Fueron casi tres semanas de introspección. Para muchos, ese silencio era signo de una piña tan fuerte que la candidata había quedado tambaleante por el triunfo de Javier Milei en las PASO a pesar de haber vencido a Horacio Rodriguez Larreta.
Hoy Patricia Bullrich mostró que, además del impacto, había sido un silencio de metamorfosis. De reinventarse para un escenario que cambió el juego y la dejó con la difícil misión de ocupar el centro luego de haber ganado su propia interna más cerca del extremo.
Lo que la candidata llamó un cambio “humanista” con las personas en el centro de las decisiones económicas es el upgrade a su propuesta dura de Orden, frente al caos, sumando la consistencia económica que le reclamaban con la figura de Carlos Melconián y el plan de la Fundación Mediterránea. Una oferta económica que combina el ajuste inevitable con el sostén para que nadie se caiga en palabras de Bullrich, que no por eso dejó de prometer el ajuste de la política. Firme pero humanista podría ser la síntesis con la que sale a encarar un escenario que le cambió las preguntas.
Bullrich mantiene la matriz de orden pero también busca encarnar a todo el espectro de Juntos por el Cambio, sin dejar de ser ella misma. Algunos decían que, paradójicamente, debía parecerse un poco más a Horacio para contener al centro en esta fase de la campaña. Ella abrevó más en el discurso de Elisa Carrió con su vertiente humanista, y en las nostalgias de una Argentina de meritocracia y trabajo versus una Argentina de privilegios y control del estado.
La mayoría de los analistas había remarcado el desperfilamiento al que la había arrojado el triunfo de Milei que parecía haberse adueñado de la idea de cambio. El discurso de hoy muestra que ella inició la impostergable reinvención para liderar a todo el espectro de centro, que, entre el populismo kirchnerista de Massa y el neomenemismo de Milei parecía haber quedado huérfano. La reinvención de Bullrich apunta al aspiracional de clase media que identifica a la mayoría de los argentinos. Esos argentinos que lloran cada vez que los encuentra según la candidata.
En economía la ambición cauta de ser un país mejor, según Carlos Melconián, aparece como una meta prudente ante lo lapidario de un presente inviable.
La construcción de este nuevo perfil de Patricia, no tendrá ensayos, será la propia campaña, en la que el propio Milei ya puso silenciador a su motosierra. Se verá quién interpreta mejor a los votantes luego de una Paso en la que, ahora se sabe, nadie pasó el 30% de los votos.
