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Lunes, 24 Julio 2023 14:37

Moneda y palabra devaluadas

Reviví el comentario editorial de Cristina Pérez en Cristina Sin Vueltas.

Cualquiera, con simple sentido común, o con el master en crisis que da ser argentino, sabía que la presión sobre el dólar la semana pasada, hablaba por sí sola. La desesperación y el ridículo de un gobierno embustero se sintetizó en mandar a la Policia Federal a meter miedo a la city porteña mientras el dólar blue denunciaba a gritos la fragilidad de las cosas.

El acuerdo con el Fondo que desde hace meses dicen que llega en horas pero sigue sin llegar suma otro capítulo a su serie de suspenso. Al memos hay tres tuits del Fondo Monetario, en su cuenta en español, donde se informa que se han acordado con Argentina los objetivos y parámetros que serán la base de un entendimiento que se espera finalizar en los próximos días pero que luego deberá ser revisado por el directorio.  

Parece difícil que los tiempos burocráticos normales del organismo permitan que esa revisión y el eventual desembolso ocurra antes del 31 de Julio cuando Argentina debe pagar 2700 millones de dólares o para el 1 de Agosto cuando hay que desembolsar otros 830 millones de intereses.

Queda claro, que esta vez, el organismo pidió ver antes de pagar. Sin el acuerdo cerrado, los argentinos amanecieron este lunes con la noticia de una devaluación selectiva en una maraña de 11 tipos de cambio distintos.

Es curioso, porque no usan la palabra devaluación, pero agregan el impuesto PAIS al dólar ahorro que ahora pasa a tener el precio del dólar tarjeta, y como es el único que consiguen un número limitado de 900 mil argentinos en un monto limitado de 150 dólares, lo obvio es que si ese dólar vale más pesos, entonces el peso vale menos y por lo tanto hay una devaluación. Pero el gobierno cree que con llamarle de otra manera la devaluación no existe y que por ende nos puede tomar a todos por estúpidos. Allá ellos.

Si uno entra a la cuenta de Twitter del ministro de Economía Sergio Massa, lo primero que leerá es que es abogado y no economista, y luego en sus más recientes posteos no encontrará nada sobre el acuerdo con el Fondo. Si el que consulta no es argentino, se sorprenderá al verlo vestido de poncho festejando el record de asistentes en la fiesta del poncho, o sacándose selfies en La Matanza a ritmo de cumbia, o con slogans como: “Defender a la industria nacional es defender a la Patria”, o “Defender a los trabajadores es defender el salario”, mientras industria y salario están para abajo.

Claramente no es compatible que el ministro que tiene que acordar reducción del déficit fiscal sea el mismo que debe desparramar promesas como candidato presidencial para obtener votos y con esta perspectiva es obvio que se dificulte el desembolso de fondos frescos antes de las elecciones. La forma que encontró el organismo, de resolver la incompatibilidad, de que un acuerdo no quede en medio de la campaña, fue llevar a Argentina al límite de las fechas, en una política de pan y agua, hasta que al menos se transiten las primarias.

El gobierno dirá que no aflojó con una devaluación, pero todos sabemos que aflojó y ahí deberían explicar por qué no sinceraron las cosas antes considerando que todo el tiempo de incertidumbre y discursos de barricada tuvo como consecuencia, de todas maneras, el incremento del blue y todas las distorsiones que castigan la economía cuando no se tiene la menor certeza de lo que va a pasar.

Por otro lado, cómo queda la palabra del ministro que anunciaba que el acuerdo salía en horas, cuando las horas fueron meses y todavía estamos a la espera. Qué difícil creerle lo que prometa como presidente. Y no es todo. Antes se las había pasado diciendo que no quería ser candidato a presidente cuando al final ocurrió todo lo contrario por lo tanto es obvio que también mentía cuando desmentía.

Su palabra parece más devaluada aún que el peso. Pero ellos le llaman a ese rosario de falsedades: hacer política. Será que hacer política es también pasárselas despotricando contra el Fondo para luego arreglar tarde y mal, total todas las demoras las pagan los argentinos porque la incertidumbre no es gratis.

El presidente de la Nación dio una entrevista en Bruselas donde unos pocos segundos alcanzan para abarcar las desmesuras que el gobierno ya no puede ocultar. Con cara de terror dice Alberto Fernandez: Estamos seguros de que tenemos un extraordinario candidato que es Sergio Massa”. Cualquier le hubiera dicho, avísele a su cara, señor, porque puso cara de miedo o preocupación para decir que el tipo es extraordinario. Pero ni hablar cuando la periodista repregunta: “¿un extraordinario candidato con 115% de inflación?”. Y él intenta contestar que no, y directamente no puede.  

 

Un día de estos, nos dicen “Arriba las manos esto es un asalto”, y nos va a parecer normal.

¿Cómo anda el blue, después de las noticias? Arrancó subiendo, bien gracias.

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