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Locomotora Castro: “Agradezco a Dios poder alimentar a tanta gente”
Sábado, 06 Julio 2024 22:53

Locomotora Castro: “Agradezco a Dios poder alimentar a tanta gente”

El reconocido ex campeón mundial de boxeo, Jorge “Locomotora” Castro, habló con Alejandra Rubio en Íntimamente sobre su dura infancia, su inspiradora historia de vida y de cómo convirtió su gimnasio en un comedor comunitario para asistir a sus vecinos más necesitados y administra, sin ayuda del gobierno nacional, varios comedores en Temperley y diferentes puntos del conurbano bonaerense: “No quiero que pasen hambre como pasé yo. La pasé fea en mi infancia. Hoy tengo la bendición de poder ayudar y lo hago. Apenas iba a inaugurar, tuve dieciocho meses cerrado el gimnasio por la pandemia y se me ocurrió  hacer una olla popular para ayudar a treinta personas, vinieron sesenta, y empezamos repartiendo el alimento. Hoy tenemos catorce comedores y 9 merenderos que abastecemos con ayuda de la gente y distintos empresarios. De treinta personas, pasamos a alimentar a más de seis mil.” Aseguró el ex boxeador que sabe lo que es no poder comer y desde su lugar, prefiere dar una mano.

 

 

Jorge “Locomotora” Castro, conocido cariñosamente como “El Roña”, decidió convertir su gimnasio en un comedor comunitario para asistir a sus vecinos más necesitados en plena pandemia, hace cuatro años, inspirado por su propia experiencia de hambre y desnutrición durante su infancia: “El comedor comenzó a funcionar en 2020, cuando la pandemia de coronavirus me obligó a cerrar. Abrí en marzo y en abril tuve que cerrar por la pandemia. Ahí hice una olla popular, después dos, después seis ollas… la gente primero venía con taper, después con una olla y se llevaban para comer toda la semana. Yo fui un pibito desnutrido, por eso me importa ayudar a los que más pueda para que no pasen hambre. La demanda cada vez es mayor y nosotros, por suerte, vamos creciendo. Hay mucha necesidad, pero también mucha gente buena que ayuda. El ser conocido me facilitó mucho las cosas. Empecé yendo a pedir al mercado central y fue increíble como todos me llamaban desde los puestos para ayudarme. Fui muy pobre, pero gané mucha plata y supe administrarla. Peleaba y compraba casas. Le di un techo a cada uno de mis 15 hijos, a mi mamá, a todos mis hermanos. Tuve la posibilidad de ganar mucho dinero y de repartirlo con los que quería también. Yo no necesito nada, pero hay mucha gente que sí y, el poder darles un plato de comida, me llena de satisfacción. Arranqué intentando dar de comer a 30 personas y después empezó a venir más gente. Llegamos a tener 628 personas. Me levanto a las cinco de la mañana para ir al Mercado Central, ahí me dan choclo, morrón, zanahoria, papa, cebolla, limón, calabaza, tomate, verduras… Yo mismo lo reparto, tengo veintiuna personas trabajando conmigo. También reparto: pan (más de 500 kilos) leche, azúcar, té, yerba, puré de tomate, harina, fideos, arroz, lenteja, polenta y hasta hamburguesas, patitas, medallones. No es que vienen con una bolsita, traen un carro o una bolsa grande y se los lleno. Repartimos guardapolvos y útiles para los pibes del barrio porque hay muchos que no tienen los elementos para ir al colegio y nosotros se los damos. Tengo un montón de cosas para repartir, gracias a la ayuda de muchos, donaciones de fábricas, mayoristas y el apoyo de la provincia y la Municipalidad de Lomas también.” 

 
"Locomotora" Castro comenzó a pelear de muy chico y se convirtió en uno de los boxeadores más emblemáticos de Argentina. Pero detrás de los guantes y los reflectores, se esconde un hombre con una historia de vida digna de una película. Nació en Caleta Olivia, Provincia de Santa Cruz, el 18 de agosto de 1967, y fue a vivir a Catamarca tras la separación de sus padres. “El Roña” sufrió hambre y violencia durante su niñez: “A mí nadie me la va a contar. Yo sé lo que es pasar el hambre, pasar el frío.... Mis padres se separaron cuando yo era chico. Nosotros éramos seis hermanos varones, yo soy el segundo, y a veces no había para comer. Mi mamá fue siempre portera del colegio N 6. A mis 9 años mi vieja me mandó a mí y mi hermano Emanuel (los dos mayores) con mi papá a Catamarca y estaba contento porque nos íbamos a Catamarca, pero no la pasé bien, la pasé muy mal. Mi viejo era alcohólico y me re cagaba a palos. Mi viejo chupaba, el alcohol lo perdía y me molía a trompadas, no sabés las necesidades que pasé, no comía, estaba como raquítico, algo así como le pasó a Carlos Monzón cuando era chico. Me acuerdo que mi vieja, cuando ya tenía 13 años, vino a visitarnos, se asustó cuando nos vio tan flacos, nos cargó en el colectivo y nos llevó nuevamente a Caleta Olivia con ella. Gracias a ella estoy vivo y soy quien soy. La pasé muy mal. Desde ahí no puedo ver en la calle gente que pase hambre, especialmente a los chicos. Yo estoy muy agradecido a mi mamá por haberme llevado y no fui rencoroso con mi papá. Incluso lo llevé a que vaya a ver mis peleas."
 
