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Roly Serrano: “Volví de la muerte, gracias a las cadenas de oración y el cariño de la gente”
Sábado, 17 Mayo 2025 16:22

Roly Serrano: “Volví de la muerte, gracias a las cadenas de oración y el cariño de la gente”

El querido actor, quien supo construirse desde los orígenes más humildes y el más profundo desamor, realizó un intenso recorrido en Íntimamente con Alejandra Rubio por su dura historia y contó como el gran afecto del público lo ayudo a salir adelante en su peor momento: “Cuando después del accidente y despertar del coma, pude ver los mensajes, las cadenas de oración y el afecto que me dan hasta hoy, no podía creerlo. Sentirme tan querido me dio muchísimas fuerzas y estoy seguro que las oraciones y los médicos del IMAC, que son maravillosos, lograron que hoy este acá. Tres veces tuvieron que rescatarme de la muerte. Gracias a Dios no bajaron los brazos y sigo acá. Tengo la propuesta de hacer Yepeto en teatro, dirigido por Nicolás Cabré, y una miniserie basada en la película Capitán Menganno, con el Puma Goity. Estoy escribiendo un libro para poder ayudar. Si me dejaron en la tierra, es que todavía puedo ayudar a muchos y el no bajar los brazos ante ninguna circunstancia, es algo que quisiera trasmitir a tanta gente que me brindó su amor.” Aseguró el actor agradeciendo el cariño del público después del accidente por el que estuvo 2 meses en coma, 6 meses en terapia intensiva y 9 meses internado.

A principios de marzo del 2024 Roly Serrano tuvo un grave accidente mientras volvía de Córdoba, donde había hecho temporada con su unipersonal, Rolando. Le peleó codo a codo a la muerte. Estuvo nueve meses internado en el Instituto Médico de Alta Complejidad (IMAC), dos de ellos en coma, un tiempo con traqueotomía y varios meses más en recuperación. Actualmente con cincuenta kilos menos, y pudiendo haber dejado el cigarrillo atrás, se encuentra lleno de proyectos y disfrutando de cada persona que lo encuentra por la calle, le demuestra su amor, lo abraza y le cuenta que formó parte de la cadena de oración: “Estoy volviendo de a poco, apenas salí de la clínica hice una participación en una película y ahora tengo la propuesta de hacer Yepeto en teatro, la obra de Tito Cossa, dirigido por Nicolás Cabré; ya estoy leyendo y estudiando los libros porque estrenamos a fines de junio. Tambien tengo la propuesta de hacer una miniserie basada en la película Capitán Menganno, un súper héroe argento, con el Puma Goity como protagonista y estar en algunos capítulos de la segunda temporada de la miniserie de Coppola. ‘Rolando’ el unipersonal que hacía cuando tuve el accidente, no lo quiero hacer más. Fue premonitorio, muy fuerte, mucho de lo que pasé en la internación lo interpretaba cada noche con esa obra. Por suerte, el final en la realidad fue feliz. Después de esta nueva oportunidad que me dio la vida estoy tratando de hacer las cosas bien. Estar dos meses en coma, y tanto tiempo internado, me hizo lograr dejar de fumar. Fumaba y comía mucho, me estaba autodestruyendo. Castigué mucho a mi cuerpo y hoy estoy intentando hacer las cosas bien. No probé un cigarrillo más. Con la comida es distinto, pero intento cuidarme. El sobrepeso que tuve me afecto mucho las rodillas, cuando más liviano este es mucho mejor para eso. Hoy disfruto de estar con vida. Me cuido para durar un poco más, para poder seguir haciendo mis trabajos y lo que amo.”

