Otamendi se refirió en primer lugar a la campaña del cereal y explicó qué actitud debería tener el productor para cuidar su capital en un contexto económico y cambiario tan complicado. “El mercado está sostenido. En Chicago llegó a 235 dólares por tonelada, pero hay que mirar la cotización del Golfo de Méjico, que llegó a los 270 dólares. Esto significa que a Brasil el trigo llega a 330 dólares, sumando flete y arancel externo común. El trigo local llega 70 dólares más barato que el de Estados Unidos”.
El productor dijo que si la cosecha es de 16,8/16,5 millones de toneladas, como estiman las bolsas de cereales, unas 6,5 millones quedarían para el consumo interno y otras 10 millones de toneladas serían para la exportación, que ya compró la mitad de ese volumen. Lo que resta debería terminar el Brasil.