: “Nací en la Clínica Luna, una clínica que después cerraron porque robaban a los bebes. Era en capital y nosotros vivíamos en Barracas. Mi mamá y mi papá habían alquilado un departamento en Luzuriaga 1304, eran muy jovencitos, tenían 24 y 25 años. Hace poco pase cerca y me fui hasta la puerta, me senté en la puerta de calle, en ese escaloncito que a mí de niña me parecía enorme. Enfrente había una plaza donde viví mi infancia. Nosotras éramos 9 nenas en la cuadra, nos juntábamos todas e íbamos a la plaza, hacíamos collares con los frutos de los árboles. Fue una hermosísima infancia, yo viví ahí hasta los 11 años. Era una casa de departamento que tenía dos pisos por escalera y ahí había un zaguán que era el ambiente preferido de mi infancia. Yo me sentaba ahí y cantaba y tocaba la guitarra como una loca. Tendría 4 o 5 años y a los vecinos no le molestaba, tenía un eco maravilloso. Ahí mi voz sonaba como en un estudio. Mi tío Ricardo me regaló una guitarra chiquitita, era el hermano mayor de mi mamá y era guitarrista. Mi abuela había tenido muchos hijos y al mayor lo había mandado al Liceo Naval y ahí había aprendido a tocar la guitarra. Cuando mi abuela murió, salio del Liceo y tocaba en las cantinas de La Boca para ganarse el mango. Yo iba a verlo fascinada, para mí era como ir al Teatro Colón. El me enseñó a tocar la guitarra a los 4 años y mis temas favoritos eran Yo vendo unos ojos negros y Sapo cancionero... Los vecinos estaban podridos. A veces le decían a mi vieja: ‘Olga, ¿por qué no guarda a la nena? Aunque sea a la hora de la siesta, así podemos dormir un ratito’. Imaginate el vozarrón que tenía, que cuando integraba el coro de la Basílica del Sagrado Corazón, me echaban porque tapaba a los otros chicos. Una vez el cura me dijo: ‘Patricia, mejor anda a repartir estampitas’. Vivía frente a esa iglesia de Barracas en la que me casé con Oscar.”
La historia de amor entre Patricia Sosa y Oscar Mediavilla comenzó cuando ella tenía 16 y él 17 años: “Estábamos juntos desde el 74, nos separamos a principios del 96, nos divorciamos y volvimos a fines del 99. Aprendimos que somos seres individuales, que no tenemos que estar pegoteados todo el tiempo. Cada uno tiene su espacio y es bárbaro. Estamos juntos desde los 16 y sólo cortamos durante tres años. Ser mamá para mí fue como volver a nacer. No sabía que eso iba a ser así. No nací diciendo que quería ser madre… No. Simplemente un día lo decidimos con Oscar. Llevábamos juntos muchos años y supe que quería tener un bebé. Quedé embarazada enseguida y cuando nació Marta, mi corazón no fue para esa niña, sino que me brotó otro corazón exclusivo para ella. El mío siguió con mis padres, con la gente y con mi arte… Además, me convertí en una persona más tonta, más asustadiza y más vulnerable. Cuando Marta era bebé nos quedábamos horas mirándonos. Tenemos un romance maravilloso. Y sigue siendo así.”
Refiriéndose a sus comienzos la cantante recordó: “En el año 1975, mientras estudiaba arquitectura, comencé mi carrera musical en la banda Nomady Soul, con la que cantaba en inglés en restaurantes y pubs, y en la que conocí a Oscar (Mediavilla). Después de seis años, dejé la formación y en 1981 comencé con La Torre. Fui la primera mujer en liderar una banda de rock nacional y eso me costó mucho. Si no me ponía dura, era la minita de los músicos. Eran todos hombres, no tenía ni lugar para cambiarme. Lo habitual era llegar que en los escenarios no hubiera camarines de mujer. Tenía que ponerme una careta de cara de culo para que no me pasaran por encima. Mis músicos tenían que estirar un toallón para que pudiera cambiarme. Aprendí a llegar cambiada a los shows. Tenía una polenta que nada me paraba. Me subía a cantar con total impunidad, no entendía lo que era el machismo. Yo estaba muy contenta de estar ahí. No sabía que iba a pasar, pero me subí igual. Las discográficas no querían producir discos de La Torre porque había una mujer. Fue abrir un gran camino.”
Hasta 1989 el éxito fue rotundo: grabaron ocho discos y realizaron giras internacionales por Latinoamérica, España y por la entonces denominada Unión Soviética. En 1990 se lanzó como cantante solista, con su marido como productor, con el álbum Patricia Sosa, el cual alcanzó el disco de platino en tan sólo una semana. A lo largo de su trayectoria, lanzó varios discos, incluyendo Luz de mi vida (1992) y Suave y profundo (1994), este último reconocido con el Premio ACE como mejor álbum femenino en el rubro balada-pop. Además, ha participado en proyectos internacionales, como el homenaje a Carlos Gardel en 1995 y el proyecto Voces Unidas, donde colaboró con artistas de renombre mundial.
