La sequía que se ha agravado en las últimas semanas. Junto a la incertidumbre económica -y sobre todo la cambiaria-, la escasez de lluvias podría impactar sobre esta tendencia y modificar las posibilidades de retención que tienen los criadores y también el comercio de hacienda en los próximos meses. Este escenario podría concretarse si las lluvias no aparecen en el momento y en la cantidad mínima necesaria.
Hoy las variables más importantes siguen siendo la seca, la demanda de China, el valor extraordinario de la cría, que gatilla un cambio de fase del ciclo ganadero, y un elemento más es si las bajas reserva del Banco Central terminará en una devaluación que reforzaría aún más esto de que el novillo de Argentina y de Brasil están bien abajo del precio de sus competidores, como Uruguay y Australia”, resumió Iriarte.