El filósofo Tomás Abraham se refirió al estudio, al cuál definió como "un acto de amor", y aseguró que es lo que une a maestros y alumnos. Por otra parte, Abraham, quien contó que nació en un pueblo "al suroeste de Rumania", señaló que "sin el amor no podemos vivir", y se consideró un buen papá: "Soy muy responsable y cariñoso".
A la hora de recordar a sus padres, dijo que su mamá "estaba enamoradísima de mi viejo, era de familia burguesa bien acomodada", pero recordó que "era una mujer muy solitaria, estaba todo el día en casa". Por otra parte, reconoció que con su papá "siempre fuimos muy cercanos, aunque por momentos enemigos", y remarcó que había una distancia que ninguno quería blanquear.