Pablo Cabaleiro, el Mago sin Dientes: “A Ricky Maravilla y a Tinelli les debo mi éxito"
Sábado, 21 Septiembre 2024 22:11
Pablo Cabaleiro, el Mago sin Dientes: “A Ricky Maravilla y a Tinelli les debo mi éxito"
El reconocido mago e ilusionista, que se hizo famoso cuando el cantante Ricky maravilla le bajo varios dientes de una trompada en un programa de televisión, habló en profundidad en Íntimamente con Alejandra Rubio de su vida y su historia: “Descubrí mi vocación con solo ocho años y siendo un niño debuté junto al querido Carlitos Bala. Comencé a estudiar ilusionismo a los diez y desde ese momento hasta la actualidad jamás dejé mi profesión, pese a haberme recibido de licenciado en marketing. Cuando Ricky Maravilla me bajó un diente, en una cámara oculta de ‘Pasión de Sábado’, utilicé todo lo que estudie de marketing para hacerme un nombre, aprovechar el momento y convertirme en una marca. A Ricky Maravilla, que me dio la piña y a Marcelo Tinelli, que me dio difusión, les debo el éxito en mi profesión.”
Pablo Cabaleiro soñó con ser mago desde siempre. De muy chico comenzó a “trabajar” en reuniones familiares, de vecinos y en actos escolares… Afortunadamente nunca tuvo que trabajar de otra cosa que no fuera lo suyo, pero la ansiada fama y el reconocimiento masivo del público le llegaron cuando nació “El Mago sin Dientes”, su nombre artístico. Así lo recordó: "Fue en Pasión de Sábado, cuando me contrataron para hacer unas cámaras ocultas a líderes de la movida tropical. Ricky Maravilla se enojó y empezó a repartir cachetazos y golpes; a mí me dio una piña en cámara y me sacó limpito un incisivo de arriba. Me fui dolorido a mi casa, no sabía qué hacer; llego y el teléfono no paraba de sonar porque en los noticieros estaba saliendo que Ricky le había bajado los dientes a un mago. Hasta ese momento todos me llamaban por mi nombre y desde ese día pasé a ser el Mago sin Dientes, un antihéroe de la magia. De un día para otro todo cambio. Todos los medios levantaron la noticia y me empezaron a hacer notas en todos los canales de televisión. La exposición hizo que salieran más trabajos y más contratos, tanto a nivel local como nacional. Recorrí todas las provincias, fui a Uruguay, hice varias temporadas de revista y hasta me convertí en la figura principal del circo Rodas. Ahí marqué un récord: 700 funciones en cuatro temporadas. Hago eventos privados y muchas figuras me llaman para animar los cumpleaños de sus hijos. También tengo mi propia escuela de ilusionismo, desde hace muchísimos años, mi marca y hasta merchandising con mi nombre… Es muy loco, tengo un muñequito con mi cara, juegos y libros de magia con el nombre ‘El Mago sin Dientes’. La trompada que me dio Ricky Maravilla me bajó un ‘diente’, me marcó la cara, pero también marcó mi carrera y potenció mi futuro. Soy muy feliz y un agradecido a Dios, a Ricky y a Tinelli. Gracias a ellos cumplí mi sueño de ser conocido masivamente. Hoy gracias a eso puedo ayudar a mucha gente, hago eventos solidarios y en lo que puedo nunca dudo en ayudar. "Explicó el artista.
El hecho violento ocurrido el 13 de junio del 2009 en el programa Pasión de Sábado que conducía Marcela Baños. De ahí en adelante, Pablo decidió adoptar su apodo como marca y utilizar todas las herramientas aprendidas en la licenciatura en marketing para potenciar su nombre y convertirlo en una marca perdurable en el tiempo. Así recuerda el ilusionista esos momentos: “Pese a lo malo del momento, traté de ver y buscar el lado positivo, aprovechar que el tema era cadena nacional. A la semana fui a ShowMatch y cuando Marcelo Tinelli me ve, pregunta: ‘¿Ese que está ahí es el Mago sin dientes?’. Yo por dentro sentí que lo acababa de instalar como marca. Ahí nació el Mago sin dientes. Al otro día fui a Marcas y Patentes y lo registré para empezar a posicionarlo. Entonces empiezo a darle fisonomía al personaje para que fuera mediático, popular, torpe, antihéroe, algo que no existía en la magia Argentina, porque todos se querían parecer a David Copperfield, no a un zopenco. Y empecé a meterme en todos lados, clásicos River-Boca, elecciones, fiestas del Martín Fierro, de revistas del corazón, siempre vestido igual porque separo la vida pública de la privada. Nunca tengo entradas para ingresar a eventos como los Martin Fierro, pero por una cosa o por otra logro entrar. Busco estrategias y lo logro. Soy muy perseverante y se usarlo a mi favor.” Describió Cabaleiro sobre el modus operandi de ser figurita repetida, para promocionarse.
