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María Rosa Fugazot: "Agradezco a Dios tener salud para seguir trabajando"
Sábado, 24 Agosto 2024 22:48

María Rosa Fugazot: "Agradezco a Dios tener salud para seguir trabajando"

La reconocida actriz ícono de nuestra escena nacional, hace aportes desde hace 68 años, hoy cobra la jubilación mínima y tiene que seguir trabajando como muchas personas de su edad para poder vivir. Comenzó a trabajar con sólo 15 años y jamás paró. Hoy sin ahorros y  con 81 años vive al día y no se le pasa por la cabeza la posibilidad de dejar de trabajar; no solamente porque ama lo que hace sino también por necesidad: “No tengo ahorros y las veces que logré hacerme un colchoncito, lo invertí en la educación de mis hijos y para que a mis padres enfermos no les faltara nada y estuvieran cuidados. Agradezco a Dios poder seguir trabando y sólo pido salud para poder seguir haciéndolo. Los dolores y achaques de la edad, se me olvidan cuando subo al escenario.” Aseguró, en Íntimamente con Alejandra Rubio, la actriz que está protagonizando en el teatro Politeama “Matar a mamá” junto a Inés Estévez y Florencia Raggi, una comedia de Laura Oliva y ensayando otra obra.

“Ella ya no cuenta cuentos. Ahora cuenta seguidores”. Este es el lema que define a la propuesta teatral “Matar a Mamá”, una obra conformada por un destacado grupo de actrices como María Rosa Fugazot, Inés Estévez y Florencia Raggi. La obra cuenta la historia de Dolores y María, unas hermanas que descubren que su madre se ha convertido en una sensación de YouTube, a partir de haber revelado sus secretos familiares más íntimos. Con la ayuda de su nieto Iván, quien la asistió en la creación de su propia red social, la madre viuda se ha convertido en una inesperada influencer de la tercera edad. Intrigadas, las hermanas acceden al canal y, desconcertadas, comienzan a seguir semanalmente el contenido, lo que desencadena una serie de situaciones cómicas y sorprendentes. : “Estoy muy feliz con la obra, las chicas son maravillosas, La dirección general está a cargo de Paula Ransenberg que es un sol y el texto de Laura Oliva es genial. Se nota muy bien que además de gran autora es actriz y conoce los vericuetos por donde nosotras podemos ir. Estamos en el teatro Politeama, en Av. Paraná 353, los viernes, sábados y domingos. Viernes y sábados 20hs y domingos 19.30. También estoy ensayando para los días de semana con un grupo de actores dirigidos por el autor, Rafael Calomino. Es un grupo que ama el teatro y son muy amigos de Robertito Antier y él me recomendó para que me sumara y yo muy feliz de hacerlo. Esto es para octubre. Además de un día de semana es probable que hagamos una función 15 o 15.30hs del domingo”.

 
Protagonizó clásicos, hizo novelas, comedias, humor y trabajó con los más grandes. Como muchos actores, en épocas de vacas flacas trabajó de todo. Lejos de victimizarse, María Rosa aclaró que, a pesar de su edad, tiene que seguir trabajando para subsistir: “Trabajé toda la vida y cuando no tenía laburo de actriz hice de todo, desde coser puntillas o hacer pullovers con una amiga hasta vender regalos empresariales. No se me caen los anillos, lo único que pido es salud y poder trabajar y que se me permita vivir con lo que gano. Como muchos, cobro la mínima. Si no trabajo no puedo vivir. Yo nunca me quedé con la jubilación. Gracias a Dios tengo salud y puedo seguir trabajando. Es triste que a esta altura de mi vida tenga que trabajar por obligación. Yo amo lo que hago y el no poder bajar los brazos me da fuerzas. Me duele todo, subo al escenario y los dolores se van. Sé que no puedo enfermarme y tomo el lado positivo, me mentalizo que tengo que estar bien y se van todos los achaques.”
 