Sosa practica desde hace años meditación y recorre un gran camino espiritual: “Medito desde 1996. Lo hago todos los días, a veces dos veces. Cuando tenés mucha práctica, podés estar en el medio del caos y entrar en estado de meditación. Por ahí, un minuto y sin cerrar los ojos. Hay una aplicación que así se llama y es fabulosa. Meditar es controlar el tráfico de tus pensamientos. Porque el pensamiento va, viene y no para nunca. Respirás durante un minuto tomando conciencia de tu respiración, del aquí y del ahora. Eso te sitúa; te pone en eje. Entonces, yo puedo elegir una meditación que dura una hora, irme a mi cuarto o al meditador y seguir una meditación guiada. O, si estoy con gente y veo que lo necesito, digo “ahora vengo” y me voy al baño o a dónde sea, y medito durante un minuto. Nada más”
Explayándose sobre que le dejaron los diez años que tuvo su Fundación Pequeños Gestos, Grandes Logros, mediante la cual ayudó a mejorar la calidad de vida de las comunidades Tobas del impenetrable chaqueño, aseguró: “Ordené mis prioridades. Me di cuenta de qué era lo importante y que había una parte de nuestra patria anulada totalmente. Gente con lesmaniasis, desnutrición, embarazos de niñas, gente que se conformaba con un abrazo, una sonrisa, que pedía a gritos ayuda, que no comía durante días. Ahí también llegué de casualidad, por obra de Dios, y me metí con todo. Les pusimos agua a tres mil personas, hicimos viviendas, consultorios móviles, llevamos a gente de la OMS. Una obra maravillosa. No continúe porque por la angustia y todo esto tuve estrés crónico y problemas en las glándulas suprarrenales. Tuve que aplacar esta actividad y la fundación pasó a manos de Médicos Marplatenses a cargo del Dr. Eduardo Gáspari. Ellos continúan con la parte médica. En la última época decidimos no hacer más asistencialismo porque traía mucha violencia. A nosotros nos tuvieron secuestrados ahí adentro, nos robaron un camión, nos asaltaron dos veces. Cuando una comunidad era asistida al otro día la otra comunidad los asaltaba. Por el hambre.”
Luego de su éxito en diversos géneros musicales y lograr abrir caminos en la música para las próximas generaciones de artistas femeninas, Patricia abordo un nuevo desafío grabando su último disco. Un disco de baladas románticas con el cantante mexicano Manuel Mijares: "Nunca había incursionado en baladas tan románticas, de temas que no son míos, son todos covers de los años 90. Canciones que fueron éxitos en Latinoamérica durante los años 90 y 2000. Abordamos autores como Luis Fonzi, José Luis Guerra, Sin Banderas, Alejandro Fernández… Canciones requeté conocidas. Es un disco hecho completamente a dúo y quedó impresionante y está por salir ahora en abril.” Concluyó la cantante, refiriéndose a su presente.
Zulma Faiad: "Hay que aprender a no naturalizar el maltrato, a respetarnos a nosotros mismos para que nos respeten"
La reconocida actriz, bailarina y ex vedette Zulma Faiad realizó un profundo recorrido por su vida en Íntimamente con Alejandra Rubio. Habló de su carrera artística, su historia, una infancia difícil de muchísimo sacrificio, estudio y exigencia, además de su próximo proyecto para teatro “Trátame Bien": “Es un proyecto propio. Como los textos que me ofrecían no me llenaban, decidí realizar algo que pueda dejar un mensaje. El actor puede elegir que trasmitir y yo creo mucho en el valor de la palabra, de lo que decimos y como lo decimos. A mí no me gusta que me traten mal, en ningún aspecto de la vida, y los primeros que nos estamos tratando mal somos nosotros mismos en permitir que nos traten mal, en dejarlo pasar, en no hacer nada. Esos pequeños grandes maltratos cotidianos en la calle, en la propia casa… El problema más severo es mirar para otro lado. Hay que aprender a decir no al maltrato cotidiano, a no naturalizarlo, a respetarnos a nosotros mismos para que nos respeten, y de eso trata mi obra.” Amplió Zulma sobre su próximo trabajo.
El reconocido periodista y conductor habló en profundidad en Íntimamente con Alejandra Rubio sobre su vida, su infancia, sus comienzos, su carrera, la alegría inmensa de llegar a partir del 31 de marzo de lunes a viernes de 21 a 23hs a Radio Rivadavia y como se enamoró de esta profesión a los 10 años y no la abandonó jamás: “Los perros y las ovejas fueron mis primeros oyentes. Yo estaba en Cerro Negro, que era el campo familiar, y enfrente del casco hay como una pared de piedra altísima donde descubrí que esa pared tenía eco. Yo decía una palabra y me la repetía, decía una frase corta y me la repetía… luego descubrí que me devolvía frases bastante largas y completas, así yo jugaba a la radio y hacía mis propias transmisiones. La radio me atrapó, fue mi gran compañía y hoy agradezco poder ser yo la compañía de muchos.”
