Herramientas de Accesibilidad

La Barby: “Estoy feliz. Baje 22 kilos y ya no quiero operarme”
Sábado, 08 Noviembre 2025 15:18

La Barby: “Estoy feliz. Baje 22 kilos y ya no quiero operarme”

Leonardo Javier Veterale, el actor, cómico, conductor y panelista, que desde 1995 le dio vida a “La Barby”, un personaje que nació para una fiesta de carnaval y se quedó en su vida para siempre, abrió su corazón en Íntimamente con Alejandra Rubio contando su historia, su vida, sus comienzos y su lucha contra la obesidad: “De niño siempre fui gordito y aprendí a vivir con eso. Hoy estoy en un momento diferente, por primera vez priorizo mi salud y estoy en pleno tratamiento. Es un plan de obesidad a través de la prepaga y me cubren todo, te hacen un año de tratamiento con dieta para bajar de peso y después de eso, podés operarte. Yo ya tengo aprobada la cirugía bariátrica desde noviembre del año pasado, pero por ahora no quiero operarme. Estoy en la clínica Cormillot y trabajando con una psiquiátrica para manejar mejor el tratamiento. Ya bajé 22 kilos, estaba en 162 y ahora en 140. Lo que la obesidad me provocó a mí fue una artrosis tremenda. Hace un año atrás empecé con una psiquiatra, me medicó muy bien y en este año que estoy con con ella me cambió la vida, me cambio mucho la cabeza, aprendí a cuidarme y quererme más. Estoy tratando la problemática de la obesidad con la prepaga, con psicólogo, con nutricionista en Cormillot… Decidí cuidar mi salud. Empezar a bajar de peso para tener más libertad con mi cuerpo. Me está yendo bien, bajar 22 kilos, es un montón. Estoy muy feliz. Porque estoy comiendo de todo pero poco, eso es lo que corresponde. Así que estoy perfecta. Porque quiero estar más tiempo, quiero estar bien lo que me queda de vida. Estoy muy feliz, bajando de a poco, pero en el camino correcto.” Aseguró “La Barby” que desde hace años se luce en el programa de radio de Elizabeth Vernaci y este año también todos los días en la tele, en LAM, con Ángel de Brito, además de conducir su propio programa.

Leonardo Veterale, cumplió 59 años, nació en Capital Federal, pero pasó toda su infancia y adolescencia en Paso del Rey. Está casado y en pareja desde hace 28 años con German y está pasando uno de los mejores momentos de su vida cumpliendo sus sueños de la mano de “La Barby”, un personaje que nació hace 30 años como un disfraz de carnaval y se ganó el cariño de la gente. Refiriéndose a como se define, aseguró: “Me gusta decir que soy cómico. Amo divertir, hacer reír y que se diviertan conmigo. Me visto de mujer solo para actuar. ´La Barby’ nació hace 30 años en 1995 para una fiesta de disfraces en carnaval. Sin pensarlo creé un monstruo que la gente aceptó y me brindan mucho cariño. Yo en la vida voy vestido como Leo, pero muchas veces me reconocen la voz. No voy por la vida vestido de Barby, todavía tengo pudor que me vean los vecinos vestido así, subir a un ascensor… Soy tímido aunque no lo parezca. Yo siempre fui muy vergonzoso, siempre me dio timidez el hecho de mostrarme como Barby en la calle. Esto es algo que me pasa en mi lugar de pertenencia, no me gusta ni ir a Paso del Rey, de donde soy, vestido de mujer, ni tampoco hacerlo dentro de mi edificio. Me da mucha vergüenza salir de mi departamento y que me vea un vecino. No me explico por qué, no hay terapia que me lo haya dicho, yo me subo al ascensor y estoy rezando ‘que no suban, que no suba nadie’. Me da mucha vergüenza en mi sitio, en mi lugar. Acá en la esquina o en esta calle no me pasa nada.”

