“El adiós a una leyenda”, la última gira con la que Leo Dan comenzó a decir adiós, llegó a su fin en un imponente concierto en California ante miles de fanáticos en el mes de octubre. El artista que se despidió de los escenarios a sus 82 años de edad, dejó abierta las puertas y aseguró que esta en tratativas para que ese no sea su punto final, sino un concierto en Argentina: “Estoy escribiendo una canción para toda mi gente de Santiago y de la Argentina para recordar que seguimos vivos. Seguimos trabajando y planeando cosas. Dios me dio sabiduría y ganas de hacer cosas. Y eso no lo pierdo. Grabo mis ideas en un grabador y después trabajo sobre ellas. A veces me resulta difícil encontrar los grabadores, con esto de los huracanes acá en Miami, cuando viene uno, agarro una bolsita, junto los grabadores y salimos de la casa casi con lo puesto. Pero Dios nos cuida en todo momento. Yo tengo fe y me siento protegido siempre. Mi vínculo con el público es eterno y espero que así lo siga siendo. Yo ya no quería cantar más, me iba a dedicar solo a componer, pero hay muchas posibilidades de hacer un show en Argentina. Ese es mi deseo y, por suerte, el de muchos. No puedo adelantar demasiado porque estamos aún en conversaciones para hacerlo y no está todo firmado, pero las ganas están y eso es lo importante.” Aseveró el cantante que los problemas de salud y el cansancio fueron los motivos que lo alentaron a tomar la decisión de su retiro, pero que no fueron impedimento para que el artista le dé a su público lo mejor en el que iba a ser su último concierto.
Ovacionado, como ocurrió en cada uno de los coliseos en los que se presentó en este camino de despedida, Leo Dan ratificó el amor que la gente le brinda, fruto de ese don que tiene el músico de cantar con palabras sencillas cosas profundas de la vida y aseguró: “Fue un viaje maravilloso, pero es momento de cerrar este capítulo. De transformarlo, de hacerlo diferente. El público y la gente siempre van a estar en mi corazón y voy a seguir trabajando para llevarles alegría. Es hermoso que mis canciones sigan dando la vuelta al mundo. No voy a parar de hacer canciones. Dios me dio un don maravilloso que es llevarle alegría a la gente y de una manera u otra quiero seguir haciéndolo.” Aseguró el cantautor emocionado que brindó el que iba a ser su último concierto el pasado 4 de octubre en el Toyota Arena, un estadio en Ontario-California, Estados Unidos, ante 12.000 personas.
Con respecto a su presente, su agradecimiento y el intentar devolverle a la gente un poco de tanto amor, aseveró: “Nunca me olvido de la Argentina. Tengo la suerte de poder darle el desayuno, el almuerzo, la cena a los chicos de la escuela que fui en Atamisqui en Santiago del Estero. Dios me dio la posibilidad de ayudar y eso me llena de alegría porque dice que al pobre da, a Jehová da. Ayudar al próximo es lo mejor que puede hacer un ser humano. Yo no solo ayudo a mi Santiago querido, también en Rosario ayudo a una entidad que saca los chicos de la droga. Ayudamos a más de 50 chicos con adicciones que no solamente se los alimenta, sino también se les enseña un oficio para que puedan insertarse nuevamente en la sociedad y tener una vida plena. Es una desgracia caer en una adicción para ellos y para su familia. El poder poner mi granito de arena para darles una nueva posibilidad, me llena el alma y el corazón. Darles una profesión, un oficio, una forma de desenvolverse en la vida lejos de la delincuencia… Dios me dio la posibilidad económica de ayudar y me siento bendecido solo con la posibilidad de poder hacerlo. Todos podemos ayudar a hacer un mundo mejor. No hace falta tener dinero. Ayudar a alguien a cruzar la calle, sonreír a un cliente si estas atendiendo un negocio, pensar de qué forma poder ayudar a otro… Para eso no se necesita dinero, sino voluntad y ganas de ayudar.”
Leopoldo Dante Tévez, mejor conocido como Leo Dan, nació el 22 de marzo de 1942 en Atamisqui, un pueblito en la provincia de Santiago del Estero, Argentina, y así cuenta el mismo su historia: “Éramos 14 hermanos y tuve una infancia muy feliz. Mi papá era un trabajador de campo, sembraba, cosechaba, criaba animales… Nosotros vivíamos debajo de los árboles por el calor. A los 4 años aprendí a tocar la armónica por una vecina que le habían regalado una armónica y me la prestaba. Y ya aprendí a tocar las canciones de moda. Después aprendí a tocar la flauta y a los 11 la guitarra. Empecé a tocar la guitarra para conquistar chicas, pero era muy chico y no me hacían caso. Entonces me decidí a cantar para tener más posibilidades. A los 16 años empecé a componer y realicé mi primera canción ‘Celia’ que después se convirtió en mi primer gran éxito. A los 18 años forme junto a unos amigos un grupo de rock llamado ‘Los Demonios del Ritmo’, antes había formado un trio de folclore. Yo quería estudiar veterinaria y soy agrónomo, pero Dios me tenía deparado este destino, esta misión en esta vida, el llevar alegría a tantas personas en el mundo. Dios dijo: ‘A este santiagueño no le gusta trabajar, lo vamos a mandar a cantar’ jajajaja.”
