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Claribel Medina: “Con Pablo Alarcón, donde hubo un gran odio, ahora hay un gran amor”
Sábado, 16 Agosto 2025 15:04

Claribel Medina: “Con Pablo Alarcón, donde hubo un gran odio, ahora hay un gran amor”

La reconocida actriz, cantante y conductora habló en Íntimamente con Alejandra Rubio de su vida, su historia, su carrera  y como el odio que les trajo la separación un día se transformó: “Con Pablo Alarcón nos separaron peleadísimos. La prensa no se enteró, pero nosotros no podíamos ni vernos. Éramos como perro y gato, sólo hablábamos por nuestras hijas y su educación. Pasaron muchísimos años así, casi 30, hasta que un día nos miramos a los ojos y los dos decidimos que no podíamos seguir de esta manera. Todo empezó a mejorar y cuando Pablo estuvo internado 5 meses con neumonía bilateral y atravesó una operación a corazón abierto muy complicada, todo cambio. No dejé un solo día de ir a verlo, es el padre de mis hijas. Todo mejoró y donde hubo un gran odio, ahora hay un gran amor de familia. El público quiere vernos juntos, esa es su fantasía. Después de llevarnos tan mal, disfrutamos muchísimo trabajar y viajar juntos, es una obra que buscamos y que justamente habla de dos ex.” Aseguró Claribel hablando de la obra “Es complicado”, que protagoniza junto a su ex Pablo Alarcón en gira por todo el país y que ya retomaron luego de la última internación del actor.

Claribel Medina y Pablo Alarcón se conocieron de casualidad en 1985, cuando el entonces galán había ido a Puerto Rico a protagonizar una telenovela, pero el amor recién surgió unos años después y la relación devino en casamiento en 1988. Más tarde la pareja decidió instalarse en la Argentina, donde tuvieron dos hijas –Antonella y Agostina- y prosiguieron con éxito sus respectivas carreras. En 1998,se divorciaron y estuvieron muchos años peleados, muy distanciados. Ahora, décadas después, solucionaron sus diferencias, están juntos trabajando y haciendo un éxito en gira por Argentina y Uruguay: “33 años de no trabajar juntos, de separarnos, wow. Primero estábamos enamoradísimos, el principio de la historia es amor, amor, amor y dos niñas que se llaman Antonella Maia y Agostina. Y después separación espantosa, tumultuosa. La gente no tuvo conocimiento de que esa separación fue tan fuerte hasta mucho tiempo después, porque como los dos somos bastante discretos en lo público ninguno habló demasiado, pero aquellos que nos conocían sabían esto, éramos como perro y gato. Tenemos personalidades muy distintas. Yo quedé muy mal. Yo creo que los dos quedamos muy mal. ¿Pero sabes por qué? Yo nací en el Caribe y llegué en 1990 acá y dejé una historia en Puerto Rico que tenía que ver con el arte. Él también dejó una historia porque se había ido a trabajar allá pero yo dejaba mis raíces en su totalidad y toda una familia. Yo de verdad aposté a una historia para toda la vida. Entonces, cuando esa historia se rompió, me encontré en Argentina sola y pensando, ¿qué hago? ¿Podré recuperar mi felicidad? ¿Podré recuperar una historia personal? Esto es una familia para toda la vida, ¿cómo hacemos para reconciliar este distanciamiento que tenemos dos personas que nos hemos amado? Fueron años de pensar diferente y no soportarnos. La diferencia de edad peso mucho. Hoy sería más tolerante con algunas cosas. Primero me tuve que perdonar a mí misma, mi enojo. Las relaciones nacen por amistad. Uno cuando se enamora y primero eres amigo... Y hay un momento en que uno se casa y deja de ser amigo, es una cosa rarísima. Dejas de ser amigo para ser demandante, cuestionar lo que hace el otro. Se empieza a perder la historia de amor. Nosotros nos separamos en el 98’ y hemos mantenido una comunicación por las chicas, no es que no nos dirigíamos la palabra. Lo importante es que a esta altura de nuestras vidas nos reencontramos como personas. Siempre vamos a ser familia, tenemos dos hijas maravillosas y no era justo que nos vieran así.” Confesó la actriz quien abrió su corazón y contó cómo, después de 30 años de estar separados, lograron reconciliarse.

