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Viernes, 13 Octubre 2023 14:44

"Viernes 13"

Volvé a escuchar la editoral de Cristina Pérez en Cristina Sin Vueltas

Desde alguna galaxia extraña el Viceministro de Economía Gabriel Rubinstein, mantiene fijado un posteo de hace 24 horas donde asegura increíblemente que se consolida la baja del ritmo mensual de inflación, y que la suba de precios acumulada en las últimas cuatro semanas fue del 7,5%.

¿Estará con Alf en el planeta Melmac diciendo “No hay problema”?

A Rubinstein lo desmintió el propio Indec, con casi el doble de su porcentaje de inflación, e informando una suba del índice de precios de 12,7%: un récord que no se veía desde febrero de 1991 en la salida de la hiper.

Seamos sinceros: la única ancla para la economía que tiene el gobierno parece ser el feriado. Todo lo demás, incluidos los operativos bolivarianos en la city porteña, son muestras de haber perdido el control. Puede decirse en un juego de palabras: cuando la única respuesta es incrementar los controles es que ya no tenés ningún control. Se les fue de las manos la economía y se nota. La capacidad de controlar desde la coerción los comportamientos económicos es desmentida por toda una economía que se rige por el dólar blue y en la que la cotización oficial es una ficción de segunda categoría. El gobierno no sólo ha perdido toda autoridad por su impericia porque el que se prueba equivocado y persiste en equivocarse sólo puede llamarse estúpido. También perdieron la autoridad en el tobogán de un decadente autoritarismo que llega a niveles payasescos con las amenazas de Sergio Massa de meter gente en cana.

Si hubiera sido un buen ministro de economía no tendría que ser un vociferante comisario.

La verdad, es que si tuvieran que buscar un culpable para este incendio del peso deberían mandarse whatsapps entre ellos. Es cierto que el populismo es rígido en sus manuales, pero el mega Plan Platita, a la velocidad que vuelan los precios, fue un tiro en el pie y el truco se les volvió un boomerang.

Donde contrasta esta torpeza o digamos todo, este desfalco, es en la protección de sus últimas corruptelas deschavadas. Hoy ordenaron la detención de Julio Rigau más conocido como Chocolate. Parece que estaba bien avisado porque no lo encontraron en su casa. Y a pesar de la resonante orden de captura hay gente menesterosa haciendo todo para que el celular de Chocolate no hable antes de las elecciones.

Pero además ya están aplicando la cámara lenta al proceso contra uno de los favoritos de Cristina Kirchner, el lúdico Martin Insaurralde. Preocupa en estas horas a la fiscalía que investiga el escándalo del yate la lentitud del Juzgado en llevar adelante medidas que deberían haberse producido con urgencia. Mientras en la fiscalía usan todos los instrumentos legales del Ministerio Público para avanzar, temen que, por influencias políticas, busquen anestesiar la causa. Hoy hay una pulseada entre la energía que le impulsa al caso el fiscal Sergio Mola y la morosidad del Juez Federal Ernesto Kreplak. ¿Por qué el fiscal dispone las medidas del secreto de sumario y el juez no las hace? Misterios del realismo mágico del conurbano o el ansiado control judicial K, que va por más.

¿A quién se le puede ocurrir que en este momento del país la prioridad pasa por el nombramiento de jueces? A Cristina. Ya lo planea para después de las elecciones.

El caso Insaurralde es un ejemplo de por qué. Los jueces que hoy desalientan las investigaciones a Insaurralde o Chocolate le responden políticamente al kirchnerismo. Esa es la desesperación. Y eso muestra que temen el llano, aunque repartan encuestas que milagrosamente los muestran en buena performance al tiempo que todo es desgracia para los argentinos.

No les extrañe, en este contexto, que sigan negando hasta lo más evidente. Que por caso salga Rubinstein y desde su planeta haga un posteo donde diga que en vez 13 hoy es 7, como hizo con la inflación. Aunque ya nadie pueda negar el calendario, y que este, es un verdadero viernes 13 luego de una semana de terror.