Con la campaña al galope, una forma de analizar su dinámica podría ser tomar los cruces personales que comienzan a volverse frenéticos. En esas conversaciones tácticas y de choque se puede visualizar con quien intenta polarizar cada quien en función del electorado al que apunta. En las últimas horas Sergio Massa buscó polarizar con Patricia Bullrich y Cristina Kirchner buscó traer de regreso a la escena a Mauricio Macri. Como cuando Macri quería asustar con el cuco de Cristina pensando que con eso la gente olvidaría la crisis. Cristina debería recordar que la gente nunca olvida la crisis porque la vive día a día. Y la que gobierna es ella.
Otra forma de analizar el arranque de la campaña cuando estamos a un mes de la veda antes de las PASO, son los matices negativos de cada mensaje electoral.
En el caso de Sergio Massa, el ministro de economía se está encontrando con un par de sábanas cortas que lo complican y mucho. Para que lo vote el electorado kirchnerista tiene que camuflarse de cumpa a tal punto que en su nueva andanza camaleónica termina perdiendo el atractivo para los votantes de centro. En su campaña dicen que eso se modificará luego de las PASO. Pero la sobreactuación sólo desnuda su ansiedad ante un mundo k que no lo siente como propio. El otro problema que tiene es que necesita arreglar con el Fondo pero quiere patearlo lo más posible porque eso vuelve a restarle votos con el núcleo duro y encima, en estas debilidades suyas se hace fuerte Juan Grabois.
A Horacio Rodriguez Larreta lo traiciona su ambigüedad. Por un lado, busca mostrarse duro y no tibio, pero por el otro defiende aquellas conferencias con el Presidente y el Gobernador Kicillof durante la pandemia que sólo le depararon traiciones. Encima son el ejemplo perfecto de cómo al que dialoga el peronismo no le paga con la misma moneda. De hecho en ese caso terminaron quitándole coparticipación. Todo esto lo vuelve a enfrentar con una contradicción: le cuesta menos chocar con su propio espacio que con los de afuera.
En el caso de Patricia Bullrich su primer spot dejó una pregunta: ¿qué quiere decir salir a defender al gobierno en la calle? Si es mantener el orden con todo el poder del estado es una cosa. Si es salir a marchar como durante la pandemia es otra. Pero para el electorado moderado al que ella también necesita hablarle queda el temor de una idea de confrontación que observan como un exceso y hasta les da temor. Es un tema que la candidata debería explicar.
Por lo demás para cerrar me permito utilizar un gráfico muy interesante que me explicó una vez el politólogo Luis Tonelli para analizar los pilares de legitimidad de un gobierno. Pensemos en un triángulo con tres vértices que son Libertad, Orden y Justicia Social. El radicalismo siempre se identificó con unir Libertad y Justicia Social. El peronismo solía unir Orden y Justicia Social, con menos libertad, y un estado más intervencionista. La verdad que hoy hacen agua en las dos cosas. Y luego aparece un esquema más liberal y/o conservador que combina la idea de Orden y Libertad, es decir menos intervención del estado pero más autoridad. ¿Qué elegiría usted? Libertad y Justicia Social, Orden y Justicia Social, u Orden y Libertad.
Tal vez sea útil observar el punto de partida: estamos en un ciclo donde la intervención del estado es tal, que no sólo asfixia las fuerzas productivas con impuestos, regulaciones y cepos, sino que su asistencialismo no saca a nadie de la pobreza y termina siendo funcional a ella. A todo este combo se suma una anomia o falta de normas que se ha vuelto insoportable. ¿Cuál es la salida que buscará la sociedad ante este desaguisado? Esa es la gran pregunta.
