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Adriana Brodsky: "Me emociona el cariño del público, hasta me esperan en la puerta del teatro vestidos del Manosanta”
Sábado, 27 Julio 2024 22:56

Adriana Brodsky: "Me emociona el cariño del público, hasta me esperan en la puerta del teatro vestidos del Manosanta”

La querida actriz y comediante, símbolo sexual de los años 80 y recordada por todos como "La bebota" en el famoso sketch del “Manosanta” con el Negro Olmedo, habló en profundidad en Íntimamente con Alejandra Rubio sobre su vida, su difícil infancia, su adolescencia de trabajo por necesidad y como el destino le tenía deparado un futuro que jamás se atrevió a soñar: "Tuve una infancia dura y creí que la vida era eso, no tenía ninguna expectativa, pero un día todo cambió. Comencé a trabajar en este medio y el público me dio su cariño incondicional hasta hoy. Hasta me perdonaron que abandonara unos años mi carrera por apostar a la familia y a criar a mis hijos. Es realmente hermoso, yo no puedo explicarte el cariño de gente, es una locura. No puedo creer estar viviendo este presente, me esperan en la puerta del teatro hasta vestidos completamente del ‘Manosanta’… Es maravilloso sentir tanto afecto a 36 años del sketch con el Negro." Aseguró la Brodsky que actualmente está protagonizando “Toy Sin Plata” junto a Nito Artaza y Miguel Ángel Cherutti en el Teatro Astral en la calle Corrientes.

Adriana hoy está viviendo un hermoso presente, nunca le faltó trabajo, pero hoy está disfrutando de trabajar por primera vez en teatro junto a Nito Artaza y Miguel Ángel Cherutti, en el Teatro Astral en la Av. Corrientes 1639, con muchísimo éxito: “Estoy muy feliz. Nunca había trabajado con Nito y Con Miguel solo trabajamos en ‘La peluquería de Don Mateo’ cuando los dos recién comenzábamos. Fue algo muy loco. Los vi a los dos anunciando que iban a trabajar juntos en un programa de televisión y lo llamé a Nito para felicitarlo, porque estuvieron muy divertidos en la entrevista. De la nada le digo: “¡Nunca trabajamos juntos!¿Cuando voy a tener el honor de hacerlo? Y Nito me contesto: ’¡En esta obra!’. Yo pensé que era un chiste, pero me dijo que no y que me iba a llamar Giuliano Bacci, el productor de la obra. Justo estaban buscando a una figura para el el elenco y a las dos horas Giuliano me estaba llamando. Justo cuando vuelven a subirse al escenario para celebrar los 30 años desde la primera revista que hicieron juntos para hacer este music hall. ‘Toy sin plata’ es una gran producción que combina diversión, tango y folclore, está pensado para el público nacional e internacional. Con nosotros también está Tamara Bella, Romina Uhrig, Belén Di Giorgio, Flor Marcasoli, la cantante Flor Jhazz y, como broche de oro, el grupo Pampas Bravas que integran música y danza que son maravillosos. Hay mucho humor y nos divertimos muchísimo. Ninguna función es igual a otra, con Nito siempre la improvisación está a flor de piel. Es impresionante lo que se genera arriba del escenario. Con Miguel (Cherutti) hacemos un pequeño homenaje al sketch de ‘El Manosanta’ y el público explota con el recuerdo. Me pasan cosas tan lindas… Es el mismo teatro que estuve con Martin Bossi haciendo el sketch de ‘La Bebota’ pero, para mi sorpresa, me esperan en la puerta del teatro vestidos de manosanta para sacarse fotos. No puedo creerlo. Es hermoso.”

 
Pasaron 36 años y Adriana Brodsky sigue siendo “la bebota” de “El Manosanta”, el clásico sketch que protagonizaba con Alberto Olmedo en No toca botón. Olmedo fue un maestro para ella que dejó una huella imborrable en su vida y asegura que la iluminó tanto que después le llovió trabajo hasta nuestros días: "Era un loco lindo. Era genial y un gran compañero. Era nuestro jefe y no parecía. El iluminaba todo lo que tocaba. Era un amigo. Se ponía a la par de todos nosotros. Fue una de las personas más humildes y respetuosas que conocí. Le daba lugar a todos, a las mujeres y a los hombres que trabajaban con él. Fue una persona muy grandiosa humanamente y en este medio, en donde hay tanto ego. Ir a grabar era una fiesta. Era maravilloso trabajar con él y no nos podíamos dar el lujo de llegar un segundo tarde o no saber la letra o hacer algo que no correspondiera porque el Negro nos daba libertad y teníamos que entender el valor de estar en el programa más visto del país. Era siempre espontáneo. Fuera de cámara nos moríamos de risa, pese que en la vida real era muy serio. Cuando ocurrió la noticia de su muerte yo no estaba en Mar del Plata con él. Estaba en Villa Carlos Paz haciendo teatro con Moria Casan. No podía concebir que le hubiese sucedido eso a una persona que tenía todo el éxito y todo el amor. Porque no había una persona que no quisiera a Olmedo. Dejó una huella. Fue muy tremendo. Estábamos destruidos como todos.  El país estuvo de duelo. Nunca pensamos que podía pasar algo así y a mi aun me cuesta creer que no esté entre nosotros. Yo tengo el mejor de los recuerdos. En mi casa tengo las fotos de mis hijos, de Beatriz Salomón y del Negrito. Todos los días rezo por él y por Beatriz. Les hablo, les cuento mis cosas. ¡Parezco una loca! Jajaja. Es para hacer un sketch." Comentó la actriz.
 