El año pasado Pablo estuvo muy enfermo. Primero con neumonía bilateral, después con problemas coronarios. Y atravesó una operación a corazón abierto muy peligrosa y eso cambió todo entre ellos: “Durante cinco meses íbamos todos los días a la clínica. La hice venir a Agostina de Estados Unidos. Cuando mi padre se enfermó en Puerto Rico, si yo no hubiese ido, no me lo hubiera perdonado. Entonces sentía la obligación de decirle a mi hija que tenía que estar acá presente, por él y por ella. Entonces la familia se unió, lo más importante son esos valores. Yo tengo un amigo que me decía: si mi pareja va todos los días a la clínica, yo me muero de celos, yo no lo comprendería. Yo le decía, pero ¿cómo no vas a comprender que es un tema de familia? Yo voy porque alguien tiene que hablar con el médico, alguien tiene que hablar con la enfermera. Hubo situaciones graciosas, porque venían a verlo a Pablo y el se ponía nervioso porque estaba yo. Ahí me retiraba de la habitación y los dejaba solos. Trataba de respetar sus cosas y su privacidad sin preguntarle nada. Hoy es igual, somos muy amigos, pero no nos contamos sobre situaciones amorosas. Cuando todo empezó a fluir tan bien entre nosotros se nos ocurrió a la vez el año pasado, más o menos para septiembre, octubre que deberíamos trabajar, encontrar una obra. Los dos teníamos ganas. Leímos varias, ninguna nos gustó hasta leer esta obra que tiene que ver con muchas cosas en común para todos los que hemos pasado por una situación parecida, que habla también del acostumbramiento en una pareja. Esa manera horrible con que mirás a tu pareja cuando es como un hermano en algún momento y no se rompe la historia. ¿Qué hago con mi pasión? No me mira, no lo miro, ya no está el beso de la llegada. Ese montón de cosas que nos pasan a todos están metidas en la obra.”

Hoy, tres décadas después de aquella separación, la pareja de actores comparten escenario en la obra “Es complicado”, una comedia que, paradójicamente, trata sobre el amor, el desamor y los reencuentros en la vida de las parejas. Un relato que bien podría haber sido escrito con capítulos de sus propias vidas. Escrita y dirigida por Ernesto Medela, con intervención en los textos de ambos actores, la obra es una propuesta teatral que invita al público a reflexionar sobre las relaciones afectivas, mientras se permite disfrutar de un relato ágil, cargado de humor y emociones. La trama nos lleva a un reencuentro entre dos personas que alguna vez compartieron todo: una vida, una casa, un matrimonio, un divorcio, y lo que queda después de ello. Una obra llena de momentos cómicos y conmovedores, que juega con los contrastes entre el amor, el desamor, los celos y lo que pudo ser: “Quiero aclarar que no es enteramente nuestra historia. Este matrimonio estuvo casado muchos años más que nosotros y al comienzo de la obra llevan cierto tiempo de separados, pero no tanto como Pablo y yo. Y, además, se encuentran en pleno proceso de resentimiento mutuo y todo es pura pelea. Claramente, están viviendo un momento muy distinto al que hoy estamos transitando nosotros... La obra cuenta con humor la historia de dos personas que están paradas en su punto de vista y cada uno tiene una visión de lo que es la relación y de quién tiene la culpa de todo. La obra arranca con esa pelea. Nosotros, en esta instancia de la vida, estamos en otra, pero pasamos por ese proceso, por esa batalla en la que en algún momento hay que ceder o no. En ese sentido, hay gente que cede y gente que queda peleada eternamente. Yo creo que muchas parejas se sienten identificadas con el argumento.”

