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Jueves, 21 Septiembre 2023 15:47

"El espectáculo de la irresponsabilidad"

Volvé a escuchar el comentario editorial de Cristina Pérez en Cristina Sin Vueltas

No importa el futuro. Si la necesitas ahora, para salir de joda, rifate la comida de tus hijos. Esta sería una forma de describir qué es un populismo obsceno e inmoral. Ese perverso espectáculo de irresponsabilidad es el que se ve en todas las salas de un gobierno desesperado y que lleva la firma y el sello de Cristina Kirchner, con su última máscara, la de Sergio Massa.

La baja de Ganancias que beneficia a 800 mil trabajadores de altos salarios y perjudica a 47 millones de argentinos es sólo el último capítulo de un raid de asaltos a las arcas del estado usadas promiscuamente para hacer campaña. En esta Argentina no se puede predecir casi nada, pero de algo no hay dudas: si se baja un impuesto, a costa de más emisión y sin bajar ningún gasto, se pagará carísimo con inflación. Y no es que sea un chispazo de inflación en meses venideros: la chispa estalla hoy en una pradera seca donde el incendio ya arrecia.

Los argentinos, ven, cómo el gobierno revienta lo que queda y lo que no, para intentar dar vuelta una elección en la que quedó tercero, y aunque los Planes Platita no sean infalibles sino inflamables, como pasó en las elecciones de 2021. También pueden preguntarle a Jorge Capitanich.

Están rifando la comida de tus hijos. La sociedad es como la víctima ya resignada que ve que el ladrón se lleva lo suyo y no puede hacer nada.

Y al último numerito se sumó Javier Milei, como si borrara con el codo sus sonoras declaraciones de no bajar impuestos sin bajar gastos, que giran por el éter virtual como uno de los hits en su playlist de buenas intenciones. “Esto iría a precios y prendería fuego a todo el oficialismo. Vamos todavía. Más rápido los vamos a sacar”, se sinceró desde su banca Javier Milei

Los Nerones jugando con fuego en una Argentina en carne viva.

Se ha hablado mucho en estos días de un pacto entre Milei y Massa. El propio Mauricio Macri lo sugirió. El gobierno lo negó. Hoy, Patricia Bullrich, relativizó esa posibilidad, pero diciendo algo más grave: que cuando el peronismo ve algo que pueda competirle, lo compra, lo mete adentro. Donde Macri ve un pacto, Bullrich ve una abducción.

Entre los indicios de una sociedad, lo más firme son las listas de Milei pobladas de massistas, y que el libertario jamás lo critica mientras se encarniza contra Juntos por el Cambio.

Lo que se vio anoche en el debate de vicepresidentes es que el kirchnerismo y los libertarios se eligen como rivales. Son el rival que le conviene al otro. Massa y Milei tienen menos chances si van frente a Bullrich en una segunda vuelta. Por eso eligen hacerle el vacío. A Juntos por el Cambio le queda la difícil tarea de entrar por el medio en un juego de extremos y extremistas, y apuestan a demostrar que las propuestas de Milei son inaplicables.

En un mes clavado estaremos en veda y será sábado. Faltarán horas para votar. Cómo procesará la sociedad la nueva información sigue siendo un misterio insondable. La inflación de dos dígitos, el índice de pobreza que se conocerá en días, el efecto de los debates presidenciales por venir, los coqueteos de Milei con Massa, los reacomodamientos en Juntos por el Cambio, o la humareda del Plan Platita. Según el analista de consumo Guillermo Olivetto, en las Paso, la gente comenzó a decidir 25 días antes y muchos decidieron ese mismo día. Quien diga hoy que sabe lo que va a pasar, miente, aseguró. Mientras tanto, vivimos como si no hubiera un después. Y ya sabemos cómo termina esa película del género de catástrofe.