Hace muy poco tiempo nos dejó Alain Delon, el actor de cine francés más hermoso del mundo, y la gran María Rosa Fugazot lo conoció en una de sus visitas a la Argentina y rechazó una invitación a salir: “¡Era tan hermoso! Yo tenía solo veinte años y en ese momento yo estaba con Emilio Ariño, un gran amigo. El me lo presentó y Delon tuvo la gentileza de invitarme a cenar. Y yo, le dije: ‘Que lastima yo justo tengo que ir a comer con mis amigos’ Y Ariño me dijo: ‘¡Vos sos tarada! ¿Por ir a comer con esos cuatro gansos que comes todos los días le decís que no a Delon? Y yo muy caradura le conteste: ‘Es más probable que se acuerde de mí que le dije que no, que de todas las que le dijeron que si’”. Recordó, entre risas y sonrojada, la actriz.
 
 “Nací el 20 de diciembre del ‘42, pero estoy anotada el 12 de enero del ‘43, porque mi papá casi se olvida de hacerlo. Soy sagitariana por nacimiento, pero capricorniana por documento.” Cuenta la hija de la actriz María Esther Gamas y del músico y actor Roberto Fugazot. Quien fue esposa del actor César Bertrand, tiene dos hijos, nietos, una bisnieta y un currículum poblado de grandes compañeros de escena, como Alberto Olmedo, Susana Giménez, Jorge Porcel, Darío Vittori y Robert De Niro, entre tantos otros.
 
Realizando un minucioso recorrido por su historia María Rosa rememoró: “Mi primer año de vida transcurrió en Vicente López, porque en aquel entonces había muchos estudios cinematográficos en zona norte y la cercanía le venía bien a mis viejos. Tuve una infancia hermosa, con toda la familia junta y con mi adorada abuela a la cabeza… La abuela Margarita estuvo presente siempre en mi vida. Si ella estaba en lo de mi tía y yo la llamaba a las 11 de la noche y le decía ‘Abuela estoy triste’, se tomaba el colectivo y venía a darme un abrazo. Era una mujer conmovedora. Me enseñó muchísimo. Yo la tuve hasta mis 16, se me fue demasiado pronto. Igual tuvo tiempo para formarme y enseñarme todo de la vida. Sus consejos y palabras me acompañaron siempre. De ella aprendí el valor del respeto a sí misma. Jamás me voy a olvidar de la charla que tuvimos el día que me hice señorita. ‘No voy a decirte lo que tienes que hacer o no, pero recuerda que tu cuerpo es un receptáculo, que el hombre viene, escupe y se va. De ti depende que te pongan flores o mierda’. Eso me quedó grabado para siempre. Yo fui virgen hasta casi los 18 y eso que a los 15 ya hacía teatro de revista, pero todavía era muy gansa. En esa época mi novio platónico era Chicho Serrador que tenía 23 años. Me regalaba flores y nos dábamos besos, pero no más que eso. Me decía ‘Yo jamás le voy a abrir la puerta a una mujer para que caiga por las escaleras’. Me cuidaba mucho, porque yo era una nena, al fin de cuentas. Poco antes de que muriera, lo llamé a Madrid y me dijo ‘Hola, mi niña, ¿cómo estás?’. ‘Qué niña, tengo 70 pirulos’. Y la contestación de él fue ‘Siempre tendrás 15 años para mí’. Era un tierno.”
 
