Lucrecia Martel lleva años realizando una extensa y exhaustiva investigación para su documental “Chocobar”, sobre el caso del líder de la comunidad Chuschagasta asesinado en 2009. Días atrás los asesinos de Javier Chocobar quedaron en libertad luego de que venciera el plazo previsto para que la Corte Suprema provincial dejara firme la sentencia.
La directora cinematográfica reflexionó sobre la invisibilidad de la comunidad indígena tras los recientes sucesos, “muchas notas con los medios las estoy dando yo que no soy la afectada número uno por esto, este pequeño detalle nos debería dar una dimensión de la aislación incompresible en la que tenemos a enormes sectores ciudadanos de nuestro país”.
“Estas personas tienen teléfono y tienen la experiencia directa de sufrir apremios durante décadas con una cantidad escalofriante de documentos falsos, con una inoperancia absoluta del estado por el cual desfilaron todos los partidos políticos”, subrayó.
Sobre la realización del documental, Lucrecia Martel expresó, “desde 2012 con María Alché estamos investigando y escribiendo sobre este caso. Cuando te metes con un tema que es tan ajeno a tu experiencia es muy difícil salirse de la trampa en la que uno está, porque la cantidad infinita de justificativos que tiene nuestra sociedad con todo su patriotismo y la manera tan exquisita en que armó una trampa para no sentir como propias las comunidades indígenas, son atroces y son muy difíciles de desactivar”.
Y continuó: “Mi película habla de la exhaustiva investigación que hemos hecho, analizando documento por documento de todo lo que pudimos encontrar, desde el siglo XVII, que tiene que ver con la nación diaguita. Analizar la cantidad de patrañas que se han urdido tanto en la colonia como en el después nuevo estado argentino para la explotación y el abuso de estas personas, lo peor es que yo pensaba que iba a ser difícil conseguir estos documentos, y si lleva tiempo, pero los documentos de nuestras patrañas están, existen, solamente hay que encontrarlos”.
“los documentos de las mentiras, de las cosas que se inventan para quitarles la tierra, para expropiarlas y después no dárselas es apabullante, es tristísimo pero a la vez me alegra mucho porque pensé que era una historia difícil de armar. Me alegra poder colaborar un poco a revertir un proceso que fue hecho con mucha sofisticación y durante muchas décadas”, concluyó la cineasta.
Escucha la entrevista completa a Lucrecia Martel.