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Viernes, 08 Septiembre 2023 16:18

"De Doña Rosa a Mabel, la evolución"

Volvé a escuchar el comentario editorial de Cristina Pérez en Cristina Sin Vueltas

Como pasa con los buenos estereotipos, hay un momento en que la verdadera historia deja de ser importante y lo que cuenta es, que en un nombre se sintetiza a alguien que representa a muchos.

¿Quién era, -por ejemplo-, Doña Rosa? Esa que popularizó Bernardo Neustadt, para referirse a la típica ama de casa argentina de clase media que vivía en carne propia los avatares de la economía.

Cuenta el periodista Enrique Llamas de Madariaga en su libro Serás Periodista, que Doña Rosa era una señora que tenía una mercería al lado del viejo Canal 11, y que un día alguien le recomendó al doctor Mario Socolinsky, que se dirigiera a Doña Rosa cuando hablara a cámara. Refiere que pasaba por ahí Neustadt -que también tenía un programa en el canal- y que le gustó tanto la idea que comenzó a usarla en sus comentarios.

Si uno le pregunta al propio Gustavo Yankelevich, él desconoce esta historia, y perjura que, para él, Doña Rosa siempre fue un personaje imaginario para lograr una comunicación efectiva con la audiencia.

Curiosamente, en épocas más tardías de su carrera, cuando ya no salía al aire el descomunal Tiempo Nuevo, Neustadt habría tenido la idea de darle vida a la legendaria Doña Rosa en una versión noventista. Y según cuenta la propia elegida fue la única que le puso voz a aquel arquetipo de los 80 que ya padecía la inflación. La nueva Doña Rosa seguía hablando de los precios del super pero también de muchas cosas más. Una vez, por radio, Neustadt llegó a pedirle que cuente cómo le sacaba los piojos a los chicos.

A su existencia la reveló en Crónica TV, el periodista de espectáculo Lio Pecoraro, y lo más simpático es que el nombre verdadero de aquélla Doña Rosa de los 90, era... Mabel

La azaroza coincidencia une a aquella Doña Rosa con el nuevo estereotipo de Mabel, la ama de casa de edad adulta, que sufre y conoce con experiencia las peripecias de la realidad argentina.

¿De dónde surgió Mabel? Mabel ya era una habitante presente en las redacciones donde más de un periodista escuchó a un jefe pedirle que hable para Mabel. Mabel de Quilmes, Mabel de Caballito o Mabel de Boedo. La Mabel de Neustadt era de hecho una Mabel de Quilmes y quizás hoy hasta él hubiera preferido llamarla por su verdadero nombre.

A la nueva Mabel, que ya tenía una existencia figurada pero un tanto indefinida, le dio vida en radio, el humorista Ariel Tarico durante el pase radial para el programa de Nelson Castro. Cuenta Ariel, que se inspiró en los mensajes que llegaban a la radio, o sea que Mabel es básicamente una oyente de Radio Rivadavia. También encontró a sus Mabeles en los videos de las marchas del Sí Se Puede y por eso Mabel es un sujeto político activo que no teme marchar para protestar, y de hecho cuando él la personifica ella siempre responde megáfono en mano y la acompaña un ruidoso repiqueteo de cacerolas.

Mabel lidera una nutrida columna de Mabeles, que defienden la República y son profundamente antikirchneristas.

Su personaje de Mabel generó inmediatamente una fuerte ola de identificación, de tal manera, que surgieron cuentas de Instagram y grupos de Mabeles Unidas, no sólo en Argentina sino también en Uruguay. Pronto, el personaje sumaba una Mabel uruguaya que es vehemente partidaria del Presidente Lacalle Pou y hasta una Mabel de Córdoba que expresaba las vicisitudes de esa provincia en la tonada característica.

La popularidad de Mabel hasta fue registrada por una aguda tuitera anti k, cuyo usuario dejó de llamarse Pajarita a secas, para ser Mabel Pajarita.

A diario, todos comenzamos a encontrar a Mabel, en los mensajes de oyentes que inspiraron a Ariel Tarico, pero además decidimos hacer un ejercicio periodístico para testear al arquetipo, y tratar de unir la creación del personaje con mujeres de la realidad.

Si bien para ser una Mabel auténtica no hacía falta llamarse Mabel, decidimos buscar a oyentes de la radio que en efecto se llamaran Mabel para escuchar y encontrar a Mabeles auténticas de la vida real.

Podríamos decir que a diferencia de Doña Rosa cuya creación, imaginaria o inspirada en la señora de la mercería-, era en su origen un vehículo retórico para el lenguaje directo de la televisión, Mabel como la Doña Rosa tardía de Neustadt que se llamaba Mabel, es una oyente de radio y una mujer de la vida real, muy comprometida con defender la republica contra el populismo y sin pelos en la lengua.

“Usted doña Rosa piense, hable, hágase oir, no se siente en la butaca, súbase al escenario", solía decir Neustadt.

Mabel lo hizo, y como sucesora de Doña Rosa es la nueva protagonista no sólo del imaginario sino de la mismísima y difícil realidad argentina. Gracias Mabel por existir.