Oscar Gómez Castañón es sinónimo de radio en la Argentina. Nació en Puerto Deseado, Santa Cruz, el 19 de julio de 1947 y así relata su historia: “Nací en Puerto deseado, un pequeño pueblo a orillas del Atlántico que ahora ya es una ciudad pequeña. En ese momento la mayoría de la actividad del lugar era mayormente del campo. Vengo de cinco generaciones que vivieron en la Patagonia, eran criadores de ovejas. Me crie más cerca del campo que está a la misma altura de Puerto Deseado, pero más cerca de la Cordillera, donde está el Río Pinturas, la Cueva de las Manos… Llegando a Chile. Asique la estepa patagónica, las ovejas, el viento y la soledad, son la compañía de cualquier chico y para mi fueron una gran compañía. Nací a las dos de la tarde, todo bien y con el mismo médico que había atendido el parto de mi madre cuando nació, mis tíos y los tres partos de mi madre. Era el médico del pueblo y el que atendía todas las urgencias, si alguien se quebraba, se enfermaba o había que operar, era él el que hacia todo. Te operaba de un apéndice o te curaba un resfriado. Nací en su consultorio que estaba frente a la plaza, en una loma muy alta, coronado de rocas y del otro lado de las rocas está el Cóndor del gran Solar, desde donde veías la ría Deseado, donde el mar entra al territorio como un río. Yo miraba la ría desde arriba, donde en el 1.500 o 1.600 los navegantes españoles e ingleses entraban y aprovechaban su reparo para arreglar sus barcos o pasar los tiempos más duros y después seguir viaje.”
Oscar vivió junto a sus padres y hermanos en una casa hermosa y confortable que les prestaba el Banco Nación, donde su padre se desempeñó como gerente. Sus antepasados, tanto por parte de madre como de padre, vivieron en la Patagonia desde 1865, siendo Oscar y su familia la quinta generación. El pasado y sus orígenes se afincaron en él, algo que llegó a amar con todo su corazón: “Viví en muchos lugares de la Patagonia porque mi padre hizo una gran carrera entrando en el Banco Nación, llegó a gerente, y como lo trasladaban mucho viví en muchos lugares: En Tierra del Fuego, en Esquel, en Puerto Deseado… Éramos tres hermanos varones. Yo aprendí a leer muy chico, me enseño mi mamá. De chiquito era muy inquieto, muy curioso… Iba a preguntarle todo el tiempo a mi mamá que decía una cosa u otra, los números... Hasta que me regalaron un libro Upa y con ese libro y, la ayuda de mi madre, aprendí a leer. De mi padre heredé el ser mal llevado, pero a su vez el ser gracioso. Él era mucho más gracioso que yo y cuando estaba mal llevado hablaba poco y eso lo heredé. De mi madre heredé la melancolía. Tuve una infancia hermosa, muy libre. Todos los lugares donde viví fueron de patios grandes, de baldíos de una cuadra, canchas de fútbol por todos lados… y de gran libertad. Estábamos llenos de peligros, porque andábamos por ríos, por todos lados. Teníamos de la salida del colegio a casa más de una hora en bicicleta y parábamos en diferentes lugares. Así aprendí a nadar en un pozón de unos 7 u 8 metros junto con un amigo, por ahí nos hundíamos, tragábamos agua hasta que llegábamos a donde hacíamos pie. Por supuesto que mi madre nunca se enteró. Éramos como medio animalitos y teníamos reflejos como para salvar nuestras vidas. También viví en Río Grande en Tierra del Fuego y ahí una vez que llegaba el invierno y se congelaban las calles, los adultos usaban unos taquitos con clavos puestos en el calzado y los chicos andábamos mucho patinando. En inviernos las lagunas se congelan y nosotros por ahí pisábamos los primeros hielos, con riesgos a que se rompieran. Los pantalones nos quedaban duros como tablas. Nosotros disfrutábamos felices.”
Su vocación la descubrió a muy temprana edad, con sólo 10 años, y con perros y ovejas como sus primeros oyentes: “Yo estaba en Cerro Negro, que era el campo familiar, por el Río Pinturas, y enfrente del casco hay como una pared de piedra altísima donde descubrí que esa pared tenía eco. Yo decía una palabra y me la repetía, decía una frase corta y me la repetía, y luego me devolvía frases bastante largas y completas, así que yo jugaba a la radio y hacía mis propias transmisiones. La radio era nuestra compañía. Prendía la Radio Capilla a la noche, esperábamos que se calienten las lámparas para que funcionara. La radio era mucho servicio, informaba si los caminos estaban transitables, si había combustible en todos los recorridos. También había tres cadenas que eran: Belgrano, Splendid y El Mundo, que me llevaban de viaje por el mundo con los radioteatros, las orquestas en vivo, la música, el humor. Yo que estoy en Nacional, y en ese mismo estudio salía el Glostora Tango Club, programas con orquestas en vivo, Troilo o Sandrini… La radio era la comunicación con el mundo y a mí, desde muy niño, me atrapó. Yo me pasaba mucho tiempo solo con algunos de mis tíos y los peones. Ellos se iban a trabajar al campo y yo me quedaba mucho tiempo solo y la radio era mi compañía.”
