Rolando Serrano nació en Salta el 8 de abril de 1955. Tuvo una infancia difícil, donde aprendió a superar varios obstáculos en su vida, como la violencia doméstica, latigazos, hambre, vivir en la calle y así cuenta su propia historia: "Nací en Guachipas, un pueblito de Salta cerca de Cafallate, de unos 300 habitantes. Mi papá era jefe de correos. Él se casó con mi mamá cuando era muy jovencita. Ahí comenzaron los problemas. Tenía unos tíos terroríficos que a mi mamá le hicieron la vida imposible, hasta que lograron quitarle los hijos. La echaron de Salta. Eran tremendos, nos castigaban y usaban como criados. Fueron años durísimos. Me maltrataron mucho estos tíos con los que viví. Me ataban para pegarme con un látigo. Eso me convirtió en un rebelde. A los trece años rompí una botella y le dije a mi tío que estaba con el látigo en la mano: 'Si vos me pegás yo te mato, y mirá que vos dormís la siesta y yo no'. Desde ese momento no tuve más un plato en la mesa. Me dejaban encerrado en el baño. y mi vida fue cada día peor en ese lugar." Relato con tristeza el actor. Continuando con su historia, el actor recordó: "Ahí decidí irme. No tenía donde. Viví desde los 13 años en la calle, hasta comí cartón para que se me pasara el hambre, pero nunca robe. Había aprendido la cultura del trabajo de mi papá, en los pocos años que estuve con él. Era jefe de correo, tipo importante en los pueblos, pero en casa hacía carpintería, herrería, y me enseñaba. Eso me enseñó a rebuscármela. Estuve viviendo en la calle hasta casi los 15. Hubo momentos en que realmente tenía hambre y ni un pedazo de pan para llevarme a la boca tenía. Comía cartón para que se callara la panza. Después empecé a hacer changas. Te veía a vos bajar las bolsas de un auto del mercado y decía: ‘Señora, ¿la ayudo con las bolsas?’; y por ahí la señora decía: ‘Sí hijo, dale’. La ayudaba y me ganaba un paquete de galletas. En la calle supe tomar el camino correcto y me encontré con muchos ángeles. Muchas personas que me ayudaron en la vida, me abrieron sus puertas. Gente que me aconsejaba bien, que me quería bien. Estoy eternamente agradecido a muchos: a mi viejo que me aconsejaba bien, a la gente que me recibía, a la gente que me ayudó… Hice una lista de la gente que me ayudó en toda mi vida. En Córdoba, por ejemplo, tengo muchísima gente, porque yo salí de Salta a hacer el Servicio Militar y me quedé en Córdoba” “En la calle supe tomar el camino correcto y me encontré con muchos ángeles. Muchas personas que me ayudaron en la vida, me abrieron sus puertas. Gente que me aconsejaba bien, que me quería bien. Estoy eternamente agradecido: a mi viejo que me aconsejaba bien, a la gente que me recibía, a la gente que me ayudó… Eso me ayudó a perdonar, a no tener resentimientos, a poder mirar para adelante y ser feliz con lo que me tocó vivir. Cuando era bebe a mis hermanos le dijeron que mi madre había muerto y yo crecí creyéndolo. A los 15 años mi padre me dijo que estaba viva, la busque, pero no pude encontrarla. Mi mamá por miedo al rechazo no nos buscó. Tenía miedo que estuviéramos enojados con ella. Nada más lejano. Agradezco infinitamente a la vida el haber podido reencontrarnos y empezar de cero." Relató el actor “En Córdoba, donde hice la colimba, me cambió a mí la vida y me abrió la cabeza. Empecé a militar desde la colimba. No sabía nada, era un hippie, ni siquiera había terminado el secundario. Llego a la colimba y empiezo a ver cosas, como por ejemplo el traslado de presos, gente que tenían detenida clandestinamente en el cuartel. Y claro: ‘¿Por qué? ¿Qué pasa? ¿Por qué sucede eso?’. Tuve compañeros desaparecidos de cuartel: ‘¿Y esto? Desaparece gente, están matando…’. ‘¡¿Cómo?! ¡¿Por qué?!’