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Bahiano: “Soy un agradecido a la vida, tuve muchísimo éxito y nunca perdí el eje”
Sábado, 21 Diciembre 2024 22:41

Bahiano: “Soy un agradecido a la vida, tuve muchísimo éxito y nunca perdí el eje”

El reconocido cantante, autor, conductor de radio y televisión realizó en “Íntimamente” con Alejandra Rubio un minucioso recorrido por su carrera, su relación con Los Pericos, sus momentos más memorables junto a los más grandes de la música, su faceta de conductor, su paso por la tele, por la radio... su visita a Las Islas Malvinas... El sentimiento de estar en el cementerio Darwin, cuando el casi fue un ex combatiente... y el agradecimiento a la vida por su pasado y su presente: “Soy un agradecido a la vida, tuve muchísimo éxito, muchos logros y nunca perdí el eje. Conocí y disfruté de personas maravillosas, de grandes músicos, realmente soy un privilegiado. Tengo los mejores recuerdos de la Negra Sosa y el privilegio de haber compartido con ella muchas cosas. Esas son de las mejores satisfacciones que me dio esta carrera.”

Fernando Javier Luis Hortal, más conocido como Bahiano, nació en Buenos Aires el 26 de diciembre de 1962. Cursó sus estudios en el Colegio San Agustín, en la Escuela Argentina Modelo y en el IADES (Instituto Argentino de Enseñanza Secundaria). Trabajó en la panadería de su padre: “Vivía en Barrio Norte. A los 14 años trabajaba en la panadería de mi padre que quedaba a tres cuadras de mi casa donde  vivía con mis padres, mi hermano y mi abuela, sobre la calle Montevideo. El local estaba sobre la avenida Córdoba, entre Paraná y Montevideo. Empecé a trabajar ahí con mi hermano. Vendía al público en el mostrador, atendía la caja y hacía los repartos, principalmente. Era el hijo de Luis. Mamá nos había hecho un par de delantales blancos de panaderos y estábamos recontra orgullosos. Me acuerdo que me lo ponía todo planchadito y limpito y me iba caminando. Tuve una buena infancia. Mis viejos fueron buenos papás de esa generación, con todos sus quilombos. En mi infancia me gustaba coleccionar los muñecos de "Titanes en el Ring" que venían en los chocolatines Jack. Mi papá me había dado una madera terciada rectangular a la que le pusimos cuatro clavos y tres gomitas elásticas para convertirla en el ring en el que peleaban Martín Karadagian y los otros luchadores. Me gustaba mucho dibujar y armar mis propios juguetes. Por ejemplo, hacía una silueta en papel, la recortaba con tijera y la convertía en un personaje. Después me puse muy fanático de unos soldaditos romanos con los que organizaba batallas. Ser chico es alucinante, por eso cuando uno es grande quiere volver a ser chico. Jugar con un palito, con una rama, la imaginación, que una rama sea una espada. En el secundario hasta tercer año, que me echaron, fui  a la Escuela Argentina Modelo, donde tuve de preceptor al Teto Medina. Me echaron por hacer saltar los tapones del colegio. Teníamos prueba de química y uní los cables, saltaron los tapones, el colegio se quedó sin luz y nosotros sin clases. Lo descubrieron y a mí me echaron y de ahí me fui al  IADES (Instituto Argentino de Enseñanza Secundaria) Donde iban todos los echados de los demás colegios. Yo era buen alumno, solo un poco travieso."