A Leonardo cuando era chico todos lo señalaban por ser amanerado y lo molestaban por su gordura. En pleno verano usaba una campera para que no le gritaran “gordo tetón”. Hoy decidió tomar el toro por las astas y cuidar su salud comenzando un completo tratamiento para bajar de peso: “No se les daba bolilla a las burlas, estaba naturalizado. Me acuerdo que fui al cumpleaños de 15 de una amiga y en un momento pasaron la canción ‘Estoy saliendo con un chabón’ y fue tremendo, tremendo, porque todos me miraban. Era la mirada de todo el conjunto de compañeros del colegio, todos me miraban a mí como acusando. Eso fue terrible, no me lo olvido más ese momento, en pleno cumpleaños todos me señalaban ‘el maricón’, ‘el puto’. Fue muy duro. Y también con la gordura. Como yo tengo pechos de gordo, entonces se me notaban. Y andaba en pleno verano con una campera, con 32, 35 grados, con una campera deportiva todo tapado para que no se me notara. Mi cabecita pensaba ‘Eh Gordo tetón’. Eso, a un chico de 12 años que tiene inclinaciones distintas al resto, que le digan que le digan ‘tetas’... Uy, me estoy convirtiendo, no en mujer, pero… Tenía mucho que ver con la mariconada el concepto en esa época de lo que era ser gay: mujercita. Y yo andaba con esa campera en pleno verano, iba a la pileta de una amiga y esperaba que todos se dieran vuelta para sacarme la ropa, tirarme rápido al agua porque debajo del agua no se me iba a ver nada. Después supe vivir bien con mi cuerpo gordo, hasta de zunga en Río tuve, no tuve drama. Quizás por prohibirme tanto exploté. ¡Basta! Basta, es lo que soy, me amaron por mí y por mi cuerpo.” 

“Hoy estoy en un momento diferente, por primera vez priorizo mi salud y estoy en pleno tratamiento. Es un plan de obesidad a través de la prepaga y me cubren todo, te hacen un año de tratamiento con dieta para bajar de peso y después de eso, podés operarte. Yo ya tengo aprobada la cirugía bariátrica desde noviembre del año pasado, pero por ahora no quiero operarme. Estoy en la clínica Cormillot y trabajando con la psiquiátrica para manejar mejor el tratamiento. Ya bajé 22 kilos, estaba en 162 y ahora en 140. Lo que la obesidad me provocó a mí fue una artrosis tremenda, en el 2016 me hicieron una operación de cambio de cadera y en la pandemia engordé todos los kilos que había bajado. Estaba deprimido y para mí la solución era hacerme una cirugía bariátrica para aliviar un poco la sobrecarga de kilos y aliviar la cadera que no estaba operada. Hace un año atrás empecé con una psiquiatra porque la obesidad la tengo que tratar cerebralmente, es una adicción y la tengo que tratar seriamente como tal. Me medicó muy bien y en este año que estoy con la psiquiatra (desde junio) me cambió la vida. Todo lo que se te ocurra estoy haciendo, una perfección total. La psiquiatra me cambio mucho la cabeza, aprendí a cuidarme y quererme más. Estoy tratando la problemática de la obesidad con la prepaga, con psicólogo, con nutricionista en Cormillot… Decidí cuidar mi salud. Empezar a bajar de peso para tener libertad e ir a todos los lugares que quiero. Me está yendo bien, bajar 22 kilos, es un montón. Estoy muy feliz. Porque estoy comiendo de todo pero poco, eso es lo que corresponde. Así que estoy perfecta. Porque quiero estar más tiempo, quiero estar bien lo que me queda de vida. Ya tengo aprobada la operación bariátrica, te cortan el estómago y te dejan una cosita así, que te entra una nuez. Pero esto no es solamente que me achiquen el estómago, es cambiar la cabeza. Como es una adicción a veces caigo, pero tener buenos momentos durante muchas semanas, hacen la diferencia y dan resultado. Estoy muy feliz, bajando de a poco, pero en el camino correcto. Me bajé una App que cuenta las calorías de la comida y voy buscando un equilibrio. Estoy aprendiendo poco a poco a relacionarme de una buena manera con la comida.”

Leo nació en una familia clásica del oeste: “Nací en Palermo, pero crecí en Paso del Rey. Mi papá era italiano naturalizado argentino. Comerciante y medio involucrado con política, varias veces se postuló como concejal y esas cosas. Trabajó con varios gobiernos y estuvo como interventor del cementerio de Moreno. Después también fue interventor de tránsito. Mi mamá era gallega. Se separaron cuando yo tenía doce años, así que agarré la parte final de su amor. En esa época separarse era muy duro. Yo me quedé con mi mamá y pese a lo duro de la separación pude superarlo bien. De muy chico ya se notaba que era diferente. En mi casa era una castañuela. Yo ya era mariconcito desde los seis años. Desde niño yo ya tenía claro que me gustaban los chicos. O por ahí no tan claro, pero tenía una manera amanerada, afeminada de ser. Los demás me titulaban ‘maricón’, pero no me jodía. Sí me jorobaba que me quemaran delante de otros compañeros. ‘Maricón yo y me lo dijo delante de una persona que es amiga’. No tuve  esa situación de tener que ‘salir del clóset’, en mi casó fluyó todo normalmente. Tanto mi mamá, como toda mi familia, se fueron dando cuenta con el tiempo. Mi familia nunca me la hizo pasar mal. Y eso que mi mamá era una gallega que había venido de la Guerra Civil española, era una mina fuerte, una mujer que hoy tendría 95 años, moderna. No le importaba nada, estaba para acompañarme, para apoyarme siempre. Yo tenía pruritos de disfrazarme o vestirme de mujer delante de ella. Después fui más allá y hasta la llevé al programa de Moria un día y ella estaba orgullosa de mí. Es hermoso ese recuerdo y aun hoy me emociona.”