Asi cuenta Medina como surgió el amor: “No fue amor a primera vista. Cuando nos conocimos yo estaba en pareja y nuestro primer encuentro fue un papelón. Lo conozco de cuando en Puerto Rico vino a ver una obra en la que yo trabajaba, El parador de promesas, y me invitó a participar de una telenovela que él protagonizaba. En ese momento, de una manera muy soberbia le contesté: “Yo no hago televisión”. ¡Qué tarada! ¿Y qué pasó tres años después? Yo era la protagonista femenina de una de sus novelas, La isla. Allí, el primer día de grabación se vengó. “¿Vos no eras la que no hacía televisión?“, me dijo. [Risas]. Cuanto empezamos a trabajar juntos se produjo un flechazo profundísimo; como si el papelón de la primera vez no hubiese existido, y encontré en Pablo a un amigo con el que me llevaba muy bien y me empezaban a pasar cosas. Hasta que un día me pregunté: “¿pero diablo, quién es este muchacho?" Y allí la historia tomó otro color. Juntos estuvimos en las novelas La isla, Ave de paso y una serie de Corín Tellado que Pablo producía y dirigía. También hicimos una película: Mujeres. Todo eso en Puerto Rico. Después vino la propuesta de venir a la Argentina y ver qué podría pasar aquí. Primero vivimos en General Pacheco, donde en mayo hacía un frío... y él me hacía la psicológica. “Fijate que yo estoy en remera, Claribel, aquí no hace nada de frío”, me decía para que yo no huyera y volviera al Caribe. ¡Y yo me lo creía! [Risas]. Los otros grandes recuerdos de nuestra vida en común, obviamente, son los nacimientos de nuestras hijas. Y también nuestros perros, porque hemos tenido muchos y los hemos querido intensamente. También recuerdo las comidas. Pablo es un gran cocinero. A mí me daba mucha tranquilidad llegar a casa después de una larga jornada de trabajo y saber que la cena para toda la familia estaría resuelta y encima sería riquísima. En la Argentina trabajamos varias veces juntos, fundamentalmente en teatro. La última vez fue en 1996, cuando hicimos El búho y la gatita en gira por todo el país.

Hace unos años  la actriz contó públicamente que estaba recuperándose del alcoholismo y hoy 7 años después se siente orgullosa de toda la gente que pudo ayudar con su decisión de contarlo públicamente: “Yo me siento realmente orgullosa de haber abierto mi corazón para contar algo que tan íntimo, pero que ayudó a tanta gente. Porque cuando uno dice una cosa así, que tiene una importancia muy grande y que tiene que ver con las adicciones no se puede tomar con liviandad. La gente le tiene tanto miedo a las adicciones, a declaraciones de este tipo sobre todo en figuras públicas, que aparecen palabras hirientes por desconocimiento, aparecen ofensas, aparecen insultos, dejás de ser esa persona idealizada que entraste a la casa con ‘Los Roldán’, con ‘Por amor a vos’, con ‘Mujeres de nadie’ para que piensen: ‘Ah, qué horror las cosas que habrá hecho’. Entonces uno tiene que decir que es una enfermedad, que es una adicción, hay que explicarla con todas las letras y como corresponde. Y también hay que sentirse orgulloso cuando te animás. Yo me siento muy orgullosa de mí misma, de haber abierto mi corazón para contar algo que yo sé que ayudó a mucha gente. Mucha gente me escribió por Instagram o en Facebook de manera privada, me pedían adonde ir, que tenían que hacer. Dios me permitió y mi conocimiento y haber buscado ayuda en la Asociación en Alcohólicos Anónimos, haber hecho todo el trabajo que tenía que hacer, haber hecho terapia para encontrar la razón de ese dolor y ese vacío y poderlo transformar en ayuda. Entonces dejó de ser importante si alguien me insulta o si alguien me tira mala onda. Porque hay gente que le tiene miedo a una verdad que tiene que ver con la adicción. Pero no me cansaré de decir que hay que buscar ayuda, que es una enfermedad dolorosa, que tiene que ver con un vacío muy grande, que cada cual tiene que entender lo que le pasa y por qué, e inmediatamente buscar ayuda. Que sirva que una persona cualquiera, como yo, se anime y diga: se puede salir de eso si quieres ponerte de pie, quieres ser feliz y buscar la felicidad en tu vida.”