Roly comenzó su camino hacia la obesidad cuando falleció su compañera de 20 años de convivencia, con quien había logrado una familia: “Con Claudia logré la familia que nunca tuve, yo no puedo tener hijos y ella tenía a Dante, un hijo hermoso, que crié junto a ella y para el cual soy su padre. Yo le huía a enamorarme por el miedo a la perdida, al abandono… pero con ella fue diferente, a los tres días estaba entregado por completo. Vivimos 20 años maravillosos, donde fui inmensamente feliz. Yo amaba mucho a mi esposa, la amaba muchísimo y su perdida me desequilibró. Cuando me dieron su diagnóstico el mundo se me vino abajo, lloraba mucho. Y sentí mucho dolor, otra vez la pérdida. Y dije: ‘No doy más’. Salí a la calle. Caminé seis cuadras hasta la dársena. Y no lo pude hacer, no lo hice. Y lo empecé a hacer de otra manera. Ahí fue que empecé a comer, a engordar, a fumar. Una bestia. Ese dolor de la pérdida hizo que yo intentara matarme. No lo logré. Y empecé a hacerlo de otra manera. Después que partió, primero fue el dolor de la pérdida que después se empezó a transformar en enojo, sentía que me había dejado, me había abandonado como me abandonaron siempre. Y, al final, logre sentir, bueno, tuve el honor de acompañar a este ser maravilloso en los últimos días de su vida. Fui un privilegiado. Ella antes de morir me dijo: ‘Junto a vos viví los 20 años mejores de mi vida’ y me encomendó a su hijo para que siempre lo cuidara, eso me llenó el alma. Fue generosa hasta en su muerte.” Enfatizó Roly.

Rolando Serrano nació en Salta el 8 de abril de 1955. Tuvo una infancia difícil, donde aprendió a superar varios obstáculos en su vida, como la violencia doméstica, latigazos, hambre, vivir en la calle y así cuenta su propia historia: "Nací en Guachipas, un pueblito de Salta cerca de Cafallate, de unos 300 habitantes. Mi papá era jefe de correos. Él se casó con mi mamá cuando era muy jovencita. Ahí comenzaron los problemas. Tenía unos tíos terroríficos que a mi mamá le hicieron la vida imposible, hasta que lograron quitarle los hijos. La echaron de Salta. Eran tremendos, nos castigaban y usaban como criados. Fueron años durísimos. Me maltrataron mucho estos tíos con los que viví. Me ataban para pegarme con un látigo. Eso me convirtió en un rebelde. A los trece años rompí una botella y le dije a mi tío que estaba con el látigo en la mano: 'Si vos me pegás yo te mato, y mirá que vos dormís la siesta y yo no'. Desde ese momento no tuve más un plato en la mesa. Me dejaban encerrado en el baño. y mi vida fue cada día peor en ese lugar." Relató con tristeza el actor.

Continuando con su historia, el actor recordó: "Ahí decidí irme. No tenía donde. Viví desde los 13 años en la calle, hasta comí cartón para que se me pasara el hambre, pero nunca robe. Había aprendido la cultura del trabajo de mi papá, en los pocos años que estuve con él. Era jefe de correo, tipo importante en los pueblos, pero en casa hacía carpintería, herrería, y me enseñaba. Eso me enseñó a rebuscármela. Estuve viviendo en la calle hasta casi los 15. Hubo momentos en que realmente tenía hambre y ni un pedazo de pan para llevarme a la boca tenía. Comía cartón para que se callara la panza. Después empecé a hacer changas. Te veía a vos bajar las bolsas de un auto del mercado y decía: ‘Señora, ¿la ayudo con las bolsas?’; y por ahí la señora decía: ‘Sí hijo, dale’. La ayudaba y me ganaba un paquete de galletas. En la calle supe tomar el camino correcto y me encontré con muchos ángeles. Muchas personas que me ayudaron en la vida, me abrieron sus puertas. Gente que me aconsejaba bien, que me quería bien. Estoy eternamente agradecido a muchos: a mi viejo que me aconsejaba bien, a la gente que me recibía, a la gente que me ayudó… Hice una lista de la gente que me ayudó en toda mi vida. En Córdoba, por ejemplo, tengo muchísima gente, porque yo salí de Salta a hacer el Servicio Militar y me quedé en Córdoba”

“En la calle supe tomar el camino correcto y me encontré con muchos ángeles. Muchas personas que me ayudaron en la vida, me abrieron sus puertas. Gente que me aconsejaba bien, que me quería bien. Estoy eternamente agradecido: a mi viejo que me aconsejaba bien, a la gente que me recibía, a la gente que me ayudó… Eso me ayudó a perdonar, a no tener resentimientos, a poder mirar para adelante y ser feliz con lo que me tocó vivir. Cuando era bebe a mis hermanos le dijeron que mi madre había muerto y yo crecí creyéndolo. A los 15 años mi padre me dijo que estaba viva, la busque, pero no pude encontrarla. Mi mamá por miedo al rechazo no nos buscó. Tenía miedo que estuviéramos enojados con ella. Nada más lejano. Agradezco infinitamente a la vida el haber podido reencontrarnos y empezar de cero." Relató el actor