Regresando a su infancia y su historia Leo recordó como siempre lucho por sus sueños y con mucho esfuerzo logró lo que siempre anhelo y lucho toda su vida: “Desde mi niñez yo siempre tuve unas ganas tremendas de ser famoso. Yo decía: ‘Quiero ser conocido, quiero ser famoso’.  Y estamos hablando de los 80, donde no había redes sociales. No existían los influencers, ni los youtubers. La única manera era ser actor, periodista, locutor… Sino no podías acceder a los medios. No había otra forma, no era como hoy que prendés el celular y te haces famoso en un instante. Entonces decidí estudiar actuación. Me metí en clases de teatro. Primero estudié actuación en la Escuela Municipal de Teatro de Morón y después me venía a Buenos Aires a estudiar con Julio Chávez. Me quería preparar porque ese era el camino, no había otra cosa. Estudie ahí y después empecé a hacer obras de teatro independiente hasta que me cansé. Yo quería ser famoso, ganar plata, y en el teatro independiente no ganas, siempre pones. De ahí me fui a mi otro oficio que es la pastelería y trabaje muchos años con todo. Hasta que un día por jorobar fuimos con unos amigos a disfrazarnos para el carnaval. Dijimos: ‘Tenemos que disfrazarnos de mujer’. O tenías peluca y no tenías zapatos, o tenías zapatos y no tenías peluca, siempre faltaba algo. Hasta que un día decidimos ir a comprar todo. Me compré una peluca marrón, me compré zapatos de tacón alto pensando que se podía caminar lo más bien y haciendo una versión libre de Gatúbela, gané el concurso que era un viaje a Brasil y así nació todo esto, en un carnaval del mítico boliche Bunker, hace 30 años y ahí nació ‘La Barby’. Me disfracé y de ahí para acá no paré de disfrazarme. Largue todo el histrionismo que tenía y todo lo aprendido en mis clases de teatro y me largué. Algo que nació como un juego con amigos, se transformó en mi trampolín a lograr mis sueños.”
 
Continuando cronológicamente con su historia y cómo fue su llegada a los medios, “La Barby” recordó: “Después de ganar el concurso, empecé a ir performateado al boliche para crear un personaje y un día una persona me dice: ‘¿No te gustaría estar trabajando en un boliche? Yo dije:’ Me van a pagar por esto? Y obviamente acepté. El ir vestido de Barby me abrió muchas puertas. Conocí a Moniva de Alzaga y me llevó a ‘Hielo y Limón’ a Moria que me llevó varias veces a su programa ‘Amor y Moria’, a Carmencita. Iba a todos los programas de América Tv. Me venía disfrazado desde Paso del Rey, a cuarenta y pico de kilómetros de acá. No me importaba que me pagaran, era una manera de mostrarme, de lograr ser conocido y también que me pagaran más en los boliches que trabajaba. Empecé como Drag Queen, en mi época se le decía transformista. Éramos pocos los transformistas que teníamos acercamiento con la gente. En esa época el transformista hacía un playback y se iba y yo ya hablaba con la gente, interactuaba y todo eso. Esa cosa de desfachatez siempre la manejé, el disfraz te ayuda a decir cosas que en persona no las dirías. Trabajé desde siempre en Búnker y después en el boliche América. En el último había un día que se llenaba de famosos, especialmente con gente del Bailando. Un día Celina Rucci me pidió que fuera al programa de Tinelli a ser su hinchada. La llamé a Florencia de la V, que me había hecho amiga, para contarle que iba a ir y que le parecía, y me dijo: ‘¿Cómo vas a ir a la tribuna de Celina Rucci? Vení por mí’. Entonces fui por ella y empecé a tener contactos, ‘la gorda Lobby’ jajajjaja. Empecé a moverme, a conocer gente. No lo hice con un propósito de lobby pero me sirvió muchísimo. El que me dio bolilla, y yo no podía creerlo, fue Gerardo Sofovich. Me dijo: ‘Este verano vas a tener una sorpresa, y la sorpresa fue ponerme en una obra que duró un año con Moria, ‘Una familia poco normal’. No podía creerlo, mis esfuerzos y tratar de entrar por todos lados, me estaba sirviendo. Después me siguió contratando para otras obras, un homenaje a María Elena Walsh con Aníbal Pachano, después una revista en Carlos Paz… Empecé yendo a todos los programas gratis, no me importaba nada. Quería hacerme conocido. Estaba alerta a todo, ver donde podía haber un huequito para meterme. Si se daba la posibilidad de meterme a cocinar en la tele lo hacía, Estaba alerta todo y despierto esperando la oportunidad sin dejarla pasar. Todo eso que hice, no tengo dudas, que es lo que me llevó a disfrutar este momento, que tardó 30 años en llegar, pero llegó. Lo disfruto mucho y es mucho más de lo que soñé. No me explico porque la gente me quiere tanto, es hermoso. No puedo explicármelo, pero lo disfruto mucho.” Recordó.