“A penas Ricky Maravilla me bajo el diente y Tinelli me empezó a nombrar en televisión como ‘El Mago sin Dientes’, lo registre en marcas y patentes y empecé a buscar estrategias para promocionarme, como lo haría con cualquier cliente que me contratara para que lo asesorara en estrategia de marketing. Hoy por hoy soy mi propio agente de marketing de mi propia empresa. Mi primera acción fue una estrategia de comunicación en carteles. Fui a la tribuna de Marcelo Tinelli y, como jugaba al fútbol Argentina, hice una cartulina que decía: ‘Bamos Argentina’ con ‘B’ larga. Cuando lo vio Marcelo empezó a gastarme y me dio 20 minutos de su programa cargándome. Una publicidad que jamás hubiese podido pagar. Al otro día fue salir a la calle y que todos me gastaran diciendo: ‘¿Cómo vas a poner vamos con B larga?’ Me convertí en un torpe, un anti héroe, pero logré mi cometido. Me conoció el país.” Aseguró Pablo Cabaleiro, revelando su estrategia.
Con Ricky Maravilla con el paso del tiempo terminó llevándose muy bien después de aquella agresión que cambió tu vida y así lo cuenta: “Con Ricky esta todo más que bien. Al principio no, pero cuando me enteré de que Ricky era padrino del Hospital Ricardo Gutiérrez, le dije que los Días de la Infancia lo iba a acompañar siempre haciendo shows ahí. Y ahí nació nuestra amistad. La solidaridad nos unió. Ricky es un hombre que nunca se niega a estos eventos y ayudar. Eso nos unió. Además logré verle el lado positivo. Si no fuese por esa trompada hoy no estaría acá.
Pablo Cabaleiro nació en Buenos Aires, el 19 de septiembre de 1981. Desde su nacimiento hasta la actualidad vive en Avellaneda, en la misma casa que transcurrió su infancia. Sus aventuras con el ilusionismo comenzaron una Navidad cuando tenía apenas ocho años: “Fue por mi abuela Beatriz, que me regaló una cajita de magia cuando cumplí 8 años. Ahí empecé jugando y como me gustaba tanto, a los 10 años mis papás me mandaron a estudiar. A partir de entonces empecé a perfeccionarme leyendo libros, viendo videos, haciendo cursos... tengo mucho de autodidacta. Esa caja de magia aún la conservo. También la varita y el pañuelo con los que empecé a hacer mis primeros trucos de magia. Mi abuela nunca pensó que ese regalo marcaría mi vida y mi profesión. Recuerdo que me fascinó y enseguida me puse a hacer trucos para la familia. A partir de ahí empecé a hacer mi pequeño show a todos y hasta en cumpleaños de mis compañeritos, Días del Niño, Reyes. Para esas fechas solo pedía de regalo algo que tuviera que ver con otro juego, libros o un video o DVD de magia para seguir aprendiendo. Lo tomé como un gran hobby y a la vez como mi juguete preferido.” Aseguró Pablo, relatando cómo llegó la magia a tu vida.
