El querido músico que trascendió generaciones convirtiéndose en una de las voces más escuchadas en Latinoamérica, forjó un fuerte vínculo con Argentina no solo desde lo cultural, sino por las amistades que cosechó con los distintos exponentes nacionales: "Desde el año 68 que vengo seguido. Vengo todos los años y algunos más de una vez. En Argentina, me han querido con locura. Simplemente cantando como he sabido yo cantar. Para mí Argentina representa mucho en mi carrera. Después por supuesto muchos otros países, pero el primero fue Argentina. Me hice amigo de grandes artistas de este país, como de Spinetta o el gran Polaco Goyeneche. Disfruto mucho caminar sus calles, el cariño del público, las sobremesas… Sé bastante más de Argentina que de mi propio país".
José Gómez Romero (Dyango) nació en Barcelona el 5 de marzo de 1940, pero fue inscrito por su padre el 8 de mayo, y así figura como su fecha de nacimiento en los documentos oficiales. Adoptó el nombre artístico Dyango (tomado del guitarrista de jazz gitano Django Reinhardt): “De niño estudie música y a los 8 años ingrese al conservatorio de música superior en Barcelona tocando instrumentos como el violín y la trompeta. Después vino la canción y ya me quedé. Había algo de que a la gente le gustara que cantara y dejara los instrumentos aparte. Empiece de abajo, fui cantando en sitios pequeños, la gente cada vez me fue conociendo más, me fue queriendo más hasta llegar a punto de conquistar el cariño en otros países. Soy, sin pretenderlo, uno de los artistas más queridos de América. Simplemente he hecho lo que sé hacer: música." Aseguró el cantante.
Es el mayor de cuatro hermanos, su padre músico y su madre le cantaba tangos desde su más temprana infancia. Su relación con la música fue desde siempre y así relata el mismo su propia historia: “Nací un 5 de Marzo en Barcelona, en un momento difícil, en la posguerra, que duró 15 años. La hambruna, siempre recordaré con mucho agrado esa etapa de mi vida. Con un trozo de pan negro de racionamiento te ibas a jugar a la calle con los amigos. Cuando llegaba mi padre, con un pan blanco bajo el brazo, en casa corría la voz entre mis hermanos ‘el papa ha portat un pa blanc’. (El padre ha traído un pan blanco). Imaginaros, un pan, eso ya era una dicha en aquel entonces. Barcelona es una ciudad maravillosa, y forma parte de mí y de mis recuerdos, cuando paso por allí siempre me tengo que parar en el Mercat de Sant Antoni para recordar las cosas de mi infancia. Cuando tenía dos años nació mi amor por la música. Sentado en un rincón de mi casa, mientras mi papá tocaba la trompeta, yo me dije que quería ser un día como él. Cuando cumplí los diez, me llevó al Conservatorio de Música de Barcelona y ahí estudié violín, solfeo, trompeta, etc. No había juguetes y no se hacían las cosas como ahora. Para jugar, confeccionábamos una pelota de trapos, y así nos divertíamos. Después me he dado cuenta que mis hijos lo han tenido todo, pero que a lo mejor no han sabido valora el no tener nada, y a mí. El tener aquella pelota de trapo me enseño a valorar muchas cosas. Si algo tengo que destacar, es que sé el valor de todo. Sé lo que vale un peine, la vida no me ha regalado nada, y siempre lo he tenido que hacer todo partiendo de cero y valorando mucho las cosas. Soy una persona que a pesar de los años que hace que tiene éxito en su profesión jamás ese éxito se me ha subido a la cabeza. Soy consciente que elegí una profesión dura y difícil, por lo mal considerados que están a veces los músicos… Una profesión tan o más difícil que la de ingeniero o abogado, pero a la vez increíblemente reconfortante y agradecida, así es la música.”
Continuando con su historia el músico relató: “Si hubiera nacido en Castilla, sería castellano, pero he nacido en Cataluña y mi idioma es el catalán cuando era niño se prohibía hablar el catalán por razones políticas. En las casas siempre se hablaba. En el colegio el catalán no se podía ni mencionar, al salir siempre lo hablábamos. Lo nuestro es lo nuestro. Amo a Cataluña, pero hoy en día la gente ya no tiene fronteras. Aunque yo quiero a mi tierra, no soy separatista. Como todo nene, mi primer amor fue una profesora de colegio, a los cinco años, en aquella época, sin saber lo que era, porque a esa edad no sabes nada. Yo he sido un chico precoz en esto del amor y del sexo, aunque con esos años lógicamente no era más que un amor platónico. Estudié en las escuelas Pías. Me gustaba el deporte en general. A los 15-16 años ya jugaba con los grandes de rugby porque era muy fuerte y corría. Pero tenía muchos problemas, porque como estudiante de música y muy a pesar mío, tuve que dejarlo. La música era un maravilloso veneno para mí, y lo sigue siendo…El fútbol siempre ha sido la locura. Como jugador he sido bastante malo, nada del otro mundo. Y después, eterno fanático del Barça. Mi primer partido fue en el campo de Les Corts, de la mano de mi padre fui a ver al Barcelona. Este amor por el Barça me empujo hace años a grabar una canción para el Club de mis amores, ‘Somos Más que un Club’, y con ella resaltaba todos los valores del Barça. Era una canción de amor, no era ni siquiera un himno. Una canción hermosa de amor para unos colores que llevo tan dentro. La primera camiseta que los Reyes me trajeron tenía los colores del Barcelona, el intercambio de cromos de jugadores, todo eso estaba resaltado en la canción.”