 
Desde muy chico se interesó por la música. Siempre tuvo muy buenas calificaciones en dicha materia. Con unos compañeros formó un trío para tocar en las fiestas escolares. Sus amigos lo apodaron Bahiano por su entusiasmo al hablar de Salvador de Bahía. El apodo le gustó porque admira la cultura brasileña y tiene antepasados de ese país: "En el grupo estaba el polaco, el ruso, el chino, todos tenían un apodo, y un amigo me dice, bueno, vos sos Bahiano y quedó ahí, entonces, yo era Fernando Javier Luis, me había puesto mi vieja porque leía la revista Hola iba a ser su primer hijo y dijo que mi primer hijo se va a llamar Fernando, leía la revista Hola, que todos los reyes tenían tres nombres. Entonces, ya en un momento, cuando nos presentábamos ahí con otro, y digo, gola, el ruso, Bahiano bueno. Y quedó ahí. Quedó. Empezó a quedar ahí. Cuando empecé con la música, el primer disco de Los Pericos y demás. Y nada, chicos, pasen toda la data de la banda, ¿no?, los músicos, quiénes son y demás. Y yo dije, ¿qué voy a poner? ¿Fernando Javier Hortal?  No, no Bahiano. Total, ¿qué va a pasar? Y ahí quedó. Y fui.”
 
Se hizo conocido como líder, cantante, letrista y compositor de la banda de reggae y rock Los Pericos, precursora del movimiento de reggae local y en actividad desde 1986, aunque el Bahiano entró un año después. Desde 2004, luego de su alejamiento de Los Pericos, ha desarrollado una carrera como solista y también se ha desempeñado exitosamente como conductor de radio y televisión. Así cuenta el mismo su historia: “Mi primer banda fue El Signo y al primer recital solo fueron 15 personas, después tocábamos para 30 como máximo. Hacíamos música electrónica básicamente. Había teclado secuenciado, una Emulator SP - 12, una guitarra y mi vos. Nada más. No había batería, ni vientos, ni nada más. Para esa época, año 87, la gente te miraba como que eras un marciano, muchos se confundían y creían que estabas haciendo playback y no era así. Después yo dejo El Signo porque me invitan de Los Pericos, porque el cantante se había ido. Se había enamorado de una Paulista en São Paulo y se fue. Nos conocíamos todos de distintos lugares de rock que frecuentábamos. Hacíamos todo muy a pulmón. Nuestras primeras acciones de marketing la hacíamos nosotros mismos. Los volantes los dibujábamos a mano alzada, los fotocopiábamos, recortábamos, hacíamos los pilones y lo repartíamos nosotros mismos desde plaza Italia a plaza San Martin por una vereda y después cruzábamos a repartir por la otra vereda. También hacíamos pintadas en las paredes de los vecinos. Era nuestra forma que nos empezaran a conocer.”
 
Siguiendo con el relato, el cantante aseguró: “El primer recital de Pericos conmigo, fue también en un lugar chiquitito ‘Gracias Nena’ en Av. Congreso y ahí ya fueron 300 personas y al segundo casi 900. Fue una locura, el boca a boca nos ayudó muchísimo. Ahí empezó a pasar algo. De la banda que se había juntado para tocar solo en las fiestas privadas del jet set (porque esa fue la idea de Ale Perico, el fundador de la banda) a comenzar a hacernos masivos. Yo no era de los originales. Nos conocíamos con Juanchi del colegio y yo lo había invitado a tocar la guitarra en El Signo con Leo y Gastón Satragno y ahí comienza la comunicación con los Pericos. Pero nos conocíamos más de lugares de música donde se daban conciertos. Cuando me pidieron sumarme fueron horas de ensayos, zapadas, improvisaciones… Fue donde compuse ‘El ritual de la banana’, ‘Jamaica reggae’, ‘Nada que perder’ los tres primeros hit masivos de la banda. El cantante que estaba antes cantaba en ingles entonces yo tuve que cantar y componer por fonética, porque mi ingles no era bueno. En ese tiempo estábamos con la compañía EMI Odeon y vendimos 150.000 copias con ese disco. Fuimos los artistas con más venta de la compañía ese año.”
 
