Ayer una bicicleta se convirtió en el símbolo de la parábola decadente del populismo. Con las calles convertidas en ríos, la cronista de TN Paula Bernini encontró a un vecino saliendo ofuscado de su casa, y atestiguó la triste conclusión.
El hombre dueño de un kiosko, afectado por las inundaciones desde hace semanas, arrojaba al caudal una bicicleta regalada por la municipalidad de Avellaneda que se volvía totalmente inútil en esas calles anegadas pero que además era el símbolo de las soluciones de fondo que brillan por su ausencia.
Una vez más el temporal dejó al desnudo la desidia de años y cómo, los que aparecen cuando buscan votos, desaparecen cuando los vecinos quedan finalmente solos en la lucha contra el agua. Ferraresi, es Jorge Ferraresi, intendente kirchnerista de Avellaneda que no fue el único punto con inconvenientes.
En Quilmes, la camporista Mayra Mendoza salió a culpar a la crisis climática y al gobierno de Milei por la falta de financiamiento para obras.
La funcionaria va por su segundo mandato. El gobierno de Milei al que culpa por la falta de obras para evitar las inundaciones lleva tres meses. El problema de la falta de infraestructura es de larga data y el abandono queda al desnudo en diversos puntos del conurbano con cualquier lluvia.
Curiosamente durante su campaña para ser reelecta, lo que prometía Mayra Mendoza, era repartir bicicletas…
Difícilmente hayan servido para algo las bicicletas de Mayra Mendoza en estas horas en que las calles se volvieron intransitables. Ni pensar en jugar en las plazas o en los parques. Cuando baje el agua, una bicicleta oxidada, será la triste moraleja del populismo que necesita tanto a los pobres que los multiplica y los hace clientes de sus migajas para ganar cada elección.
Por fin parece quedar al descubierto el truco: todo lo barato que termina saliendo muy caro. Los vecinos ya no quieren bicicletas, quieren soluciones.
