Julio Héctor Lagos, es su nombre completo. Nació en Buenos Aires. Desde muy joven, a los 15 años, comenzó a trabajar en los medios. Empezó como cronista deportivo en el diario “El Mundo”. Trabajó en las revistas “Tía Vicenta”; “El Gráfico”; “Para Ti” y “GENTE”, donde fue integrante del grupo fundador y autor de la nota de tapa del número “1” de la revista.
Radio Municipal dio inicio a su largo desempeño en radio. En el año 1968 obtuvo el título de Locutor Nacional en el Instituto de Enseñanza Radiofónica y se convirtió en uno de los máximos referentes de la radiofonía de nuestro país.
Rememorando sus comienzos y su infancia, Julio aseguró: “El dibujo fue una gran vocación en mi vida, incluso publique varias historietas. Aunque todo nació al mismo tiempo, mi vocación de dibujante y periodista. Mi papá trabajaba como corrector de diarios. Como consecuencia de su trabajo le regalaban los diarios y revistas de la editorial. Yo todavía no sabía leer, pero me fascinaba mirar las historietas y las letras. Volvía loca a mi mamá: ’Que dice ahí, que dice’ una y otra vez. No le quedó otra que, a los 4 anos, enseñarme a leer. Y ahí empecé a amar esta profesión".
“Mi amor por la radio también empezó a esa edad.- Recuerda lagos - Mi papá trabajaba de noche, que es la hora que hacían la corrección, los correctores en el diario. Mis noches eran: Café con leche, pan y manteca y a la cama, en una pieza que estaba continua a la cocina, dónde mi mama se quedaba con su café con leche, su pan y manteca… escuchando la radio… y yo escuchaba desde mi habitación. Ahí me empezó a atrapar la radio. Escuchaba en vivo la trasmisión desde los teatros: ‘Cuando los duendes cazan perdices’ con el querido Luis Sandrini y me atrapaba".
“Mi papá, como muchos papás, tenía más de un trabajo; además de corrector, era cobrador de una compañía de seguros y, los domingos, cuando preparaba todo para la cobranza escuchaba el futbol y yo con él. De ahí mi amor por el periodismo deportivo”.
“Antes de empezar a trabajar yo leía mucho periodismo deportivo y crónicas. Le insistía a mi papá que quería trabajar en el diario. Tanto hinché que un día le pidió a Bernardo Neustadt, que era secretario de redacción, si había un lugar para mí y Bernardo le dijo que vaya. En mi primera entrevista le habré dicho: ‘En este diario escriben todos muy mal. Usted más o menos’. Que me dijo Neustatd?: ‘Bueno, venga y escriba usted’. Y ahí comencé a trabajar en el diario “El Mundo”. Era inoportunamente chico. Tenía toda la soberbia del adolescente, que pensaba que la gente mayor estaba absolutamente de más en el mundo a partir de los 20 jajaja. Al poco tiempo me hicieron entender que no era así. Tenía 15 años y a los 16, recién cumplidos, salió publicada mi primer nota. Una nota horrible, pero con prologo de Neustard y con un título, que hasta hoy me emociona decirlo, ‘Arrorró mi crónica’. Hace 60 anos”.
Rápidamente me puse a todos mis colegas en contra. No querían ni darme un lugar físico para estar. De repente, un pibe flaquito me dice: ‘Acá tenés papel y una maquina’. Era Tito Jacobson, un gran compañero. Yo era realmente detestable, un insolente, me habían puesto por encima de los demás y firmaba las notas. Algo que cualquier periodista sonaba. El diario tenía los lunes 350.000 ejemplares de tirada. Y yo firmaba las notas con solo 16 anos. Y el Negro Estanislao Héctor Villanueva, mi jefe, una de las personas que más quiero en la vida, me bajó el copete. Me sacó la firma y me ensenó lo más elemental: la humildad, la tolerancia, el sentido común. El cambió al pibe iracundo y lo trocó en un aprendiz de periodista. Y aprendí el misterio de la redacción y empecé a disfrutar de cosas que no conocía y que por no conocerlas, detestaba".
A partir de ese momento, comenzó su largo camino en el periodismo. Y uno de sus tantos logros es ser el autor de la primera nota de tapa del primer número de la revista Gente: “Con Horacio de Dios, con quien ya habíamos sido compañeros, llegamos a la editorial Atlántida, donde había un proyecto de hacer una revista semanal, que al principio se iba a llamar ‘Eco’ y terminó llamándose ‘Gente’ y salió en julio de 1965. Hice la primer nota de tapa con un reportaje a Cacho Fontana".
