San Luis, Chaco, San Juan, y ahora Santa Fe. Corre frío por la espalda en el peronismo. El cambio de signo político en las elecciones provinciales de distritos que les eran propios va haciendo emerger un mapa que los aterra de cara a las presidenciales. Y Santa Fe no era una provincia más en esa carrera anticipada que se da por los desdoblamientos electorales que son otro signo de lo mal que la veían venir los gobernadores que buscaron despegarse de la suerte nacional.
Santa Fe es una provincia peronista desde el 83. Tuvo el interregno de tres mandatos socialistas, pero hay que volver hasta 1963, donde el archivo se vuelve sepia, para encontrar un mandatario radical con Aldo Tessio y Arturo Illia en la presidencia.
Ni el candidato más votado, ni el tercio. El postulante del peronismo que más votos obtuvo no llegó ni por asomo a ser el candidato más votado, pero peor aún, no llega solo ni al 20% de los votos. El candidato de La Cámpora obtuvo un marginal 4% y el espacio en total no logra ni el famoso tercio. El precipicio por el que cayó el peronismo desde el 41% de los votos en 2019 desciende 14 puntos desde entonces. Pero hay un conteo peor todavía: la diferencia que le lleva la coalición opositora hoy es de 35 puntos. Perdieron por goleada. La victoria en Santa Fe hace soñar a Juntos por el Cambio con una victoria en primera vuelta.
Es cierto, la interna también debe analizarse con resonancias en la pelea entre Horacio Rodriguez Larreta y Patricia Bullrich. Al festejo se lo llevó el jefe de gobierno porteño que dio su apoyo a Maximiliano Pullaro, quien construyó su candidatura con fuerte anclaje territorial. La ex ministra de Seguridad había jugado fuerte con Carolina Losada, cara nueva en la política y vencedora en 2021. Santa Fe eligió al postulante más cercano a Larreta, pero que también es un ex ministro de Seguridad. Que haya ganado en la provincia un ex ministro de Seguridad es un grito sobre las prioridades. Los votantes valoraron más que en su mandato hayan caído detenidos Los Monos que las denuncias de complicidad narco de la senadora Losada.
158 homicidios en lo que va del año, comisarias y escuelas cerradas por el avance narco. El desafio de desandar la fase parasitaria del narcotráfico que amenaza más y más a Rosario con sumirse bajo las garras del narcoestado. La bandera de Los Monos impune y desafiante en el partido de despedida de Maxi Rodríguez describe la amenaza al futuro y el desafio por venir.
Pero hay un evento que conviene no olvidar en la ruina peronista de Santa Fe que anticipan estas PASO. Esa provincia, corazón de la pampa húmeda y motor del campo, fue la que vio el primer avance expropiador del gobierno kirchnerista con el caso de Vicentin. Esa avanzada, con matriz kirchnerista y diseño personal de Cristina Kirchner, no sólo tuvo por objeto doblegar la autonomía de Alberto Fernandez que aún cosechaba altos números de imagen positiva durante la pandemia. También buscaba un modelo para infiltrar el único negocio que no pudo cooptar ni someter, excepto por las abusivas retenciones: el del campo. Si entraban en Vicentin, entraban en el campo, que como pilar de la actividad económica resiste el avance K sobre la actividad privada desde antes del 2008.
La derrota en Santa Fe es también un triunfo de la Argentina productiva.