 
María Rosa Fugazot es reconocida como una destacada figura del mundo del espectáculo. Su versatilidad como actriz, comediante, cantante y ex vedette la llevó a convertirse en un ejemplo para muchos. Nacida el 20 de diciembre de 1942 en Vicente López, provincia de Buenos Aires, hija de María Esther Gamas y Roberto Fugazot, María Rosa comenzó su carrera artística a temprana edad, debutando en teatro a los 15 años y con la negativa por parte de su padre, quien todavía la quería proteger de un mundo en donde la competencia iba a ser muy desleal para ella, siendo tan joven: “Cuando yo tenía 15, mi mamá estaba haciendo Tangolandia y pedían bailarines. Me presenté en el teatro porque, de tanto verla, me la sabía de memoria. Don Ivo Pelay (autor teatral) me preguntó: ‘¿Su mamá sabe?’. ‘No’. ‘Bueno, si no nos matan empieza esta noche’. Y aparecí en el escenario, mi vieja casi se infarta pero se rió. Mi viejo, sin embargo, estuvo varios meses sin hablarme, se súper enojó. Yo era muy inocente. No solamente era virgen, sino que todavía dormía con una muñeca. Mi papá enejado y sin saber cómo detenme me dijo: ‘Y va a ver, no la van a dejar entrar con la muñeca’ jajaja.  Yo no le hice caso. Me sobreprotegía. Como él había sido bastante vago, tenía miedo que yo no supiese hacerme respetar o pasara malos momentos. Antes le había dicho que quería ser médica forense, pero mi papá me sacó carpiendo. Decía que no era lugar para una señorita. Él quería que fuese arquitecta. Tal fue su enojo que no me vio jamás en la revista, pero cuando debuté en ‘Deliciosamente amoral’, ya con 18 años, fue a verme y se le llenaron los ojos de lágrimas. Yo, como él no aceptaba que fuese bailarina, me puse el apellido de su ex mujer y madre de mi hermana. Cuando papá me vio en teatro me dijo: ‘¿Usted cómo se llama?’ Le conteste: ‘María Rosa Fugazot’ y él dijo: ‘Bueno use su nombre’ Fue su manera de darme el visto bueno y aceptar mi trabajo.”
 
“Yo siempre tuve mi carácter. Cuentan que a los 2 años me ofendí por algo que había dicho mi mamá. Me contó mi viejo que agarré un pañuelo, metí cosas, lo até como pude, me lo puse al hombro, fui a la puerta y no llegaba ni a la manija. ‘¿Qué haces?’, preguntó papá. ‘E voy, porque no e quiere’. Cuando me contaba esto me decía ‘Ya te querías rajar de chiquita’. Siempre fui muy independiente e hice lo que quise. Cuando mi papá se enojó porque me hice bailarina y dejo de hablarme, me banqué la decisión. Mi papá lo hacía para protegerme, pero yo tuve el carácter suficiente para hacerme respetar. Al principio mis compañeras me molestaban, me cargaban, me decían: ‘ay, la virgencita, pobrecita la virgencita’ yo era muy inocente. Un día al lado mío estaba una compañera que se llama Kelly Casanova, una chilena. Me senté para maquillarme y me dice: ´No, maquillate con el mío´. Y le digo: ‘¿Qué pasa?´. ´No te pongas eso porque tiene vidrio molido adentro´, me dijo. Y me salvó de desfigurarme la cara. Después me empujaron dos o tres veces, entonces le puse el pie y se cayó por la escalera. ´La próxima te piso la cara, terminemos acá´, le dije. Fue duro, o te defendías o te pasaban por arriba y podías terminar mal”. Aseguró la actriz.
 