Siguiendo con el relato de su vida, el ilusionista narró: “Estudié en el Colegio San Martín de Avellaneda, el mismo al que concurrió Jorge Lanata. Yo nací en capital, pero desde ese momento me llevaron a Avellaneda y esta es mi ciudad. Mis primeras actuaciones con más público, fueron en los actos del colegio; desde chiquito mi apodo era Mago. A los diez años empecé a competir en torneos juveniles, intercolegiales, representaba a la escuela y al partido. Llegué a viajar a Mar del Plata a los doce años. Y enseguida pude debutar en televisión con mi ídolo, Carlitos Balá en el viejo ATC (hoy TV Pública). Recuerdo el día anterior a ir al programa a mi mamá cociéndome un chaleco para usar ese día. Yo no tenía ropa de mago. Fui con ese chaleco plateado, una camisa blanca, un moño gris (que también me hizo mamá) y el pantalón gris del colegio. Era fanático, lo miraba por tele cuando llegaba a casa del primario y estar junto él; fue cumplir el primer sueño de mi vida. El sueño de estar en la tele, conocer a Carlitos, y estar haciendo lo que a mí me gustaba que era la magia. Al otro día de haber estado en el programa, llegué al colegio y era el ídolo de toda la escuela. Había solo cuatro programas de aire y a Carlitos lo veía el país. Ahí empezó todo. Me marcó un antes y un después, porque ahí empezó una carrera que comenzó como un hobby y después, fue tanta mi pasión, que terminó siendo una profesión. Luego de estar con él empecé a visitar otros programas y a competir en más torneos.”
“Antes que mi abuela me regalara la caja de magia, yo insistía siempre con ir a la casa de una vecina, porque el hijo tenía un juego de magia. Por eso a ella se le ocurrió regalármelo. Le pregunto a la vecina, porque no era un juego que se conseguía en cualquier lado porque tenía treinta juegos de magia, lo consiguió y para navidad me lo regaló. Esa misma noche deslumbré a mi familia haciendo trucos, porque ya algunos conocían por ir a la casa de mi vecino. Ya desde muy chico cuando con mis amigos íbamos a jugar al futbol, yo llevaba un mazo de cartas o buscaba una pelotita para hacerles algún truco. En mi infancia era muy vergonzoso y la magia me daba la oportunidad de acercarme a la gente y tener una forma de comunicación. Me convertí en el mago del colegio y del barrio, en un mes me invitaban a 25 cumpleaños, no porque fueran de mi grado, sino porque quería que les fuera a hacer magia. El ser hijo único tiene su pro y su contra. Los pro es que viven para vos y pensando en vos. ¿Sus contras? Es que están muy pendientes de vos, te cuidan mucho, quizás demasiado. El no tener hermanos quizás hizo que empezara con la magia. Tenía mucho tiempo en casa para jugar solo. Quizás por eso elegí una profesión que es muy unipersonal. Mis padres no tenían nada que ver con el rubro. Mi papá trabajó muchos años como comerciante de una empresa de artículos para el hogar y luego de eso, como somos descendientes de españoles, para la embajada de España en la parte administrativa en el consulado acá en Argentina. Mi mamá ama de casa. Trabajó antes que yo naciera, después se dedicó totalmente a mi crianza. Hoy que mi papá ya no está, los dos nos aferramos mucho el uno al otro. Es muy activa y está en actividad junto a la colectividad española; pertenece a una comisión directiva y el que ella este tan activa a mí me da mucha felicidad.” Continuó Cabaleiro.
Pablo explica que, en sus años de secundaria, sus padres querían que estudiara una carrera universitaria, ya que veían a su pasión por la magia simplemente como un divertimento, no como una posibilidad de ganarse la vida en el futuro. Y entonces las penitencias si no estudiaba o no se portaba bien consistían en que sus cajas de magia quedaban por unos días bajo llave. Y así lo recuerda: “El que me castigaran negándome mis juegos de magia, era lo que más me dolía, entonces trataba de cumplir con todo. En ese entonces no había escuelas de magia, pero a los diez años pude estudiar con un profesor, el Mago Charly, que daba clases en la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Avellaneda. Después me convertí en autodidacta, gracias a que iba coleccionando libros y videos para seguir capacitándome aún más.”