Refiriéndose a cómo accedieron a la masividad, el cantante recordó: “Todo comenzó cuando Mario Pergolini pasó, en su programa Feedback, de Rock & Pop, ‘El ritual de la banana’, hubo tantos llamados que terminaron difundiendo nuestra música. ‘El ritual de la banana’, ‘Jamaica reggae’, ‘Nada que perder’, los temas que dieron comienzo a una historia trascendente. Acumulábamos público, pero la industria no nos daba la derecha, no nos decían: ´Sí, les creemos´. Cuando mi hermano, que en ese momento era el manager de la banda, presentó el demo de Big yuyo, en EMI le dijeron que no habían encontrado ningún hit. Ese disco luego vendió 350.000 placas solo en Argentina. ‘Me late’ formaba parte de ese material que, supuestamente, no contaba con esos temas que se consideran gancheros para una industria que busca resultados. Aquellas canciones, que eran pasadas en las radios, podían durar semanas en un chart. Eso fue cambiando: antes, el artista sacaba un disco y la gente lo escuchaba por primera vez en la radio, y las emisoras pisaban los temas con publicidad para que no se pudiesen grabar. La gente estaba loca. Fue un exitazo.  Pero siempre aclaro que yo nunca fui legalmente un perico. Entre después y justo se dio  el éxito ahí. Yo no tuve nada que ver con el nombre. Yo entré en reemplazo del primer cantante como te conté. Después se sumaron otros músicos y Ale Perico, fundador, dejó el proyecto. El irme de Los Pericos también fue por desgaste. Pasaba mucho tiempo con la banda y poco con mi familia. A mi segundo hijo no lo vi nacer, y eso para mí fue mucho y peso a la hora de tomar la decisión. ” Explicó el Bahiano.
 
Hacer MP3 Fue hermoso. Algo muy positivo en mi carrera. Ganamos tres Martin Fierro y el material que hicimos fue maravilloso, de colección. Hacerlo en canal 7, y no tener que estar pendiente del rating, nos ayudó a hacer un producto excelente. Nosotros presentamos el programa, nos dieron el okey y empezamos a filmar. No era un programa que se hacia dentro del canal. El canal lo emitía. La propuesta me la hizo Luciano Olivera. Recorrimos toda Argentina, Latinoamérica, llegamos a Francia, España y hasta Sudáfrica con Mandela. En MP3 se pueden ver las últimas apariciones de Leopoldo Federico, Mercedes Sosa… Estuve con Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Caetano Veloso… Después vino una tarde cualquiera, donde me dijeron: ‘¿Negro te animas a conducir en vivo?’ y yo dije: ‘¿Por qué no?’ Y ahí arrancó lo otro, la otra etapa como conductor, pero ya con tres Martin Fierro en la mano. Yo en ningún momento entre a hacer el programa porque era afín a la política del momento, sino por lo que pude demostrar como conductor. El público del programa tenía 16 años y ese también fue un gran desafío para mí. Entreviste a muchísimas personas y de todos los ámbitos. Fue también un gran programa. Y yo aprendí muchísimo por los chicos. Tenía que ser el moderador de la tribuna que preguntaban y daban su opinión. Llegó a haber en la tribuna más de 90 chicos y yo era el moderador. Ninguna tenía guion y podia salir con cualquier cosa. Le dabas el micrófono y hasta podía hablar en contra del gobierno de turno. Era trabajar sin red, pero con total libertad. No fue fácil, pero para mí fue una experiencia enorme.”
 
“Con MP3 hicimos muchas cosas. Pero ir a Malvinas, fue de las que más me marcó. El sentimiento de estar en el cementerio Darwin fue muy duro. A penas llegamos, nos hicieron notas de varios diarios locales y nos dieron indicaciones de cómo comportarnos y los lugares donde ir. Estaban paranoicos porque querían saber a qué íbamos. Nos dijeron que hacía quince días unos argentinos habían desplegado una bandera de Argentina en el cementerio de Darwin y se había armado un lio bárbaro. Empezamos a conocer con un sacerdote anglicano en la iglesia anglicana que está ahí. Nos empezaron a segmentar a donde ir y a donde no porque íbamos a estar mal vistos, porque iba gente que cuando ocurrió la guerra eran chicos y le quedo una mala sensación y nos ven como ‘el invasor’. En la tienda de regalos en el muelle, donde atracan los cruceros, te vendían las típicas tasitas como souvenir, donde estaba el mapa y en Sudamérica no existía Argentina. Estaba Chile, Uruguay y quedaba la forma de Argentina y decía: ‘Mar of shit’ Como: ‘Mar de Mierda’. No tenías la tierra. Ese era el souvenir que vendían. Fue durísimo estar ahí, en el cementerio, ver sus tumbas y pensar que yo podría haber sido uno de ellos, soy clase 63 y casi tuve que participar de la guerra. Hacen turismo de guerra y te llevan a los lugares donde peleamos y aún hay pertenencias de nuestros soldados. Realmente es muy duro.” Recordó emocionado el Bahiano.
 