“Fui al servicio militar voluntario, al cuerpo de caballería, 20 meses, entonces era así. Podías elegir destino. Terminando los estudios, lo primero que hice fue formar un grupo, con los chicos del conservatorio, Los Cinco de Barcelona. Tocaba trompeta, violín y cantaba, hacía mis pinitos. Como éramos aficionados a la música de jazz, nos fuimos a dar una vuelta por las Europas, pensando que lo que hacíamos lo hacíamos muy bien, pero no lo hacíamos tan bien. Fuimos por Alemania, Austria Holanda, La gente que nos veía quería que tocáramos pasodobles, chachachá, cosas así, y nosotros queríamos tocar jazz. Duró cierto tiempo, regresamos a España y yo empecé a cantar como solista, un día conocí a una persona que vio en mi muchas posibilidades, y como en un cuento de hadas al poco tiempo apareció un directivo de la compañía discográfica Columbia y le gustó mucho cómo cantaba y ahí empezó mi historia, la historia de Dyango. Supongo que antes era más fácil que ahora, no tuve padrinos. Yo me llamo José Gómez Romero, y difícil es ir a una tienda de discos y decir “tiene un disco de José Gómez Romero”, después me sonó más comercial, Dyango, lo elegí en memoria del guitarrista de jazz Django Reinhart. Y así empecé como cantante, solista a los 21 años.” Recordó el artista.
Adentrándose ya en su carrera, Dyango recordó: “Cuando grabé con EMI el disco se llamaba Nostalgias. Curiosamente, mi primer éxito no fue en España. Durante mucho tiempo en España se hacía un tipo de música que era distinto a lo que yo hacía. Le cantaba al amor, no se llevaba, se llevaba lo más facilón, habían muchos grupos, y a los solistas nos costaba más. Considero que la música tiene que ser romántica, cuando percibo algo que me llega, tiene que ser ese tipo de música. Algo que te llene el corazón, una balada, los grandes maestros del jazz tocando baladas, eso a mí me vuelve loco. Esa ha sido mi manera de ser. La música para mi es el romance… Tal es así que obtuve mi primer disco de oro en Argentina en los años 60, antes que en mi país, en Argentina grabé el sencillo, Lejos de los Ojos, después curiosamente me enteré que los presos políticos cubanos de esa dura época que estaban en la cárcel lo hicieron su propio himno.”
“La primera vez que visite América tenía 24-25 años y me asombraba el éxito que llegaba a tener. No había probado esto, con olor de multitudes, Dios mío, pero me sucedió. En Argentina me abrieron los brazos. Tal es así, que he sido el único cantante que en todos estos años no he dejado nunca de ir a Argentina, incluso en momentos que era difíciles, que la moneda no valía nada, que no había dinero. Yo siempre he pensado que ser agradecido es muy importante y aún sin ganar dinero llegue a cantar. Después ya el éxito fue por todo el mundo, sé que hay muchos países que me quieren Chile, Uruguay, Paraguay, México… Pero Argentina es especial para mí. Fue el primer público que me dijo si masivamente.” Aseguró el cantante.
El tango siempre fue un capítulo aparte en la vida Dyango, desde que era aún solo José y su madre le cantaba tangos a tan temprana edad: “Yo siempre cantaba tangos junto a los compañeros de EMI de Argentina. Siempre dijimos que un disco de tangos quedaría maravilloso. Pero siempre he pensado también, que el tango es algo muy particular, y que si algún día iba a grabar una cosa así, iba a hacerlo en Buenos Aires, donde se respira el tango y el romanticismo. Y así lo hice. Es una vieja y encantadora ciudad y hay tango por donde vallas y decidí grabarlo allá con los músicos de allá e hice un dúo excepcional con el mejor cantante de tangos, que muchos dicen que era Gardel, y yo siempre digo que ha sido el Polaco Goyeneche, mi querido y entrañable amigo. Cuando grabé el disco busqué los tangos que más me impactaran, pasé de lo comercial, del Volver, de la Comparsita, los más conocidos. Escogí Naranjo en Flor, Chao no va más, Cada día te extraño más, todavía hoy los llevo en mi repertorio, los grabé con tanto amor y cariño que es una de las más grandes obras que he hecho nunca. En aquel momento no tuvo mucho impacto, pero la gente que lo ha escuchado le ha encantado, es de los pocos que ha calado hondamente en los tangueros argentinos.”