“En Córdoba, donde hice la colimba, me cambió a mí la vida y me abrió la cabeza. Empecé a militar desde la colimba. No sabía nada, era un hippie, ni siquiera había terminado el secundario. Llego a la colimba y empiezo a ver cosas, como por ejemplo el traslado de presos, gente que tenían detenida clandestinamente en el cuartel. Y claro: ‘¿Por qué? ¿Qué pasa? ¿Por qué sucede eso?’. Tuve compañeros desaparecidos de cuartel: ‘¿Y esto? Desaparece gente, están matando…’. ‘¡¿Cómo?! ¡¿Por qué?!’. ‘Y… no sé, porque piensan distinto’. Ahí me empezó a salir nuevamente la rebeldía. Había dos compañeros míos que eran militantes comunistas, y yo dije: ‘Quiero ayudar’. Me afilié a la Federación Comunista, porque los comunistas decían que teníamos que ser todos iguales, tener las mismas oportunidades para todo el mundo. Y empecé a leer. En la colimba terminé el secundario, ellos me hicieron estudiar. Salí de ahí y empecé a estudiar Abogacía.” Rememoró el actor.

Volviendo a su historia familiar, el Roly recordó: “Yo no la sabía del todo qué había pasado con mi mamá, con mi papá, por qué nos separaron, qué fue… A mí me dijeron que mi mamá había muerto. Parte de la familia le hizo una mala pasada. Nunca la quisieron y le hicieron la vida imposible y un día le quebraron un par de costillas, la pusieron en un tren y le dijeron que desapareciera de Salta. Era joven, se vino a Buenos Aires y acá empezó su nueva vida. Yo me crié con mis tíos y sus maltratos hasta los 13, ahí me fui y a los 15 años, cuando me reencuentro con mi papá, y me dice que mi mamá no había muerto, que un tío decía que había muerto pero que en realidad vivía, pero no sabía dónde. Ahí la empecé a buscar, pero no pude encontrarla. Después me relajé y empecé a armar mi vida con una tremenda imposibilidad, porque el miedo a las pérdidas hacía que no me aferrara a nada. Nunca juzgué a mi madre. Después me enteré que fue la vida que ella pudo hacer. Fue muy tremendo lo que vivió. Una historia dificilísima. Luego supe que el único que sabía su historia, su pasado, era el papá de mis hermanos (su nuevo marido), que antes que él muriera le contó que tuvo una vida anterior con tres hijos que nunca había podido volverlos a ver. Mi mamá por miedo al rechazo no nos buscó."

Y llegó el día que Roly conoció a su madre:” Cuando la conocí, dije: ‘¡Yo no sufrí nada! Esta mujer sí que sufrió…’ Desde ese lugar es que empecé a decir: ‘Quiero que entiendas que no tengo nada en contra tuyo, al contrario, quisiera que vivas lo mejor, lo poco que nos queda de acá en adelante en contra de todo lo que sufrimos los dos. No es que vos me hiciste sufrir a mí, nos hicieron, nos tocó esa. Y ahora vamos para adelante. A partir de ahí disfruté de una gorda divina que me llamaba siempre y me daba la bendición cada vez que iba a hacer o armar algo. Y una nueva familia con un hermano, dos hermanas y sobrinos que nos queremos mucho. Éramos tres hermanos de un matrimonio anterior; ahora tengo otros tres. Y nos llevamos muy bien, nos queremos mucho. Fue mi hermana, la más chica de todas, la que más luchó por encontrarme y me buscó. Un día mi mamá estaba mirando televisión y se puso muy mal ‘¿Qué pasa mamá?’, le dijo. Y mi mamá por primera vez le contestó: ‘Ese señor es hermano de ustedes…’ Un día voy a trabajar, estaba haciendo ART en El Ateneo, llego y me dicen: ‘Te busca una señorita’ Y aparece una hermosa mujer y me dice: ‘Hola, quiero hablarte de Marcela’ Se me heló la columna. A todo esto yo no tenía una sola imagen de mi mamá. Y le digo: ‘¿Vos sos hermana mía?’ ‘Sí’, me dice. E inmediatamente nos pusimos a llorar. Después vino todo lo hermoso... Mi mamá ya partió, pero tuve la gracia de reencontrarme y disfrutarla muchísimo. Doy gracias a Dios por eso.” Concluyó el actor.