La Selección de voley le ganó 3-2 a Italia, con parciales de 21-25, 25-23, 25-22, 14-25 y 15-12, para avanzar a las semis en los Juegos Olímpicos. En el próximo partido irán frente al ganador de Polonia y Francia, en busca de igualar (o mejorar) lo conseguido en Seul 1988, cuando se hicieron con el bronce.
Los dirigidos por Marcelo Méndez comenzaron complicados frente a una potencia del voley, que se preparó exclusivamente para conseguir una medalla. El primer set fue 25-21 para los italianos, pero los representantes nacionales pasaron página rápidamente y se impusieron en las siguientes mangas por 25-23 y 25-22.
En el cuarto parcial, los europeos salieron con todo y desplegaron su mejor voley, donde se mostraron muy firmes tanto en ataque como en defensa, sin darle posibilidades a la Argentina y ganando por 25-14.
El en tie-break parecía que se iba a mantener la tendencia del set anterior, ya que Italia mantuvo una ventaja de dos puntos hasta el 8-6, pero una seguidilla de saques de Bruno Lima cambiaron el rumbo de la historia y pusieron en ventaja a la Argentina por 11-9. A partir de allí, los chicos argentinos cumplieron la tarea de mantener la ventaja y consiguieron el boleto a semis al imponerse por 15-12.
El próximo partido de la Selección será el jueves durante la madrugada, frente a Polonia, una de las grandes potencias del voley mundial, o Francia, otra potencia pero que la Argentina ya supo derrotar en estos Juegos Olímpicos (fue un ajustado 3-2 en la fase de grupos).
El único antecedente olímpico del voley argentino ganando una medalla en los Juegos Olímpicos se dio en Seul 1988, cuando la Selección superó por 3-2 a Brasil en el partido por el bronce. Y hay una estrecha relación con el actual equipo: su figura era Hugo Conte, padre de Facundo, quien es una de las estrellas de la actual camada.
