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Pablo Alarcón: "A los 78 años trabajar a la gorra en una plaza, me da dignidad. No pido un plan. Trabajo y muestro mi arte"
Viernes, 06 Octubre 2023 19:06

Pablo Alarcón: "A los 78 años trabajar a la gorra en una plaza, me da dignidad. No pido un plan. Trabajo y muestro mi arte"

El reconocido actor, director, dramaturgo, escenógrafo, titiritero y ahora actor a la gorra, realizó un profundo recorrido por su vida en íntimamente con Alejandra Rubio. Habló de su carrera artística, su historia de resiliencia, la difícil situación del país para todos… y como decidió reinventarse y animarse a hacer teatro a la gorra, intentando sobrevivir con una jubilación de 78.000 pesos.

El actor Pablo Alarcón, a los 78 años, ante la falta de oportunidades formales en el medio, trabaja en Plaza Francia, frente a la Iglesia del Pilar, en el barrio porteño de Recoleta. Allí presenta todos los sábados y domingos, entre las 15 y las 17hs, la obra “Discurso sobre la servidumbre voluntaria”, junto al músico Augusto Gavilán. Seguirá hasta noviembre en el mismo lugar. En el verano llevará su actuación a la gorra a Mar del Plata y, una vez por semana, la obra extendida a un teatro comercial.

La coyuntura actual del país y la cultura, con una pantalla chica marcada por la ausencia casi total de ficciones, lo obligaron a volcarse a la autogestión para ganar dinero. Algo que muchas veces tuvo que hacer en su vida, pese a conocer las mieles de la fama hace casi 60 años: "Yo soy un laburador. A mí no me voltea nada. Siempre la pelee, toda la vida. Me la rebusqué acá y en distintas partes del mundo. Cuando tuve que huir de la Triple A, vendí de todo, me hice artesano y hasta hice un teatro en un sótano en Italia. Soy un luchador. La realidad es que necesito laburar y ganar guita para vivir. Todos mis ahorros los perdí y si no genero plata no puedo pagar mis cuentas. Me llegó una boleta de luz de 17.000 pesos y no podía pagarla, fue ahí que me sobrepuse a mis miedos y me decidí ir a hacer teatro a la plaza. Mis amigos me decían que estaba loco, mis hijas pensaron que no iba a hacerlo y los sorprendí a todos. Esto era algo que me faltaba en mi vida hacer y me pareció un buen momento para intentarlo”. Manifestó el actor en Íntimamente.

La pieza teatral elegida fue escrita por Étienne de La Boétie en 1548 y, según explicó el propio Pablo, el autor la interpretó en aquella época por las calles de Francia como una forma de protesta contra el gobierno y la corrupción que se vivía. “Muy apropiado para el momento político y económico que está viviendo el país”. Aunque Alarcón, se encargó de aclarar que "no es un espectáculo partidista. Es una obra a favor de la libertad y en contra de la corrupción, escrita hace 500 años. El autor, en ese momento, tenía solo 18 anos y gritaba por las calles de Francia: ’El pueblo no se da cuenta que lo que el gobierno le da hoy, se lo robó ayer. Que mañana vendrán por todo…’”.

Los videos en donde se lo ve actuando en la obra de teatro callejera se viralizaron en redes sociales, lo que aumentó la cantidad de gente que se acercó a verlo en Plaza Francia. “Si lo hiciera todos los días, podría vivir de esto”, aseguró el actor que realizó dos películas este año y está próximo a rodar una tercera.

El actor habló con contundencia de su situación y la situación del país: “Está jodida la situación de los actores porque no hay trabajo, no hay casi ficciones y muy poco trabajo para todos en general, no solamente mi rubro. Está jodido el país. Ha llegado la miseria a un límite total.  Hoy hay que redoblar esfuerzos para sobrevivir y yo no soy la acepción. A mis 78 años trabajar a la gorra en una plaza, me da dignidad. No pido un plan. Trabajo y muestro mi arte”. Aseveró Alarcón.

Pablo Alarcón es un apasionado de la cocina. Hoy, además de trabajar los fines de semana por la tarde en Plaza Francia, sigue realizando "El cocinero está frito", otro de sus revolucionarios emprendimientos: “Es maravilloso. Se trata de un ‘teatro delivery’, donde la gente me contrata para ir a su casa. Por ejemplo, en los cumpleaños les cocino y presento una obra para toda la familia con música y comida. Fue un proyecto que me ayudaron a armar mis hijas. A mí la pandemia me hizo crecer, me hizo darme cuenta de que soy capaz de sobrevivir ante cualquier circunstancia. Yo tenía que pagar las facturas, no me podía quedar sentado al lado del teléfono esperando a que me llamaran. Y, como lo hice toda la vida, salí a trabajar de lo que fuera y fue una revolución”.

Rodolfo Francisco Marabotto es su nombre verdadero. Amó la actuación desde que un circo llegó a su pueblo, cuando era muy niño, y algo en él cambió. Comenzó en cine con Luis Sandrini. En televisión, en La Nena, con Marilina Ross y Joe Rigoli. En teatro con Pepe Cibrián. Fue protagonista de éxitos televisivos como Rosa de lejos, Regalo del cielo o Alta Comedia. Hizo "mil” trabajos en la tele, el teatro y el cine

 Rememorando sus comienzos el actor relató: ”A mis 12 años, un verano aburrido, me fui al club del pueblo y, entusiasmado porque había muchas chicas, me metí a formar parte de la comisión de arte escénico y de ahí no pare. Cuando cumplí los 13 nos instalamos en General Pacheco. Ahí empecé a participar en obras de teatro, pero cuando podía, porque enseguida entré a trabajar a una fábrica de autos. Y ya "llevaba el pan" a casa. Fui obrero de los 13 a los 20. Trabajé mucho y no pude terminar el secundario. A los 20, cuando me salvé de la colimba, dije ‘No trabajo más en la fábrica, me voy a la capital a probar suerte como actor’. Me alojé en una pensión y me las arreglaba como podía. Llegue un viernes y el lunes ya estaba trabajando. ¿Sabes que hacía? Me compraba una revistita de espectáculos y veía quién era el productor de tal o cual programa y cuando entraba a un canal decía ‘Buen día, me citó Fulano de tal’. Y ahí intentaba pasar. Como no me daba resultado, un día alguien se olvido un libreto en el barcito de la esquina de canal 9 y con el libreto bajo el brazo, intente nuevamente y entré. Un caradura. Así recorrí varios canales Pero me dio resultado. Era otra época”. Y fue así como comenzó sus casi 60 años de carrera y Rodolfo Marabotto se convirtió en Pablo Alarcón.

En su vida trabajo de todo: de albañil, pintor de casas, vendedor ambulante, artesano…Un hombre que no sabe lo que es bajar los brazos. Un estudiante eterno. Cada año se propone hacer un curso diferente: hizo escultura, máscaras en arcilla, arco y flecha, cine, fotografía, guión, dramaturgia, literatura, alimentación consciente, yoga, Tai Chi, religiones comparadas, semiología y todo lo referente al teatro que se puedan imaginar. Un hombre con una vida intensa, un buscavidas de el arte.