La música también siempre lo apasionó y ya en la adolescencia tuvo su propia banda: “De tanto escuchar la radio, ya me sabía muchísimas canciones de memoria, la radio es música y yo la escuchaba todo lo que podía. Tenía mucha música en la oreja y llegaron Los Beatles y me cambiaron la existencia. Yo escuchaba antes mucho tango, folklore, jazz. Pero cuando llegaron Los Beatles quise tener mi grupito y en Comodoro Rivadavia formamos en grupo ‘Uno’, que después siguió, se vino a Buenos Aires, grabó y todo. Mi viejo me metió a trabajar en el banco y yo con mi banda trabajaba muy bien. Era el bajista. Tocábamos en fiestas de egresados y realizábamos presentaciones por todos los pueblos, recaudando muy buen dinero, muchas veces más que aquel que ganaba mi padre en el banco. Los sábados teníamos dos presentaciones, el domingo una y sumábamos varias fiestas. También me pegó mucho el teatro. No me gustaba mucho estudiar, yo quería seguir por el lado de la música, el teatro, lo artístico. Mi padre pidió un pase en el banco y junto con mi madre se vinieron a Buenos Aires, porque mis hermanos ya estaban en la universidad y no querían que los chicos estén solos. Yo me quedé en el sur. Estaba de novio con una chica del pueblo, yo tenía 18 y ella 15 o 16 y a los dos nos gustaba la actuación y decidimos venirnos a Buenos Aires. Ella a una pensión de estudiantes y yo a la casa de mis padres. Acá empezamos más fuerte el tema del teatro, en el teatro de La Fábula, en Agüero 444, a media cuadra del shopping Abasto. Después el destino nos fue separando, pero siempre sabiendo uno del otro. Con el tiempo se convirtió en una reconocida actriz: ‘Gigí Ruá’.” Detalló el conductor.
Continuando con su relato cronológico, Oscar aseguró: “Como actor trabajé mucho haciendo bolos en Canal 9, era una época de mucho trabajo para los actores. Iba al canal y siempre tenían algún papel para mí. Llegué con una recomendación para que fuera a ver a la actriz Alba Castellano y ella me mandó a ver a su futuro yerno, que era asistente de producción de Canal 9. El Canal 9 de Romay, en esa época, era una ciudad de actores. Veías actores vestidos de militares, de curas y de indios por las calles. Había muchísimo trabajo, siempre un papelito había para mí, hasta que llegó la radio. A mí siempre me gustó y decidimos ir a Radio Del Pueblo, que era una radio chica, y le propusimos al director si llevábamos un sponsor podíamos tener un espacio. Y nos dio un espacio de tres horas musical los sábados. Pero yo tenía que buscar el sponsor. Acá ya me había hecho un par de amigos importantes y había conocido, de estar, de verlo, al Nene Caballero que era un personaje importante, el novio de Susana Giménez, y como tenía una agencia de publicidad fui a verlo y le dije que necesitaba alguien que bancara ese espacio, un único avisador. Yo vivía con mis padres, mis pretensiones no eran muchas y lo que me pedía la radio era muy poco. Me dijo que fuera a ver de su parte al dueño de las Grandes Tienda Santa Rosa, que estaban a una cuadra del congreso. Vi al dueño, Pepe Viqueira, le explique cómo era el programa, me pregunto cuanto era lo que necesitaba y, como era muy poquito, enseguida me dijo sí. La radio nos puso una locutora, un informativista y nosotros armábamos y hacíamos todo el programa. Empezamos a ir a las grabadoras y le mostrábamos a los oyentes todo el material antes que saliera a la venta.”
“Después quisimos cambiar a una radio mejor y fuimos a una productora, Cepeda Producciones, y nos dijo que tenía en Del Plata, los sábados a la tarde una hora. Arreglamos y al igual que con la otra radio, le llevábamos el pago una vez al mes. Cuando Cepeda nos vio trabajar en seguida nos ofreció trabajar con él. Nos dijo que tenía muchos programas, pero no tenía quien los realizara. Nos fuimos a trabajar ahí y empezamos a tener un programa en Radio Belgrano a la mañana con periodistas, uno a la noche de música, uno en una radio, otra en otro, éramos una máquina de trabajar. Nos empezó a ir muy bien y al tiempo lo llame a quien era mi locutor de Radio Del Plata, Lalo Mir, y lo convencí a que viniera a trabajar con nosotros. Trabajamos juntos un montón de años en producción. Yo dejé el aire y volví al aire cuando ya era gerente de Radio Continental y un horario había quedado libre y la radio no quería gastar plata para producirlo, entonces lo hice yo. Fue muy fuerte y muy importante en mi carrera el haber aceptado cuando me dijeron: ‘Anda y hacelo vos’. Fui a buscar a Jorge Jacobson y por la mesa pasaron: Luisa Delfino, Quique Wolf, Mario Mactas, el Negro Álvarez… en distintos momentos.” Aseguró el conductor, referente indiscutido de la radio en nuestro país, que llega a partir del 31 de marzo, de lunes a viernes, de 21 a 23hs, con su programa ‘Desde el Alma’ a Radio Rivadavia.