Continuando con el tema agregó: “Hace 7 años que tomo una gota de alcohol, sigo yendo a los grupos cuando puedo y teniendo presente el ‘solo por hoy’. Eso es para siempre. Yo no toco una gota de alcohol y pueden tomar alrededor mío que no me pasa nada. Pero yo tuve que movilizar mucho dentro de mí para que eso sucediera. Al principio no iba a ningún lugar donde hubiese alcohol, ningún restaurante. Hoy ya no es necesario, porque no me pasa nada, porque sé que para mí es el diablo. Ya no lo pienso. A los grupos no voy siempre, ya voy bastante menos, ahora que estoy de gira me es casi imposible. Antes iba a veces dos o tres veces por semana, pero también es una forma de agradecer lo que hicieron por mí. Cuando entra alguien nuevo es una necesidad brindarle al otro tu propia experiencia para que se sienta cómodo y no se sienta agredido, para que sepa que está bueno y que se va a ayudar, que nadie va a juzgar, que sabe ahí todo el mundo de qué está hablando y que hay amor. Fue una gran liberación para mí contarlo y después se convirtió en lo bueno que fue haber soltado todo esto y que vaya por ahí esta información. Porque todo eso soy yo, soy una mujer pasional, como todo el mundo con defectos, pero también soy artista, soy creativa, soy cantante, soy actriz, soy mujer, soy madre. Soy un montón de cosas. Y soy humana. Cualquier tipo de adicción es difícil, la comida, la cocaína, las pastillas, los somníferos, todas estas cosas te pueden llevar a un encierro y eso es lo primero que hay que prestar atención. Y lo segundo que hay que saber para cualquier persona que nos esté escuchando, la negación es una necesidad de no ver lo que duele. Si uno con amor a la otra persona despacito la va llevando, puede ayudar. Ahora, si una persona no quiere salir, no hay manera de ayudarla. Tiene que ser una decisión absolutamente personal y profunda. Gracias a Dios a mí no me afectó en mi trabajo. Yo no falté a mi trabajo nunca. Por eso no se sabe lo que es una enfermedad, porque una persona su dolor lo puede manejar de millones de maneras y no lo ves, solo lo ve uno. Pero a muchos las adiciones le arruinaron la vida.”

Boricua de pura cepa, pero con profundas raíces en el ambiente artístico argentino, Claribel comenzó su carrera a principios de la década del 80 cuando el desaparecido cantante de ópera, Alex Vázquez, la escogió para interpretar un personaje en la pieza musical "La pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo". Meses más tarde, la joven artista logró su primer trabajo profesional con el clásico de teatro del 60 "La verdadera historia de Pedro Navaja", en la cual interpretó a una de las chicas del famoso Tíbiri Tábara. Posteriormente, mientras cursaba estudios en el Departamento de Drama de la Universidad de Puerto Rico, Claribel debutó en la pantalla chica en la telenovela "La verdadera Eva". Pero fue su memorable participación en el melodrama "Coralito", donde se estableció como una de las actrices jóvenes más prometedoras del medio. Finalizando su labor en dicha telenovela, Medina completó su bachillerato y se trasladó a la ciudad de Nueva York donde participó en talleres de actuación en la escuela Elaine Heikens. A mediados de los 80, la joven actriz regresó a suelo boricua para trabajar en la obra infantil "Rock O'landia" en la cual compartió escenario con Camille Carrión. Asimismo debutó como animadora en el programa de variedades "Chaconísimo", producido por la vedette Iris Chacón. Más tarde, Claribel retornó a las tablas del País con obras tales como "Casa de mujeres", "Muerte en el Nilo" y "Las bohemias en hi fi", está última una pieza teatral que arrancó aplausos de la crítica. Asimismo formó parte del proyecto para televisión "Ellas al mediodía" y de las telenovelas "Ambición de poder", "El hijo del gitano" y "Casa de mujeres" que se presentaban como segmentos del recordado programa, demostrando así su calidad interpretativa para encarnar diferentes tipos de personajes. En los 80 participó en telenovelas como "La isla" y "Ave de paso", en ésta última compartiendo roles protagónicos con Yolandita Monge y Sharon Riley.

