Nicolás Sosa será uno de los 38 investigadores del INTA que estarán a disposición de los productores en ese formato virtual, y junto a Vanesa Pegoraro, también de la estación experimental Marcos Juárez, evacuarán dudas sobre una correcta gestión de residuos.
En los últimos años esta cuestión ganó espacio en la agenda del sector de la mano de una acelerada intensificación ganadera y también por el desarrollo del sector avícola y porcino. Pero a la par existe un creciente reclamo social respecto del cuidado del medio ambiente y de las poblaciones cercanas a los establecimientos rurales.
“Los residuos son recuperables y por correcta gestión puede transformar un problema en un insumo estratégico. La gestión de efluentes debe ser uno de los pilares de la producción junto con genética, manejo, sanidad. Hoy el balance es muy positivo ante correcta gestión de los mismos”, explicó el ingeniero del Inta.
Sosa explicó que esos efluentes que antes eran un problema pueden aportar abono para los campos de origen biológico y también transformarse en energía a través de biodigestores. Se trata de impulsar en cada establecimiento los conceptos de la economía circular, donde lo que sale retorna al sistema generando beneficios ambientales y reduciendo costos.
Sosa lo explicó de este modo: “Tenemos evaluada a una granja porcina de 500 madres genera volumen diario de 50 mil litros de efluentes y en base a su caracterización por el aporte de fósforo y nitrógeno podemos fertilizar anualmente 110 hectáreas”.
“Entonces, de acuerdo a la cantidad de maíz que necesita un criadero de 500 madres ciclo completo, cada 4 años podríamos estar fertilizando el 100% de la superficie agrícola que necesitan esas madres o el 25% de la superficie de maíz que requiere por año”, precisó.
Dijo que se trata de una reposición estratégica de nutrientes que complementa a los fertilizantes minerales. “No los podríamos reemplazar en 100%”, señaló el especialista.
Sosa se refirió a la necesidad de que los cambios en el sistema productivo sean acompañados por la legislación correspondiente. En tal sentido indicó que “el productor es consciente y tienen la necesidad y obligación de tratar efluentes, pero por otro lado hace falta aggionar la legislación a las condiciones actuales” de una producción cada vez más intensiva.