La reconocida actriz, ex modelo, conductora, artista plástica e icono de los años 80… habló en profundidad en Íntimamente con Alejandra Rubio sobre su dura infancia, sus comienzos, su carrera, el alejamiento de los medios y como encontró en su profesión y en el público el cariño que nunca recibió de sus padres: "Yo no tuve una infancia de abrazos, de besos y de caricias de parte de nadie. Jamás me arroparon o leyeron un cuento. Mis padres me cuidaron, pero nunca recibí un abrazo una muestra de afecto de ellos. El único beso que me dio mi madre, fue cuando gané el título de Miss Argentina, y tengo la foto de ese momento No fui una hija querida, mi mamá no pudo abortarme y eso se convirtió en un padecimiento para mí. Mi forma de protegerme fue crear mi mundo y, cuando crecí, mi profesión y el público, me dieron todos los abrazos que no tuve de niña. Agradezco infinitamente cada demostración de cariño en la calle, que me sigan recordando con tanto afecto y me lo demuestren. Sentirme tan querida hasta el día de hoy, no tiene precio.”
El reconocido periodista con más de 50 años de trayectoria habló, a corazón abierto, en Íntimamente con Alejandra Rubio sobre su presente, su infancia, sus comienzos, su desconocido pasado y un terrible hecho que logró superar en su vida: "Fui abusado a los 7 años por un familiar .Quien abusó de mí fue un hombre que vivió públicamente toda su vida como 'heterosexual'. Gracias a la contención de mis padres y su rápido accionar, pude superarlo. Las personas del colectivo LGBTQ+ no son 'pedófilos'. Fue un gravísimo error lo que dijo Milei en Davos, la elección sexual no tiene nada que ver con la pedofilia. Celebro la Ley Piazza, si hubiese podido habría denunciado en la justicia a mi abusador." Aseguró Mirol, quien actualmente integra el staff de TELEFE NOTICIAS, realizando “Familias Argentinas”
El prestigioso diseñador habló, a corazón abierto, en Íntimamente con Alejandra Rubio de su desconocido pasado. Como comenzó bien de abajo y de la nada construyó un imperio. Pasó hambre y comenzó a trabajar desde muy niño. Pese a su realidad, sabía que la única forma de progresar en la vida era estudiar y así forjó su destino: “Siempre digo que todo se puede, yo soy un diseñador que nació de la nada y con mucho esfuerzo pude hacerme un nombre. Comencé bien de abajo, por casualidad y con nada; con una máquina de coser prestada. Llegué a ser un diseñador reconocido, creo que más que por el talento, por mi dedicación y esfuerzo. Yo solo tenía en claro que quería salir de la pobreza y ayudar a mi familia. Trabajé mucho, pero el esfuerzo dio sus frutos y pude cosechar mi siembra.”
El reconocido cantante y compositor italoargentino, poseedor del “Grammy Latino” a la “Excelencia Musical”, que comenzó su carrera artística en el seminario sacerdotal, conversó en Íntimamente con Alejandra Rubio de su vida, su infancia, los comienzos de su carrera y como sigue viajando y llevando sus canciones por el mundo: “La edad es una actitud. Cumplo 80 este año. Yo con esta edad trato de tener 15, 16 años, que es cuando sos revoltoso, inconsciente y no pensas en los no. Solo proyectas las cosas que queres hacer… La música me acompaña desde que era muy niño y es algo que de una u otra manera, nunca podre dejar.”
Fanny Mandelbaum: "Uno tiene la edad de sus proyectos y yo genero mi propio trabajo"
La reconocida periodista, conductora y psicóloga social de 87 años, habló en profundidad en Íntimamente con Alejandra Rubio sobre su carrera de periodista, su infancia, sus comienzos… y como su edad no la detiene para seguir trabajando y soñando con nuevos proyectos: “No hay un día que mi agenda este en blanco, ni la época de pandemia me paró. Soy muy activa, no paro. No dejo que nada me condicione y menos los años. No me condicionó ser mujer para cubrir e investigar ‘casos comprometidos’, sufrir varias amenazas de muerte o estar a punto de perder la vida en reiteradas oportunidades. Hoy sigo con el mismo espíritu, no me callo nada. Además, tengo infinidad de proyectos. Me encantaría volver a la televisión con ‘Juventud Acumulada’ o con ‘SOS, Fanny’, un programa de servicios que tengo en carpeta desde hace años. Aseguró la periodista que quedó en la retina de la gente como la única mujer que cubrió el caso ‘María Soledad Morales’, el primer femicidio de la Argentina, durante siete años.
El reconocido cantante y compositor, que este año cumple 65 años de carrera artística, realizó un profundo recorrido por su vida en íntimamente con Alejandra Rubio. Habló de sus comienzos y como sigue más activo que nunca editando todos los años un nuevo material discográfico. Sacó un nuevo álbum “Enamórate” y está viviendo un inmejorable presente, del amor que lo sorprendió cuando menos lo esperaba: “Estoy nuevamente enamorado. Fue algo que no busqué, pero sucedió. El amor no se busca, te lleva por delante y hoy junto a Ana estoy muy feliz. Llevaba casi 15 años de viudo y no pensaba en volver a enamorarme. Cuando mi mujer se quitó la vida, fue el momento más duro de mi vida. La música y el amor de mis hijas me hicieron salir del pozo. El obligarme a salir a cantar sanó mi alma.”