"Clari", como es conocida por sus compañeros, logró su primera protagonización a finales de la década del 80 con la telenovela "La otra", en la cual interpretó a hermanas gemelas con personalidades opuestas. Este melodrama, que le valió el reconocimiento de la industria, contó con un elenco de primeras figuras tales como Elia Enid Cadilla, Jaime Montilla, Junior Álvarez y Carlos Vives. En el 1989, la actriz fungió como una de las animadoras del programa del Canal 11 "Ellas al mediodía" junto a Ángela Meyer, Camille Carrión y Sharon Riley, entre otras. Mientras laboraba en el mismo, Claribel tomó una de las decisiones más importantes de su carrera cuando renunció al exitoso espacio y se trasladó a Argentina, junto a su entonces esposo, el actor argentino Pablo Alarcón. En la tierra de Gardel, la incipiente actriz participó en la telenovela "Apasionada", actuación que logró una buena aceptación del público argentino. Luego de su intervención en este melodrama, Claribel hizo un alto en su carrera para cumplir otro de sus sueños…ser madre. Tras el alumbramiento de su hija mayor bajó su ritmo de trabajo realizando pequeñas presentaciones en el programa "El gran casino" con Pepe Soriano y en una telenovela, junto a la afamada actriz argentina Andrea del Boca. En el 1997, le surgió la oportunidad de interpretar a "Marisa" en la novela "Naranja y media", actuación que le valió excelentes críticas de la prensa especializada argentina. Lejos de su natal Puerto Rico, Claribel no se ha desligado del todo del ambiente artístico nacional acreditándosele la producción del unitario "Un caballero para dos mujeres", original de Corín Tellado. Igualmente Medina ha incursionado en cine trabajando en la película “A Show of Force”. En esta cinta, protagonizada por la actriz estadounidense Amy Irving, Claribel realiza un trabajo histriónico conmovedor basado en los hechos del asesinato de dos jóvenes independentistas en los sucesos del Cerro Maravilla.

A principios del año 2000, Claribel laboró en la Argentina en el espectáculo infantil “Canciones para mirar”. Igualmente la artista actuó y cantó en el café concierto “Ojalá te enamores”, proyecto en el que interpretó temas de Sylvia Rexach y Tite Curet Alonso en el Bar Nacional del área de San Telmo en Buenos Aires. Allí estuvo acompañada por Rita Cortese y un grupo de cinco músicos. “Ojalá te enamores” le ganó un premio ACE a la boricua y dio paso a otra producción posterior “Discepolín y yo”. La obra teatral, inspirada en la vida del afamado compositor argentino, Enrique Santos Discépolo, le sirvió de plataforma para exponer su talento histriónico y vocal. A comienzos de 2003, Claribel Medina vino de visita a Puerto Rico para compartir con sus progenitores Petra Santos y Alberto Medina. La noticia de su llegada al País, le permitió a la destacada actriz participar junto al animador Héctor Marcano, en calidad de presentadora, en el espacio “¡Qué suerte!” que transmite Univisión. A pocos meses de haber cosechado reconocimientos y distinciones en Argentina, laboró en octubre de 2003 en Puerto Rico en el unitario “Cuarentena”. La película realizada en el pueblo de Aguas Buenas bajo la dirección de Vicente Castro, le mereció aplausos de la crítica especializada. En otoño la radiante actriz regresó a su tierra con motivo de la exhibición del filme argentino “La cacería” en el XIV San Juan Cinemafest, producción en la que Medina formó parte del elenco. Posteriormente, en 2006, protagonizó junto a Yolandita Monge y Sully Díaz la producción televisiva "Mujeres sin hombres".Otros proyectos en los que ha trabajado fueron la telenovela policial “El 22”; el programa de juegos “Pasa palabra”; producción en el que explotó sus capacidades como animadora, el unitario “Tiempo final”, la miniserie “Infidelidad” y la producción “Doce corazones”. Entre tantos otros trabajos.

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