Cuando terminó la secundaria, para contentar a sus padres, hizo la carrera universitaria tan requerida por ellos: “Cuando terminé el colegio hice la Licenciatura en Marketing para complacer a mis viejos porque querían que el nene tuviera un título. Pensé que me podía servir para lo artístico. A mi familia le gustaba que haga magia porque me veían feliz, pero a la vez querían que estudiara una carrera de grado. Así fue como me anoté en Marketing, me recibí de licenciado en la Universidad Kennedy .Cuando termino, un compañero mío era Center Manager, es decir, gerente general de un shopping muy conocido, Alto Avellaneda, y me llevó como gerente de marketing. Tenía veintipico de años, hacía mi trabajo en el centro comercial y le agregaba shows de magia porque había que generar atractivos para la gente. Por mis dos actividades tuve la oportunidad de viajar al exterior para seguir capacitándome. En México asistí a Congresos de Magia para perfeccionarme. Después me fui a hacer un master en neuromarketing a España. La magia es neuromarketing puro. Un mago es un creador de ilusiones y te vende algo que es intangible y que no se puede ver. También estudie en Italia, porque quería poner mi propia escuela de ilusionismo en mi querida Avellaneda, que tengo hace quince años para chicos, adolescentes y adultos. Ahí aproveché para hacer un master en Madrid de marcas e imágenes. Y justo cuando vuelvo de España pasa lo de la piña de Ricky Maravilla y lo que te conté cuando Tinelli me bautiza como ‘El Mago sin dientes’ en su programa que hacía picos de rating. Yo trataba de perfeccionarme, estudiaba teatro con Esteban Mellino y aprendí mucho de su personaje, el Licenciado Lambetain. El Mago sin dientes tiene cosas de él, también de Tandarica, Los Tres Chiflados y Mr. Been. Trato de conjugar todo para mi personaje”.
Si bien Pablo comenta que él fue armando la estrategia para crecer en su labor artística, también reconoce que lo sorprendió cómo fue creciendo su popularidad: “Estuve en 500 programas de Tinelli -por siete años ininterrumpidos- ahí paradito; al final, terminé siendo su amigo. Gracias a esa exposición logré posicionarme. También me tengo que aguantar que muchas veces digan, ‘ahí va el bol… de El Mago sin dientes’. Yo lo disfruto porque genero eso, quiere decir que hago bien el personaje antihéroe que me propuse. Siempre Marcelo me preguntaba cuál era mi sueño. Yo le decía que era bailar en la pista de ShowMatch, y lo pude lograr. Fui a acompañar a Violeta Lo Re en su sueño solidario para Brian. Y ahí me vuelve a consultar cuál sería el próximo. ‘Almorzar con Mirtha Legrand’, le contesté. Lo mismo me preguntó días después Mariano Iúdica, quien llamó al aire a Mirtha, se lo dijo y me invitó. Ya sentado en su mesa, la señora Legrand quiso saber cuál era mi próximo deseo. Y le contesté: ‘Que el Papa Francisco bendiga mi galera’. Algo que también pude hacer realidad.” Aseguró el artista que su próximo sueño es hacer un show de magia en Las Vegas donde están los mejores magos del mundo. Asegurando: “A la gente le digo siempre que nada es imposible.”
Entre sus logros y propuestas recibidas, se encuentra el haber sido tentado para participar en política: “Si me llamaron. La propuesta fue cierta. Me llamó alguien muy importante de Juntos por el Cambio para que me candidateara a diputado. Le dije que no, porque para ocupar un cargo público hay que dedicarle el 100 por ciento. Le aclaré que no estaban buscando a Pablo Cabaleiro, sino a El Mago sin dientes, para llegar al público popular. Tal vez porque hace falta una cara que llegue a esa gente dentro del partido, pero no pienso mezclar lo político con el personaje, eso lo tengo muy claro.” Aseguró.
Pablo es soltero y aún vive en su casa de Avellaneda junto a su madre, Alicia: “Me encanta vivir en Avellaneda, vivir en el mismo barrio de siempre. Disfruto que los mismos vecinos que venían a mis primeros shows en el garaje de casa cuando tenía 12 años hoy me sigan tocando el timbre para pedirme que les haga algún truco o que vaya al cumpleaños de algún familiar y a mí me gusta ser solidario con las personas que me bancaron al principio. Es andar por todo el país, pero después volverme a mi mundo. En Avellaneda tengo mi escuela de magia y eso fue lo que comencé a soñar cuando mi abuela me regalo la primer caja de magia.” Cerró el ilusionista más mediático de los últimos tiempos, sin dudas, un ejemplo de pasión, perseverancia y de que con esfuerzo todo sueño es posible. Un hombre solidario que hoy mostró la persona detrás del personaje.