“Cuando hice el programa de las madrugadas, como de costumbre estaba sin trabajo, y me llamó García Vicio, que estaba de director de Radio Del plata y me dice: ‘Juliazo tengo una tira de lunes a viernes para vos’. Yo feliz!!! Venía sin trabajo, para mí era el paraíso. Cuando me dice el horario, de 4 a 6 de la mañana, quería mandarlo al lugar más lejano del barco donde está el marino jajaja. Pero en honor a tantos años de amistad, lo pensé y me dije: ‘lo tengo que aprovechar’. Le dije a él: ‘Si, con una condición.’ El me dijo que si, con tal de sacarse el horario de encima. Porque necesitaba entregarle la transmisión un poco más caliente al programa de noticias que hacia Nelson Castro. ¿Cuál fue la condición que le puse? ¡Hacer las dos horas en vivo! Ahí él quiso mandarme al lugar más alto del barco que esta el marino jajaja. Se lo dije con total convicción, porque soy un convencido que la radio tiene que salir a buscar al oyente. Para mí, no hay que quedarse sentado esperando. Hay que salir a buscar, a entretener, a contar, a brindarle al oyente historias, compañía…Ya no se gana con la chapa, con la camiseta. Hay que salir a buscar a los oyentes. Y así hicimos dos anos de éxito y revolucionamos la trasnoche. Cualquier horario es bueno. Todos los horarios son una gran oportunidad".
En televisión trabajó en Noticiero 13 (Canal 13) y en La campana de cristal (Canal 13), entre otros programas. En la década del ’70 realizó numerosos anuncios publicitarios en distintos programas y transmisiones deportivas. Condujo Cine sin cortes (Canal 7), inició el ciclo Trasnoche, que transcurría a lo largo de la madrugada. Junto a Juan Gujis, condujo el programa de publicidad El show del Clío (Canal 13)…
En radio ha realizado infinidad de programas. No le ha quedado radio sin trabajar. Siempre intentando reinventarse, fue el primero en utilizar regularmente Internet como fuente de información para su programa y, en 1997, se convirtió en el primer comunicador argentino en emitir su programa en vivo y en directo por Internet: “Fue radio Aspen. Un martes 13, que a mí me trajo buena suerte. La web permitió terminar con los dos grandes impedimentos que tenía la radio: el lugar y la propagación. Ya no dependimos más de la altura de la antena y de la fuerza del transmisor. Llegábamos a todo el mundo y fuimos incorporando oyentes de todo el mundo".
Además de periodista y locutor, es escritor. Ha publicado los libros: “¿Que hacés, Buenos Aires?”, con prologo de Aníbal Troilo; “En vivo y en directo”; “Radio, televisión, desarrollo y seguridad”; “Crónicas de la radio publicadas en Internet”; “Cómo se toma el mate”; ”Corazón de radio”; “ El misterio del Estadio Ebro”; ”Estuve allí : Un locutor guglea de memoria” ( 16 crónicas periodísticas, por las que desfilan Astor Piazzolla, Hugo Pratt, Pablo Neruda, Arturo Frondizi, Jorge Luis Borges, Héctor Hidalgo Solá, Arturo Jauretche, Enrique “El Mono” Villegas, Pepe Eliaschev, Carlos Aloé, Aníbal Troilo, Alejandro Romay, Isabel Perón), son algunos.
Fue Director de Radiodifusión Argentina al Exterior. Entrevistó a celebridades tan diversas como Pablo Neruda, Jorge Luis Borges, Astor Piazzolla, Pelé, Julio Iglesias, Diego Maradona o el Rey Juan Carlos de España.
A lo largo de su trayectoria ha recibido innumerables premios y distinciones: La Cruz de Plata; dos Martín Fierro; Premio Santa Clara de Asís, en dos oportunidades; el Premio San Gabriel; Premio Ondas (Barcelona), en reconocimiento a su trayectoria y a su capacidad para anticipar el uso de nuevas tecnologías. Y, como si esto fuera poco, ganó el Premio Internacional de Periodismo Rey de España, certamen que desde hace muchísimos años premia a lo mejor del periodismo.
“Ya pasaron 60 años de mis inicios. La esencia y la emoción es la misma. Lo que cambio es la distribución, el contenido es el mismo. El contenido es la emoción que llega o no llega al corazón de un lector, de un oyente… Lo que cambio es solamente el procedimiento de cómo le llega al receptor. Hace muchísimo tiempo en el castillo medieval, había una persona que tenía una llave colgada de una soga; pasaron los años y un hombre tenía un manojo de llaves, pero ya no tan grandes; pasó un ‘ratito de la humanidad’ y llegó la ‘Yale’; después fue la tarjeta; ahora pones el dedo… ¿Abre puertas? ¡Comunica!. El procedimiento es diferente, pero el resultado es el mismo. Si no emociona, no comunica. La radio es una arte y un oficio. Es literatura conversada. El arte de contar historias".
Julio Lagos es parte de esas voces que son casi de la familia. Junto a Cacho Fontana, Héctor Larrea, Silvio Soldán, Juan Alberto Badía, Mateyko… Integra ese selecto grupo de voces que reconocemos con un simple ‘Hola’ y nos acompaña, sin saberlo, en muchos momentos de nuestra vida. Hoy tenemos el gusto de escucharlo cada madrugada en Radio Rivadavia (de Lunes a Viernes de 1 a 5 AM) y que nos acompañe y nos muestre y cuente historias, como nadie.
Su vida y su historia completa, las anécdotas de sus principales notas, en su propia voz, aquí en Íntimamente con Alejandra Rubio.