Dany hace 16 años que enviudo de Marta, su compañera de toda la vida, y así relata cómo nuevamente encontró el amor: “Estoy muy feliz. Anita Escurra, es una gran compañera y nos complementamos muy bien. Nació en la provincia de La Pampa, vino un día a ver un espectáculo mío a Café La Humedad y apenas la vi me flechó. Yo soy bastante tímido, pero se ve que el destino me ayudó. Nos dimos los teléfonos y después nos perdimos de vista un tiempo porque ella tiene un hijo viviendo en México hace tres años y se fue a ver a su hijo. Seguimos hablándonos por teléfono y cuando regresó retomamos esta relación. Primero más asiduamente por celular, después fue a verme otra vez actuar y a partir de ahí no nos separamos más. Hace un año y medio ya que estamos juntos, aunque cada uno en su casa. Nuestras familias están felices y yo estoy muy contento, muy bien. No esperaba enamorarme, pero la vida me sorprendió y lo disfruto muchísimo. A esta edad el amor es calma, compañerismo…hacernos bien el uno al otro.”
El dolor lo marcó cuando en 2009 le tocó vivir el momento más doloroso de su vida, su esposa Marta se quitó la vida: “Yo sostengo que la vida me recompensó, lamentablemente quedé viudo hace casi 16 años de la madre de mis hijas. Quise quedarme con que se resbaló y se cayó y no que se tiró del departamento, lo hablé mucho en terapia. Ella no estaba bien, fue una gran madre de sus tres hijas, una compañera maravillosa, pero no había tenido una buena infancia, y eso seguramente la fue lastimando con el transcurrir de los años. Hubo muchas señales de depresión y yo no las vi, las justificaba. Después de lo que sucedió vi con claridad todas esas señales. Ella llegaba a casa y se iba derecho a la cama. Yo la justificaba pensando que estaba cansada y le llevaba su comida a la cama. Comía, se daba la vuelta y dormía. Su muerte fue un dolor desgarrador para mí. Yo me enamoré de Marta a los 20 años. Estuvimos juntos casi 40. Cuando ella tomó la decisión, no dejó ni una carta y eso fue más traumático todavía. Desgarrador. Hice terapia, pero la música y el amor de mis hijas fue lo que me sacó adelante. Hubo muchas señales de depresión. El ‘Nido vacío’ no lo soportó. Jamás pensé que una canción que escribí a los 20 fuese premonitoria. Cuando escribí ‘Cuando estemos viejos’ éramos muy jovencitos y yo ya nos veía, con ‘los tres diablitos’ lejos de casa y rodeados de nietos. Ella no lo soportó.”
“A mí me salvó la música. Porque a los cuatro meses que pasó la muerte de Marta volví a cantar. Llevábamos 39 años de casados. Teníamos 22 años cada uno cuando nos convertimos en marido y mujer. Toda una vida. Recuerdo que me llamó Nito Artaza a tres meses de la tragedia para que reemplazara por diez días a Valeria Lynch que estaba enferma. Le dije que no era el momento por lo que me había pasado. Y me contestó que sí era el momento porque sabía todo lo que me sucedía. Le pedí unos minutos para contestarle, consulté con mis hijas, ellas me apoyaron, me incentivaron y acepté. Cuando le pregunté cuándo empezaba me dijo: ‘Mañana’. Y acá estoy, si no, no volvía más, creo. Me dije a mí mismo cuando regresé al camarín: ‘Es por acá’. Llamé a mi representante para empezar a mover la rueda, volví a grabar, retomé un disco que tenía pendiente y regresé a los escenarios. Eso me salvó, sumado a varios amigos queridos, a mi familia y a la terapia, por supuesto, pude salir a adelante. No me canso de decir lo buena mujer que era Marta, pero me costó muchísimo entender su decisión. La música y el amor de mis hijas me hicieron salir del pozo. Poco tiempo antes habían muerto mis padres y con la muerte de Marta mi vida se convirtió en un profundo dolor. Sin dudas, el momento más duro de mi vida.” Explicó Dany.
Nació un 13 de febrero de 1947 y debutó a los 13 años, en Canal 13, el 13 de noviembre de 1960. Un mes después de su debut televisivo, el 13 de diciembre de 1960, lo contratan de Radio el mundo para cantar con 35 músicos en vivo. Están quienes consideran que el número 13 atrae las malas energías. No es precisamente el caso de Daniel Alberto Gutiérrez Martín, su nombre verdadero, que forjó una carrera de éxitos. Debutó en el programa "Hoy nace una estrella" por Canal 13 y luego cantó por primera vez en Radio El Mundo acompañado por la orquesta de Santos Lipesker. Grabó sus primeros discos con el sello Phillips y fue el primer argentino de la llamada Nueva Ola que recorrió Chile, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela con rotundo éxito. En 1967 ganó como autor e intérprete el festival Costa a Costa que se realizaba en Piriápolis, Uruguay, con "Ya no puedo vivir". En 1968 una gira por México lo marcó definitivamente. Logró su propio programa de televisión, "Noches de gala", y protagoniza la película "Cuernos debajo de la cama", dirigida por Ismael Rodríguez, junto a Isela Vegas y Andrés Soler. Descubre en tierra azteca un amplio y rico repertorio y a partir de entonces interpreta las canciones que lo caracterizarían. Armando Manzanero, José Alfredo Jiménez, Agustín Lara, entre otros, serían los que a través de sus composiciones formarían su repertorio hasta la actualidad: “Debuté a los 13 en ‘Hoy nace una estrella’, un concurso musical televisivo que salía por Canal 13, especie de Operación Triunfo de los años ’60. Gané el concurso un 13 de noviembre de 1960, y el 13 de diciembre debuté en Radio El Mundo. Dos años después tuve mi primera salida del país: fui a Chile, Perú y Ecuador, e hice en este último un recital en un night club que tenía un 13 gigante pintado en una pared. O sea que el número 13, para mí, no es mala sino buena suerte.”