. ‘Y… no sé, porque piensan distinto’. Ahí me empezó a salir nuevamente la rebeldía. Había dos compañeros míos que eran militantes comunistas, y yo dije: ‘Quiero ayudar’. Me afilié a la Federación Comunista, porque los comunistas decían que teníamos que ser todos iguales, tener las mismas oportunidades para todo el mundo. Y empecé a leer. En la colimba terminé el secundario, ellos me hicieron estudiar. Salí de ahí y empecé a estudiar Abogacía.” Rememoró el actor. Volviendo a su historia familiar, el Roly recordó: “Yo no la sabía del todo qué había pasado con mi mamá, con mi papá, por qué nos separaron, qué fue… A mí me dijeron que mi mamá había muerto. Yo me crié así hasta los 15 años, cuando me reencuentro con mi papá, y me dice que no, que no había muerto, que un tío decía que había muerto pero que en realidad vivía, pero no sabía dónde. Ahí la empecé a buscar, pero no pude encontrarla. Después me relajé y empecé a armar mi vida con una tremenda imposibilidad, porque el miedo a las pérdidas hacía que no me aferrara a nada. Nunca juzgué a mi madre. Después me enteré que fue la vida que ella pudo hacer. Fue muy tremendo lo que vivió. Una historia dificilísima. Luego supe que el único que sabía su historia era el papá de mis hermanos (su nuevo marido), que antes que él muriera le contó que tuvo una vida anterior con tres hijos que nunca había podido volverlos a ver. Mi mamá por miedo al rechazo no nos buscó." Y llegó el día que Roly conoció a su madre:”Cuando la conocí, dije: ‘¡Yo no sufrí nada! Esta mujer sí que sufrió…’ Desde ese lugar es que empecé a decir: ‘Quiero que entiendas que no tengo nada en contra tuyo, al contrario, quisiera que vivas lo mejor, lo poco que nos queda de acá en adelante en contra de todo lo que sufrimos los dos. No es que vos me hiciste sufrir a mí, nos hicieron, nos tocó esa. Y ahora vamos para adelante. A partir de ahí disfruté de una gorda divina que me llamaba siempre y me daba la bendición cada vez que iba a hacer o armar algo. Y una nueva familia con hermanas y sobrinos que nos queremos mucho. Tengo dos hermanas. Éramos tres de un matrimonio anterior; ahora tengo otros tres, un varón y dos mujeres. Y nos llevamos muy bien, nos queremos mucho. Fue mi hermana, la más chica de todas, la que más luchó por encontrarme y me buscó. Un día mi mamá estaba mirando televisión y se puso muy mal ‘¿Qué pasa mamá?’, le dijo. Y mi mamá por primera vez le contestó: ‘Ese señor es hermano de ustedes…’ Un día voy a trabajar, estaba haciendo ART en El Ateneo, llego y me dicen: ‘Te busca una señorita’ Y aparece una hermosa mujer y me dice: ‘Hola, quiero hablarte de Marcela’ Se me heló la columna. A todo esto yo no tenía una sola imagen de mi mamá. Y le digo: ‘¿Vos sos hermana mía?’ ‘Sí’, me dice. E inmediatamente nos pusimos a llorar. Después vino todo lo hermoso...” Concluyó el actor.
Roly Serrano: “Amo a la vida más que a nada”
El reconocido actor, quien supo construirse desde los orígenes más humildes y el más profundo desamor, realizó un profundo recorrido en Íntimamente con Alejandra Rubio por su dura historia y como a pesar de haber tenido una vida difícil no guarda rencor y ama la vida: “Tuve una infancia difícil. Viví en la calle pero, pese a eso, pude construir una vida feliz. Pasé hambre y hasta llegué a comer cartón para calmarlo. Nunca mendigué o pedí. En esa época, intentaba ayudar o hacer changas por unas monedas o un plato de comida. No guardo resentimiento de lo que me tocó vivir. El haber sabido perdonar me cambio la vida. De muy niño tuve que aprender a perdonar, dar vuelta la página y seguir adelante. Amo la vida más que a nada. Hasta en los peores momentos siempre le vi su lado bueno. Hoy agradezco poder estar acá y el inmenso cariño de la gente. Las cadenas de oración por mi salud me llegaron hasta el alma.” Aseguró el actor agradeciendo el cariño del público después del accidente por el que estuvo 9 meses internado.
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