“Hay dos centros de música en el mundo hispano: Argentina y México, donde la manera de interpretar mía me va muy bien. Allí gané muchos discos de oro. En Miami se me empezó a invitar, consecuencia de que en Cuba se me escuchaba mucho. Y claro, venía a cantar al Miami Marina Stadium. Era una plataforma en medio del mar. Las barcas te veían desde Key Biscayne. Por aquel entonces no habían muchos cantantes de España, en Miami se me quiere tanto como en Argentina, creo que soy de los cantantes que más piden en las emisoras y tengo una relación insospechada con el público de allí, han visto en mí un amigo, más que un cantante. En Brasil hace diez u once años conocí a Concha Valdés Miranda en un pasaje maravilloso, en esas cosas casuales que tiene la vida. Fui a tomar una copa en un Club que se llamaba Copacabana, y ella estaba tocando su piano y contaba sus chistes. Yo veía que a la gente le podía gustar más los chistes que las canciones, pero yo como músico que soy, me di cuenta en seguida que aquellas canciones eran estupendas y nunca antes las había escuchado, de repente y sin buscarlo, me topé con una gran compositora. Me acerqué he hice callar a mi mesa con la gente que estaba, para escucharla cantar. Me presenté y nos hicimos amigos, el primer tema que grabé fue ‘El que más te ha querido’ y fue un éxito mundial.” Recordó el cantante.
Siguiendo con su historia, el músico continuó: “Estuve nominado por el Grammy tres veces y es para mí un gran honor. Nunca he luchado por la fama, aunque me ha venido, pero en cambio he luchado por hacer las cosas bien, haciendo música. Y tengo la suerte de tener entre mis cuatro hijos a dos cantantes. De todo lo que podían haber sido en la vida escogieron ser cantantes. A los 18 años me lo dijeron. Yo no quería porque es una profesión donde tienes que tener mucha suerte, tienes que valer mucho, tienes que tener padrinos, tienes que batallar y después seguramente todo y con eso, no vas a triunfar. Y si triunfas, tienes a mucha gente que te va a decir, ‘es por su papá’. En Marcos descubrí una voz de maravilla, se fue a estudiar y al cabo de los dos años el profesor me llamó y me dijo ‘es una joya’ entonces ya no lo dude. Y con Jordi ya ni me resistí, le escuchaba cantar y dije: ‘bueno, pues otro’. Me di cuenta enseguida que era imposible intentar hacerles cambiar de idea. Igual que yo al escuchar a mi padre cuando le dije que quería hacer esto y a ellos les pasaba lo mismo. Estamos unidos en la música, estamos unidos en el estudio de grabación y nos pasamos las horas creando música y disfrutando de ella, son buena gente, lo sé, y eso es lo más importante.”
Refiriéndose a su vida personal, Dyango aseguró: “En mi vida he tenido dos mujeres, la madre de mis hijos, Lidia, y mi mujer actual Mariona. A las dos las conocí exactamente igual. Lidia celebraba su cumpleaños, cantando boleros, era una muñequita, la vi y nos enamoramos. De Mariona, que os voy a decir, mi Mariona mi compañera de tantos años el amor de mi vida… Soy el hombre más afortunado del mundo por tenerla, por haberla conocido y porque sea mi compañera incondicional. Ella me acompaña a todos lados, a distintos países, las giras… Es una gran compañera y mi gran amor. Tengo cuatro hijos, Marcos Llunas, Jordi, Luis que ha estudiado para chef de cocina y Luján que hizo lo propio para técnico de grabación. Le pusimos José Luján porque es la virgen de Argentina, porque se engendró allí. Estoy muy contento con estos varones, me han hecho muy orgulloso de ser su padre.”
Para finalizar, brindó una reflexión vinculada a su extensa trayectoria en la música: "Lo más importante que he hecho en la vida es cantar para la gente que no tiene medios. Hay cantantes que han venido a Argentina y les ha dado un poco de vergüenza ir a cantar a puntos que no eran conocidos y no me ha importado nunca. San Justo, Isidro Casanova, donde tú te pienses, ahí he estado yo. Lo he hecho con el mismo corazón como cuando he hecho una actuación en el Gran Rex o el Luna Park" Concluyó Dyango.