Remontándonos a su nacimiento y sus padres el cantante expresó: “Nací en el sexto piso C en la calle arenales Arenales 1844, entre Callao y Riobamba en el departamento que le había prestado Lucio Demare a mi papá, Horacio Quintana, porque mi viejo era cantante de tangos de su orquesta. Mi mamá, Celia Barbero, era hija de chacareros de la provincia de Santa Fe, descendiente de italianos. Fui hijo único y en mi casa viví la música desde la panza de mi madre. Fue una niñez atípica, distinta, para mí era normal que llegaran a ese pequeño departamento Roberto Rufino, Roberto Goyeneche, Alberto Marín o Héctor Mauré. Un día en los baños de cancha de Boca, mi papa se encontró con Oscar Toscano, un trompetista y director y me presentó. Le dijo: ‘Este es mi pibe, sabes que canta?’ y me dice a mí: ‘cántale algo’ y yo le canté en el medio del baño jajajaja. Entonces Toscano le dijo que en Canal 13 había un concurso de cantantes de todas las edades que me presentara. Me presenté, gané y ahí comenzó mi carrera. Desde ese momento hasta hoy nunca más paré”. Así se presenta el intérprete que conquistó, desde muy niño, al público argentino y de varios países latinoamericanos.
Continuando con el relato Dany Martin recordó: “El premio de ganar el concurso de ‘Nace una Estrella’ era participar de cuatro programas como profesional. Al otro día cuando volví al colegio era toda una revolución, me había visto todo el mundo. Me contrataron de Radio El Mundo para cantar martes y viernes con la orquesta estable de 35 músicos de Santos Lipesker y me empezaron a llover los contratos. Firmé por cinco años con el sello Phillips para grabar mis primeros discos y empecé a participar de Ritmo y Juventud, la competencia de El Club del Clan, pero en canal 11. Mi vida cambió 100 por 100, tenía shows todos los viernes y sábados, gira de 30 días sin volver a Buenos Aires y eso me repercutió en el colegio y repetí quinto año. Tuve que cambiarme al Carlos Pelegrini, un colegio privado, y rendir como podía las materias. Después, como hijo único, para contentar a mi madre, seguí la carrera de derecho, pero me fue imposible continuar estudiando porque las giras y show se fueron incrementando.”
En aquella época, estaba de moda cambiarse los nombres verdaderos por artísticos, muchos cantantes del momento no pudieron ni siquiera opinar el nombre elegido para ellos, así relata el cantante como fue su elección: “Yo mismo me rebauticé, le saqué el acento al apellido y achiqué Daniel por Dany. Recuerdo que era muy chico, mi mamá tenía una peluquería y me dejaba al cuidado de mi abuela. Yo la volvía loca jajaja, le cantaba con un palo de escoba y mi abuela aplaudía, para mí era el aplauso más soberbio del universo. Ella se llamaba Ana Martín, y yo como la amaba, le dije: ‘Cuando sea grande, abuela, voy a cantar, voy a ser famoso y me voy a llamar Dany Martin. Pero yo soy Martín, con acento en la i, me decía ella. Sí, pero yo le voy a sacar el acento para que suene más americano. Y ahí quedó Dany Martin. Cuando comencé mi carrera y le dije el nombre a mi papá, él me dijo: ‘Mirá que están Dean Martin y Tony Martin’. Le dije: ‘No importa, yo soy Dany’. Y así fue como con sólo seis años y en homenaje a mi abuela, elegí mi nombre y Dios me dio la gracia que mi abuela me viera triunfar con él.”
“Los primeros diez años de mi carrera me la pasé recorriendo el país de Jujuy a Ushuaia. Me acompañaba papá a veces, y cuando él no podía, me acompañaba mi abuelo Ramón. Mi primera gira internacional fue en el año 62, yo tenía 15 años. Fui a Chile, Perú, Colombia, Ecuador y Venezuela, fui con mi mamá y mi papá. Yo tenía que cantar en los night clubs, donde había ballets con señoritas con poca ropa, y yo era menor. No podía estar. Entonces mi papá y mi mamá firmaban un permiso”. Aseguró Martin.