"En casa había que ayudar. Yo lustraba botas y vendía diarios, estuve ocho meses en el campo trabajando, era ovillador. Y cuando volví al pueblo, a Caleta Olivia, a los 14 años me puse a pelear. Yo me peleaba en la calle, por eso me decían: ‘busca roña’. Con solo dos días o de entrenamiento, me dijeron: ́Roña, ¿Querés pelear?’ y les dije que sí. Era un corajudo bárbaro. No le tenía miedo a nada. Mi mamá tenía que firmar el permiso, pero en ese momento ella quería que estudie. Yo le pedí a una señora que vivía atrás de nuestra casa, mintiéndole que era un permiso para ir al gimnasio y como mi mamá no estaba no lo podía firmar, y Dora me firmó el permiso para pelear. Mi vieja no sabía nada. Después de hacer esa primera pelea me pagaron como si hubiera limpiado botas por un mes y quería pelear todos los días. Ahí comenzó mi historia con el boxeo. A los casi 15 años, y con 55 kilos, hice mi primera pelea como amateur. Fue contra el “Trompa” Arce, que tenía 21 años, y así empezó mi carrera. Esa pelea la empaté. Con lo que me pagaban estaba feliz y quería pelear todos los días. Como uno mismo no podía pelear todos los días, yo me cambiaba el nombre y me ponía el nombre de todos mis hermanos, pero era todos yo. Mi mamá sufría mucho cada vez que subía yo al ring, no quería que me pegaran.  Como amateur, sólo perdí dos peleas. Una en Chile y otra acá en la Argentina con Machado. Hice 128 peleas en cuatro años. Perico Duarte fue el primer técnico que tuve. Él me enseñó las nociones básicas. Siempre dije que fui tocado por la varita mágica porque cuando yo entré al gimnasio no sabía pegarle ni a la pera, no sabía saltar la soga, pero algunas cosas ya las tenía incorporadas. Los primeros cuatro meses, los boxeadores de Caleta me cagaban a piñas, pero después los superé a todos. Al Lana Park llegué recién en el 89, por que el Luna estuvo 17 años cerrado, sin boxeo. Peleé con el Puma Arroyo y ese fue el boom, porque éramos dos argentinos que veníamos muy bien. Le gané por nocaut en el noveno round con el Luna Park lleno y después empecé a recorrer el mundo.”
 