Entrando en sus recuerdos. Uno de los momentos más duros de su vida, fue cuando el 16 de junio de 1955, la Armada Argentina, con apoyo de sectores de la Fuerza Aérea, encabezó un ataque que tenía como objetivo principal asesinar al presidente Juan Domingo Perón y a los miembros de su gabinete para consumar así un golpe de Estado. Sin embargo, la maniobra comprendía también la agresión contra civiles inermes que pudieran alzarse en defensa del gobierno constitucional que contaba con un importante apoyo popular. Y la actriz estaba ahí con apenas 12 años sobreviviendo al bombardeo: “Yo me críe en Plaza de Mayo. Cuando tenía un año, mi viejo no tuvo mejor idea que alquilar una casa en Alsina y Balcarce. Ese día iba a la escuela junto a una amiga, nos atrasamos porque ella no sé qué había perdido y en eso nos salvó. Salimos corriendo y, cuando vamos a cruzar, cae la primera bomba, Yo pensé que se había caído un avión, pero a los pocos minutos tomé noción de lo que estaba pasando. Nos tiramos para atrás en la recova de Alem. Pero mi amiga corrió para arriba de la calle y la mamá se fue atrás de ella, así que me dijo: ‘No te muevas de ahí’. Yo me quedé plantada contra la pared. Hasta que un muchacho de la metalúrgica que estaba en Moreno me agarró y me metió adentro, pudo llamar a mi casa y avisar que estaba sana y salva. Yo no sabía que mi mamá estaba buscándome y nunca se enteró que yo había sobrevivido. Ella, siguió dando vueltas por el barrio, con el papá de mi amiga, buscándonos. Estaban desesperados, estaba lleno de cadáveres y buscaban nuestras caras. No me voy a olvidar jamás, porque fue un impacto. Nos habíamos subido a unos estantes que había en el sótano donde me escondió el muchacho y, sobre el piso, había como unas mirillas, como unas ventanitas. Veíamos bajar con los palos a la gente gritando y, abajo, los baleaban y caían en la calle. Después, pasaban los camiones y cargaban los cadáveres como ganado. Finalmente, cerca de las seis de la tarde, cuando la situación estaba un poco más calma, el muchacho me acompañó hasta mi casa. Fuimos reptando por el piso toda la cuadra, dimos la vuelta y me metió a mi casa por uno de los vidrios se había roto. Yo llegué llena de sangre, pero no era sangre mía, era la sangre que había quedado de la gente que habían matado. Mi mamá, que me había buscado desesperada durante seis horas, cuando me vio aparecer se quedó muda y estuvo un mes sin poder hablar.” Recordó aun consternada la artista.
 
Hija de María Esther Gamas y Roberto Fugazot, se destacó en teatro desde muy joven, primero en la revista, y luego en obras de texto como “No hay que llorar”, “Así es la vida”, “Locos de verano”, “Venecia”, “Chicago”, “Flores de acero”, “Las chicas del calendario”, “Sorpresas”, “La casa de Bernarda Alba”, “Mujeres de ceniza” y la actual “La ratonera”. En cine actuó en “Las locas del conventillo”, “Chúmbale”, “El día que me amen” y “Ningún amor es perfecto”, entre una decena de filmes. En Tv. se destacó en ciclos como “Operación ja ja”, “Simplemente María”, “La peluquería de Don Mateo”, “Culpables”, “El puntero”, “Sos mi hombre” y “Simona”. Fue esposa de César Bertrand y sus hijos son René Bertrand y Javier Caumont.
 
“Laburante desde siempre”, como le gusta definirse. Integrante de una interesante familia de artistas, María Rosa Fugazot se destacó en teatro desde muy joven, primero en la revista, y luego en obras de texto como “No hay que llorar”, “Así es la vida”, “Locos de verano”, “Venecia”, “Chicago”, “Flores de acero”, “Las chicas del calendario”, “Sorpresas”, “La casa de Bernarda Alba”, “Mujeres de ceniza” y la actual “La ratonera”. En cine actuó en “Las locas del conventillo”, “Chúmbale”, “El día que me amen” y “Ningún amor es perfecto”, entre una decena de filmes. En Tv. se destacó en ciclos como “Operación ja ja”, “Simplemente María”, “La peluquería de Don Mateo”, “Culpables”, “El puntero”, “Sos mi hombre” y “Simona”.
 
Es, sin dudas, un icono de nuestra escena. Con una vida dedicada al arte y sin ahorros significativos, demostró una admirable resiliencia y pasión por su oficio, manteniéndose activa y comprometida con su profesión. Su legado artístico y su espíritu incansable siguen inspirando a nuevas generaciones de artistas en el país y más allá de sus fronteras. Pisó por primera vez un escenario a los 15 años y hoy, con casi 70 años de trayectoria, a los 81 años, sigue haciéndolo de maravillas en “Matar a mamá” junto a Inés Estévez y Florencia Raggi en el Teatro Politeama viernes, sábados y domingos.