El gobierno comienza una semana de múltiples frentes redoblando la apuesta. El veto total al aumento de las jubilaciones implica un alto costo político pero también subir aún más la tensión con el Congreso que prepara su propia ofensiva para insistir con la ley ya que fue sancionada con dos tercios de los votos. Pero necesitarían de nuevo esa mayoría calificada. ¿Qué cambió desde entonces? Que Milei obtuvo el apoyo de Mauricio Macri para el veto de la medida y podría contar con los votos del Pro aunque eso no alcanzaría. Por eso desde el jueves pasado, al tiempo que se preparaba para la firma el veto total, -que se conoció hoy en el Boletín Oficial- comenzaron negociaciones febriles para romper los dos tercios mediante diversas gestiones, sobre todo con los gobernadores acuciados por sus propias necesidades fiscales.
Pero nada es tan simple. El Congreso puede apelar a diferentes estrategias en medio de este choque total. Se podría decir que esta colisión se gestó desde el primer día entre Milei y un Congreso que no le responde, pero la impericia y el desorden del gobierno en sus gestiones en el parlamento lo dejó a tiro de una peligrosa mayoria calificada que le propinó su peor semana.
Nadie puede estar en desacuerdo con un aumento a los jubilados y la oposición unificada se lanzó con una medida que goza de apoyo popular, pero lo hizo sin especificar de dónde saldrían los fondos para la suba. El decreto de veto afirma de hecho que, “el proyecto de ley sancionado por el HONORABLE CONGRESO DE LA NACIÓN es manifiestamente violatorio del marco jurídico vigente en tanto no contempla el impacto fiscal de la medida ni tampoco determina la fuente de su financiamiento". En la redacción no sólo deja abierta la puerta para una judicialización sino que agrega el impacto fiscal. Para entender la magnitud del choque hay que recordar que el leit motiv del gobierno libertario es que el equilibrio fiscal es innegociable. La ley del Congreso choca con lo que a juicio del gobierno es innegociable. El choque de poderes se da en una variable gravitacional del gobierno que se jacta de haber realizado el mayor ajuste de la historia, pero que en términos parlamentarios es el más débil en la historia. Por eso, la tensión entre poderes, normal en toda democracia, se eleva al extremo y en un contexto donde la economía aún bracea para salir de la recesión y mantener la inflación a raya.
Entonces, poder cumplir con la ley significa más deuda o más emisión como también lo afirma el decreto que directamente le endilga a la medida la ruptura del equilibrio fiscal lograda hasta ahora. En términos de costos, el aumento que plantea la ley del congreso sería de casi lo mismo e incluso un poco más que el ahorro realizado este año con el ajuste.
¿Qué puede esperarse ahora? Si la oposición no tuviera los dos tercios podría buscar otras alternativas como rechazar el decreto de movilidad jubilatoria o una nueva ley para la que requeriría mayoría simple. Todo esto no ocurriría en forma aislada sino en medio de varias negociaciones en curso sobre todo en el Senado donde además pueden completar el rechazo del DNU por los fondos reservados para la SIDE, donde siguen las conversaciones reservadas por las designaciones de jueces de la Corte, y donde el gobierno encima, espera obtener la sanción de la Boleta Única. De manera tal que la Cámara Alta es un verdadero campo minado.
Es curioso porque el Presidente obtuvo el apoyo de Macri y no negó que se avance en la conformación de un interbloque pero en la designación de jueces depende de Cristina. Hoy, el kirchnerismo volvió a dejar claro que no votarían a Ariel Lijo si no hay ampliación de la Corte. Ese habría sido el pedido de Macri, con lo cual, eso complicaría las chances del polémico juez Ariel Lijo a quien el presidente volvió a defender en estas horas. Si bien, en los últimos días, la llegada de Lijo a la Corte empezó a entrar en un cono de sombras, tanto el juez federal como su principal promotor, el Juez de la Corte Ricardo Lorenzetti, se manifestaron confiados de obtener los votos según afirmaron en distintos encuentros. El dictamen de Lijo que ya corría en el Senado se había empantanado con apenas tres de nueve firmas necesarias y había generado abierta rebeldía en el bloque de la UCR, donde, los que parecían a favor, ahora se niegan a votar algo que sólo le reporte ganancias al bloque de Unión por la Patria.
Milei, entre Macri y Cristina en la negociación por la Corte, y ante la opinión publica en el tema jubilaciones, decidió otorgar un bono extraordinario previsional de 70 mil pesos para las jubilaciones mínimas, de manera de amortiguar el impacto social del veto.
Para entender lo que significa el agravamiento de la tensión con el congreso, hay que pensar que estamos en las puertas de la negociación por el presupuesto del año que viene y cuando ya comienzan los aprestos para el año electoral. La oposición se endurece en el Congreso y el gobierno espera que las mejoras en la economía empiecen a notarse para fortalecer su único salvavidas, en medio de la tensión institucional: mantener o subir la popularidad que sigue sosteniendo al gobierno de Javier Milei. Sin dudas es el momento más crítico en términos de gobernabilidad, y ya generó replanteos en el modelo de gestión. A Milei le espera por lo menos un año con el Congreso en contra. Requerirá mucha política, viento a favor en la economía, y ganar las elecciones el año que viene para poder llevar adelante sus planes con mayor oxígeno.