Siempre quiso ser famoso y no dudó en perseguir su sueño. Trabaja y trabajó en programas muy distintos entre sí. Con Gerardo Sofovich, en Bendita tv, con Fernando Peña…: “Trabajé en teatro con Moría, no lo podía creer. Igualmente lo de Peña para mí fue inolvidable. Yo lo veía mucho en el boliche Búnker, él se ubicaba en la parte de atrás y charlaba conmigo. Me decía: algún día vas a trabajar en teatro conmigo, te quiero todo desnudo y que pasées alrededor mío. Después trabajé ‘EsquizoPeña’ el musical, yo era un obrero que estaba enamorado de él. Con el tiempo en la obra ‘Ni la más puta’, andaba con una media calada dando vueltas al lado de él, totalmente desnudo. Lo hice. No me importó nada y aparte me lo pedía él. Yo le tuve un amor enorme. Fernando era una muy buena persona, muy generoso. LAlgo parecido me pasó con Elizabeth Vernaci.Yo quería trabajar con La Negra en el 2013, 2014. Germán (mi pareja) me dijo: mandale un mensaje, decile que querés ir y llevarle unos brownies. Fuí y la Negra me dijo en ese momento que el ambiente de la Rock and Pop era muy homofóbico, que esperara un tiempo. En el 2016 Ángel le habló de mí y me llamó. Desde hace ocho o nueve años que estoy con ella cumpliendo un sueño. Ella fue la responsable de formarme, me dio queriendo y sin querer un curso de locución, de trabajar en los medios y me enseñó a amar la radio ante todo.”

El reconocimiento en la calle se lo debe al periodista Ángel de Brito: “Con Ángel empecé en cable en BDV. Ángel me invitó a hacerme una nota y yo le ofrecí ir al programa una vez por semana. Yo nací con él en BDV, su programa en Ciudad Magazine. Empecé una vez por semana y después iba tres. Yo iba a todos lados, al programa de Carmen Barbieri, de Moria, Zap, de todos, gratis. Eran las redes sociales del momento salir en televisión, que te vean. De Paso del Rey venía disfrazado al programa y participé de todo. Dale, venite, me dijo Ángel y empecé a ir una vez por semana a su programa en esa época. Cuando estuvo en el 13 no pudo llevarme y ahora que está en América estoy como Angelita. A mí el hecho de formar parte de LAM me cambió mucho. Lo que me está pasando lo vivo con mucha alegría. La relación que tengo con Ángel (de Brito) es de una amistad de muchos años. Me encanta como la gente me escribe por las redes y se alegra cuando me ven en el programa. El cariño del público me llena de alegría. Siempre soñé con este momento, ser famoso era mi sueño desde muy chico. Lo que yo quería en la vida lo tengo. Podría pedir más, hacer cine, ficción… pero disfruto mucho lo que estoy viviendo.”  Remarcó ‘La Barby’ sobre su presente.

En su vida personal Leonardo tiene un gran amor, Germán, su marido y pareja desde hace 28 años: “German es el perfil bajo hecho persona, hace 28 años que estamos juntos y nos complementamos muy bien. Nos conocemos desde 1998 y en 2014 le dije: si nos casamos por ahí te puedo dar la nacionalidad, el pasaporte europeo. Fue lo menos romántico del mundo, nos casamos para ver si conseguía los papeles. No consiguió nada, pero nos casamos. Hicimos una reunión, la Negra hizo de juez de paz. Tenemos mucho compañerismo, nos cuidamos mucho, nos aconsejamos. Hablamos mucho, nos divertimos y nos complementamos muy bien. Es mi gran compañero y, pese a ser perfil muy bajo, me ayuda mucho en mi carrera. Me impulsa, me aconseja. Quiere lo mejor para mí.” Concluyó Leo.

×