Refiriéndose a su presente Ex campeón mundial de boxeo, asegura: “Ahora va a salir una serie mía de siete capítulos, sobre toda la historia de mi vida. Va a estar muy buena. Hay otro actor que hace del Roña. La mía es como la historia de Rocky, que terminó todo cortado, nada más que lo mío fue verdadero. A mí me cortaron todo y pude ganar la pelea contra John David Jackson. Lo que muchos dicen que fue la mano de Dios del boxeo y lo recuerdan como un hecho histórico… Gané la pelea a puro huevo, pero cuando me vi en el espejo me puse a llorar. Estaba totalmente destruido, los ojos casi completamente cerrados de los golpes y me dolía absolutamente todo. Hoy vuelvo a ver esa pelea y hasta yo me emociono de ver mi guapeza. Gané muchas peleas por nocaut, en el primero, segundo, tercero y cuarto round. Yo le decía al fotógrafo: ‘Ponete acá, que ahí te lo voy a noquear’ Para que sacara la foto. El boxeo fue mi vida, desgraciadamente tuve que dejar porque mi cuerpo, después de un accidente muy grande que tuve (El 18 de junio de 2005 sufrió un accidente automovilístico en Buenos Aires, con un colapso de pulmón y varias costillas), no dio más… Pero peleé en todo el mundo, viví afuera, aprendí idiomas… Yo de chico no tenía nada. Trabajé en el campo durante meses y aprendí mucho. También lustré botas, fui chapista, vendía diarios… Mis hijos se cagan de risa cuando les muestro cómo gritaba cuando vendía diarios. Lo que pasa es que ellos no vivieron lo que me tocó a mí. Con el boxeo les pude comprar la casa a cada uno, motos... Les pude dar todo. Ellos no sufrieron. Muchos deportistas que también ganaron dinero no lo supieron cuidar. La fama te marea, el dinero también y hay que saberlo invertir. Gané mucha. Compré varias casas en Caleta Olivia. Compré casa acá. Vivo bien. No me falta un mango. Tengo plata ahorrada y puedo vivir con lo que generé. Yo no tuve los amigos del campeón. Mis amigos son mis hijos y mi pareja Gianinna. Esos son mis amigos. Son los que conozco y me conocen de verdad, los que siempre van a estar al lado mío. Conocidos del campeón hay todos los días, pero yo me doy cuenta enseguida. Muchas veces me ofrecieron droga, pero nunca acepté. Supe tener conducta en eso. A los 28 años vi que mi técnico no me enseñaba nada y lo llevé a mi hermano para que me asistiera. Para que el técnico me llevara agua, lo prefería a mi hermano. En vez que el técnico se llevara la plata, prefería que se la llevara mi hermano. Así me acompañó por 28 países y siempre estuve bien acompañado. Peleé en el Madison Square Garden y gané por nocáut en el cuarto round, en Las Vegas, Montecarlo, Francia, Alemania, Italia, África, Sudáfrica, China, Japón, Tailandia, toda Latinoamérica y EEUU… Estuve viviendo en Los Ángeles, Filadelfia, Montecarlo, Francia, Génova, en Japón… Aprendí varios idiomas para hacerme entender. Hablaba medio atravesado, pero los hablaba. Viajaba con mi mujer, de la que enviudé cuando tenía yo 32 años o con mis hermanos. Hoy mi vida es sencilla y feliz. Tengo salud a pesar de los golpes que recibí. Muchos dicen que las consecuencias no se ven a los 20, sino después de los 50. Que empiezan con problemas neuronales, que se les traba la lengua… Gracias a Dios a mí todavía no me pasó nada de eso. Me siento muy bien de salud y pudiendo ayudar. Que la gente confié en mí para hacerlo, no tiene precio. En el alias locomotora.castro22  y por Mercado Pago Jorge Fernando Castro, nos ayudan mucho y, aunque muchas veces la donación sea mínima, ayuda. Tenemos a varios chicos con patologías neurológicas degenerativas que necesitan de tratamientos muy costosos y que desde lo más profundo de mi corazón los ayudo como puedo.” Aseguró el querido boxeador.
Locomotora, en el gimnasio que lleva su nombre, en la Avenida Eva Perón 4730 en Temperley, además de ayudar, también enseña boxeo: “Doy clases de boxeo, pero no me gusta dirigir al boxeador. Acá es todo recreativo, no es competitivo. Acá viene el gordo, el flaco, el viejo, la vieja, el nene. Yo les enseñó a todos, pero no me gusta ser técnico, no me gusta vivir del esfuerzo de otro. De mí han vivido un montón y yo no quiero vivir de los pibes. También trabajó mucho en las cárceles, dando clínicas deportivas. Y les aconsejo a los pibes que cuando salgan, hagan deporte, agarren un trabajo. No es lo mismo la época mía que ésta que nos toca vivir. Hoy te pinchan los guantes o te pegan un tiro. Por eso les digo que hagan un deporte, para que el día de mañana puedan ser lo que fui yo”.
Jorge “El Roña” Castro, realizó 146 peleas, 3 empatadas, solo 11 perdidas, 130 ganadas y 90 por nocaut.  Recibió el Premio Konex - Diploma al Mérito en el año 2000, otorgado por la Fundación Konex, como uno de los 5 mejores boxeadores de la década en la Argentina.                                                                                                                                                                                                       Fue campeón mundial en 1994, ganándole al campeón Reggie Johnson en Buenos Aires. Después retuvo el título ante Alex Ramos por nocaut, y viaja a Monterrey, para defender el título contra el campeón mundial de la WBO y de la WBA John David Jackson de Filadelfia. Hubo dos peleas posteriores en el programa Pago por visión en inglés pay per view (PPV): Félix Trinidad versus Oba Carr y Julio César Chávez versus Tony López… Pero quedará definitivamente en la historia por sus guapes ante Jackson. Cuando Castro comenzó bien en el primer asalto e hizo tambalear al retador con una buena combinación, pero Jackson se recuperó rápidamente en el segundo asalto y fue tomando el control de la pelea, mostrando superioridad técnica a medida que avanzaba el combate. En el tercer asalto dominado por Jackson, Castro sobre el final del asalto lanzó un potente derechazo y otras combinaciones que removieron a Jackson pero la campana salvo al retador de la furia de "Locomotora". Castro peleó de igual a igual hasta el cuarto y quinto asalto, demostrando que cuando llegaba podía hacer daño, llegó el sexto asalto donde fue vapuleado, ya en el séptimo y octavo asalto, estaba recibiendo una dura paliza, pero seguía de pie, luchando como podía, además de estar abajo en la tarjetas claramente, pero Jackson se confió de su poder y entró al "in fighting" para terminar la pelea, esto le costó caro, Castro en defensiva le lanzó un zurdazo a la sien y Jackson cae al piso... Este logró erguirse, pero sufrió dos caídas más y KO: Así fue la pelea más heroica de retención de un título, por un boxeador "demolido" que noqueó en el noveno asalto.