El verdadero amor lo sorprendió muy joven, y pese a que los cantantes les cuesta mantener una relación estable por sus giras y trasnochadas, Dany consiguió llevar un matrimonio feliz de casi 40 años, hasta que su pareja falleció: “Yo me enamoré de Marta, la madre de mis hijas, a los 20 años. Ella era secretaria de un representante artístico, mi padre. Un día entré y le dije “Con el Sr. Quintana”, porque iba a la oficina de mi papá. Y ella me dijo “¿De parte de quién?” ¿Cómo de parte de quién? Yo creo que me enamoré en ese momento. No era fácil para mí encontrar a alguien que no supiera quién era. Estuvimos dos años de novios y nos casamos cuando los dos teníamos 22 años, en México. Estuvimos tres años allí y nos volvimos. Me acuerdo que un día fuimos a un cine con Marta a ver una película de Hugo del Carril, y la cámara va a la Avenida 9 de Julio y veo el Obelisco en el fondo. Se me empezaron a caer las lágrimas. Cuando volvíamos a casa, nos miramos y nos dijimos “volvemos”. Amo a Argentina con todo mi corazón. Después nacieron nuestras mellizas y todo fue alegría. Estuve 39 años con Marta. Cuando ella partió fue un golpe durísimo para mí y para nuestras hijas, pero la risa y la música me salvaron. Tuvimos un matrimonio muy feliz y tres hijas hermosas. Ya hace 15 años que partió y la vida me sorprendió con Ana, cuando menos lo esperaba”.
Siguiendo con su historia Dany aseguró: “Cuando regresé a la Argentina firmé un muy buen contrato con Rugantino Cabaret, frente a la plaza San Martín. Lo estrené con el Polaco Goyeneche y el ballet de tango de Gloria y Eduardo. Eran años gloriosos, en el 76 fui el primero que grabó en español A mi manera. A partir de ahí mi carrera explotó acá. En Canal 9 canté durante veinte años, Romay me tenía con una cadena. Con Marty Cosens trabajé mucho recorriendo el país, también en Uruguay. Fui tres veces a Miami, pero nunca canté, me entregaron premios, fui de paseo, a Nueva York también. Grabé 24 canciones de Armando Manzanero, que fue un hermano para mí al igual que Chico Navarro. Siempre admiré a Frank Sinatra y a Tony Bennet, a quien pude acercarme en Las Vegas y saludarlo. En Buenos Aires me lo volví a cruzar, un hombre muy humilde”, describe sus mejores momentos como en un filme.
El cantante y compositor de 78 años, va a cumplir en noviembre de este año, 65 años con la música como profesional. Grabó más de 200 canciones y más de 70 son de su propia autoría. Fue el primer argentino en grabar una versión de “A mi manera” en español. Posee infinidad de premios y reconocimientos, 11 nominaciones, varios Carlos Gardel ganados y el cariño del público intacto como el primer día: “Me emociona el cariño del público y de mis colegas. En la última entrega de los Premios Gardel fue impresionante. Ya tengo varias nominaciones y había ganado tres premios, pensar en un cuarto era una locura. El primero fue en el 2014, en el 2016, llegó el segundo, y me dije, bueno, ya está, después el tercero fue en el 2021, saliendo de la pandemia y me enteré por la tele. Y cuando estuve ternado para este cuarto (el del 2024), lo pensé, y dije no, me parece que esto ya es medio exagerado. Mis nietas me pidieron ir a la entrega y yo accedí. Ahí empecé a pasarla mal, no por mí, sino por ellas. Para ellas el Nono es Superman y pensaba en su desilusión si no me llevaba el premio. Cuando dijeron mi nombre todo fue alegría, me temblaban las piernas, no sabía que decir. Ahí, como si me lo hubieran dictado, se me ocurrió la frase que tanto gustó de mi discurso: ‘El viento es viejo, pero sigue soplando’. Y realmente, al escucharme, me sentí muy identificado.”
Hoy, a los setenta y ocho años, Dany Martin sigue más activo que nunca. Acaba de grabar un nuevo álbum como lo hace, desde años, cada año. Y sigue disfrutando del amor, una bendición que lo esperaba a esta edad, cuando él menos lo esperaba. El Señor de Los Boleros, el último romántico, se permitió volver a creer en el amor y disfrutarlo.
Baby Etchecopar: “Nunca tuve el aplauso de mi familia, por eso salí a buscar el aplauso de la gente”
El reconocido periodista, actor, comediante y conductor de radio y televisión, habló en Íntimamente con Alejandra Rubio de su vida, su infancia, su carrera profesional y como forjó su carácter y supo sobreponerse a las adversidades: “Nunca tuve el aplauso de mi familia, por eso salí a buscar el aplauso de la gente. No tuve un hogar y era muy angustiante la situación en mi casa. Para toda mi familia, de comienzo la vida era una mierda. Todo era trágico, hasta lo más insignificante. Me quedaron muchas taras de esa época. A mí me pusieron en la cabeza todo lo malo, las culpas… Lo peor de la vida. Yo logré sobreponerme a todo, porque la vida te la haces vos. Si ante una desgracia, te pones a llorar esa desgracia, te perdes los días que vienen.” Aseguro Baby, a quien se lo puede escuchar de lunes a viernes de 18 a 21hs por Radio Rivadavia.