Siguiendo con su relato cronológico, Leo recuerda: “Lo mío fue todo de golpe, una locura total. Decidí viajar de Santiago a Buenos Aires a probar suerte. Apenas llegué y sin plata dije: ‘Algo tengo que hacer, sino ¿de que voy a vivir?’. En la casa de mi hermana no tenía ni habitación. Y me fui a buscar una grabadora, una discográfica. Ahí me indicaron como llegar a CBS (la Sony Music de hoy). Primero no me querían atender, después me atendieron y ahí mismo me contrataron. Le canté ‘Celia’ y me dijeron ¡Es un golazo! E inmediatamente me ofrecieron firmar un contrato. Tuve que volver a Santiago a que me firmaran mis padres porque aún era menor. Grabé y a los 15 días me convertí en un éxito nacional, mi canción estaba sonando en todo el país. A la semana de haber salido a la venta ya era un éxito de recaudación y la vida me cambio totalmente y para siempre.” A esa canción le siguieron éxitos como "Fanny", "Cómo te extraño mi amor", "Estelita", "Libre, solterito y sin nadie", "Santiago querido", "Qué tiene la niña", "Por un caminito", "Sólo una vez", y muchos más.
“Después me fui a España con mi familia y dos de mis hijos. Recorrimos Europa paseando y no pare más. Me llegó un contrato para trabajar 20 días en México y me quedé 10 años. Me llevaron por la canción ‘Te he prometido’ y esa canción la escribí en el estudio de grabación en solo 15 minutos, porque faltaba un tema para completar el disco. En México me adoptaron y fueron y son mi familia hasta hoy. Muchos hasta piensan que soy mexicano. Ellos lanzaron mis temas al mundo y yo estoy eternamente agradecido.” Contó el cantante que sus temas fueron tomando herramientas de diferentes géneros como romántico, folklore, tropical, cumbia, banda, tango, vallenato y rancheras. Y que sus composiciones fueron traducidas al italiano, portugués, alemán, francés, inglés y japonés.
Entre tantas traducciones y fama, sus colegas le rindieron homenaje interpretando sus canciones a lo largo de los años. Entre los artistas que se animaron a replicar su música, se encuentran: Leonardo Favio, Palito Ortega, Grupo Garibaldi, Marco Antonio Muñiz, Pedro Fernández, los Carlos, María Marta Serra Lima, la Sonora Dinamita y Olga Guillot. Y muchísimos más, como: Wilfrido Vargas, Toño Rosario, Los Mirlos, Los Diners, Los Tobas, Alex Bueno, Los Manseros Santiagueños, Lorenzo Montecarlo, Julio Preciado, Café Tacvba y Aterciopelados. Hasta la fecha, él y su equipo llevan contabilizados 1600 y algo de intérpretes que han grabado sus canciones, ¡Un récord! Además de llevar vendidos 120 millones de discos con sus propias versiones.
Refiriéndose a la historia de la famosa canción “Libre, solterito y sin nadie”, cuya letra se popularizó al instante. “Como yo no estoy ni comprometido ni casado ni nada y usted no está ni comprometida ni casada ni nada por qué no charlamos un ratito para no sentirnos tan solos”, rezaba el estribillo que sigue sonando hasta el día de hoy en festejos familiares y sociales, es uno de los mayores éxitos del autor y aquí cuenta como lo escribió: “Ahí tuve la bendición que mi hermano del alma Dino Ramos, vino con la idea: ‘Porque no componemos una canción como hablan en tu pueblo’ ‘Como yo no estoy, ni comprometido, ni casado, ni nada…’ Ahí mismo le puse la letra, le hice la música y salió la canción. Me emociona saber cómo aún, después de 60 años, se sigue escuchando. Como la conocen distintas generaciones. Como me piden que la cante personas de distintas edades.”
Realizó su propio programa de televisión, titulado “Bajo el signo de Leo”, en canal 9 de Argentina. En 1966 se casó con Mariett, elegida Miss Mar del Plata ese mismo año. Decidieron mudarse a España, donde Leo continuó grabando, y nacieron éxitos como “Mary es mi amor”, “Con los brazos cruzados”, entre otros. En 1970, debido al gran éxito que tenían sus composiciones, decide mudarse junto a su familia a México, donde se radica por los siguientes 10 años y lanzan sus canciones al mundo. Hoy con 60 años de una exitosa carrera, grabó más de 70 álbumes. Compuso más de 2000 canciones. Sus composiciones han sido traducidas al italiano, portugués, alemán, francés, inglés y japonés. Lleva vendidos más de 120 millones de discos en el mundo y sus temas han sido grabados en diferentes géneros como romántico, folklore, tropical, cumbia, banda, tango, ballenato y rancheras… Ha sido ganador de muchísimos premios, entre ellos Ascap, Discos de Oro, y ganador de un Grammy como mejor compositor. A sus 82 años de edad reside en Miami junto a su esposa y sus cuatro hijos, disfrutando de haberse convertido en un ícono de la música latinoamericana y el dueño de múltiples canciones que enamoraron a todo un planeta. Su último lanzamiento “Celebrando una leyenda” es multi-platino en México, logrando los primeros lugares en venta y superando los 180 millones de streams. Más vigente que nunca, una verdadera leyenda viviente.