“Me pasaron cosas grosas en mi carrera. Una que fue una gran sorpresa, surgió en una conversación es que en 2008 estuve a punto de grabar Duerme negrito con la mismísima Mercedes Sosa.  Cuando terminé MP3 quise darle un cierre a esa hermosa etapa. Quise hacer un disco metiéndome en el repertorio popular, versionando canciones a mi estilo. Y con Duerme Negrito iba a hacer el cierre. Tenía ganas de cantar esa canción con Mercedes. Mercedes venía de hacer Cantora y yo el homenaje a León Querido, a Gieco. Justo Mercedes empezó a flaquear de salud y quedó muy enferma, así que no lo pudimos hacer. Cuando muere, me quedé helado, voy con toda la gente a despedirla al Congreso y lo veo a su hijo Fabián Matus, así que nos abrazamos y me fui. No quise verla en el ataúd. Obvio que pensé que todo quedaba ahí.  Dos meses después, me llama un productor para decirme si no tenía algo del repertorio de Mercedes para hacerle un homenaje. Yo le dije que tenía Duerme Negrito y me dice: '¡Buenísimo. Hagamos el tema!' y me cuenta que el homenaje a la Negra era en el Lincoln Center de Nueva York. No podía creerlo. Lo hice y fue tremendo. Estaban desde León Gieco, Piero y hasta Joan Baez, impresionante.  Armaron una banda fija y pasaban a cantar los cantantes todos con los mismos músicos. Es algo que no voy a olvidar. Algo muy fuerte. No pude cantarlo con ella, pero finalmente lo canté en su homenaje en el Lincoln Center." Rememoró el músico.
 
"El otro día estaba en casa mirando algunas fotos y discos que hice, y la verdad es que me gustó mucho lo que vi. A veces uno no se da cuenta del camino recorrido porque es medio cabezón y va para adelante. Te puede pasar que decís 'Hubiera hecho algunos cambios o retoques artísticos', pero creo que la variedad fue lo que me marcó. Mi lema es perseverar y triunfar. La gente que viene a verme busca toda esa variedad de canciones, y a mí también me gusta hacer cosas nuevas, tanto temas propios como versiones donde las desarmo un poco y le pongo otra impronta. Y ese es mi sello." Concluyó El Bahiano.
 
En 1987, Bahiano comenzó su carrera musical. Primero en El Signo y luego en Los Pericos. Luego realizó aportes en las composiciones del grupo. Durante los años que estuvo en esa agrupación, obtuvo su reconocimiento internacional, al presentarse alrededor del mundo, llegando a actuar en Jamaica. Además grabó cerca de doce discos y recibir premios. En 2004, decidió dejar a la banda por motivos personales. Al terminar su etapa con Los Pericos, Bahiano reclutó a un grupo de jóvenes músicos para comenzar su carrera en solitario. Entre las personas reclutadas están Matías Zapata (teclado, programación, coros), Pablo Akselrad (guitarras, coros), Matías Méndez (bajo), Hernán Martín (batería), Gustavo Martelli (percusión), Fabián Veglio (trompeta), Alejo Von Der Phalen (saxo tenor, barítono) y Juan Canosa (trombón). Tuvo participaciones en películas argentinas como "Poliladrón" y "Peligro nuclear". Y fue presentador del exitoso programa MP3, transmitido por Canal 7 con el cual llego a recorrer hasta las Islas Malvinas. A través de los años sigue obteniendo éxitos, llevando sus interpretaciones alrededor del mundo, convirtiéndose así en un importante representante del reggae en toda Latinoamérica.