Continuando con el relato, la actriz aseguró: “Después de la muerte del Negro, hice televisión con Jorge Porcel, un sketch en Las gatitas y los ratones de Porcel. Y ese verano también hice teatro con él en el Provincial de Mar del Plata, con Jorge Luz y Beatriz Salomón. Después tuve una propuesta de hacer un programa para chicos, El magimundo de Adriana. Siempre quise trabajar para chicos. Siento que el Negro me dejó un camino iluminado porque me apareció laburo de todos lados. Unos años después, cuando fui mamá, decidí dejar todo. Olmedo dejó algo increíble en mi vida. Un legado muy importante y jamás voy a dejar de agradecerle. Lo conocen todas las generaciones porque es cultura popular argentina. Era un ser tan iluminado, tan encantador. Era muy serio, muy tierno. Destilaba ternura y picardía, y las plasmaba en la actuación. Era realmente especial. Todavía sigue en el corazón de todos los argentinos.”
 
La actriz y comediante, Adriana Brodsky, nació en Buenos Aires un 22 de diciembre. Hija de Jaime Brodsky y de Lila, quienes se separaron cuando ella tenía apenas dos años, tuvo una dura Infancia. Conoció a su papá a los 12 años y sólo lo vio tres veces antes de su muerte. Empezó a trabajar, por necesidad a los 13 años. Por casualidad entro al mundo del espectáculo. Hizo una publicidad que fue censurada por la dictadura. Su sueño en la vida era formar una familia y bailar en el Colón. Pero la vida la sorprendió, le dio dos hermosos hijos y la convirtió en la “bebota” más famosa y querida del país. Así cuenta ella misma su historia: “Todos los recuerdos que tengo de mi infancia, son tristes. Mi mamá era muy estricta y no podía hablar ni preguntar nada. Nunca supe porque mi papá se fue cuando yo tenía 2 años, porque no tenía papá. Recién a los 12 años me reencontré con él. Lo recuerdo imponente, rubio, de ojos azules. Re buen mozo. Era relojero, cantante y boxeador. Cuando me empezaba a caer bien, a mis 17, se murió. Fumaba mucho y el cigarrillo se lo llevó. Mi hermano es solo un año más chico que yo y desde muy chiquitos tuvimos que estar solos porque mi mamá tenía que trabajar para mantenernos y no teníamos nadie que nos pudiera cuidar. Hasta el día de hoy somos muy unidos. Pasamos por muchas, no fue fácil. Mi mamá hacia lo que podía. Ella era maestra, actriz y secretaria de una inmobiliaria. Era una gran actriz que no tuvo suerte. Toda la suerte que le faltó a ella la tuve yo. Yo odiaba el teatro y la actuación porque nos robaba tiempo con mi madre y el destino hizo que la actuación sea mi profesión. Yo quería ser bailarina clásica. Lo intente, pero no había plata y no pude. Iba caminando, no comía y ni siquiera me alcanzaba para los libros o los útiles. No me dio el cuerpo. A los 13 años empecé a trabajar y tuve que dejar el colegio para ayudar en casa. La economía nuestra era un desastre y yo no podía estudiar. Requería mucho dinero: carpetas, hojas, libros, zapatillas de punta, zapatillas de media punta, la malla. Fueron muchas las carencias en esa época. No viví mi infancia, tuve muchas responsabilidades desde muy chica y tuve que vivir en el mundo de los adultos. No había una mamá que me cocinara, que me preguntara por la tarea y se sentara a hacerla conmigo. Mamá llegaba tarde, venía re loca por todos los quilombos que tenía en su trabajo y si me enseñaba algo, lo enseñaba mal. No tenía paciencia y tenía todo el cansancio del mundo."
 
Hacia finales de los años 70, un fotógrafo que trabajaba junto a Juanita Bullrich en su agencia de publicidad vio a Adriana bailando con una amiga y le preguntó si quería trabajar como modelo y ahí comenzó, sin saberlo, su carrera a la fama: “Me hicieron unas tomas y a la semana me encuentro con un póster gigante mío. Y ya tenía dos campañas para hacer. Re importantes: FIAT y Johnson & Johnson. Era como la elegida: donde iba enganchaba todo. Y me di cuenta de que con un trabajo yo ganaba lo que mamá ganaba en cuatro meses y ahí todo empezó. Después, porque me olvide mi book de fotos en un lugar, Carlos Bianchi, no el DT, sino el que era representante de artistas, me dijo que querrá representarme. Yo le dije que si y le insistió tanto a Gerardo Sofovich que me consiguió una entrevista. Gerardo que solo había aceptado para que no lo moleste más, apenas me vio, me dijo: ‘¿Vos sos la chica de la publicidad de Mantecol? ¡Estas contratada!’. Ahí empecé en La peluquería de Don Mateo y fue un éxito absoluto. Después hicimos teatro y no podíamos salir del teatro si no era con guardaespaldas y patrulleros. Una locura. Yo tenía 24 años, arranqué de golpe y fue muy fuerte. Tuve que tener los pies muy en la tierra para darme cuenta de qué estaba pasando. Tenía mucho trabajo, tanto que mi vida se abocaba solo a eso: teatro, televisión, teatro, desfiles, comerciales, actos de presencia. Por diez años trabajé de lunes a lunes. Estaba haciendo una temporada en Carlos Paz, viviendo en un hotel hasta que me ubicaran en una casa, cuando me llamó Hugo Sofovich. Me dio mucha emoción, pero mucha más emoción me dio lo que me dijo, que estaba terminando de escribir un sketch que se llamaba ‘El manosanta’ en el que yo iba a hacer una especie de bebota y que iba a ser el sketch del año. Fue el sketch de cuatro décadas. Es una constante que la gente todavía me hable de eso. Y así conocí a Alberto Olmedo personalmente. La primera impresión que tuve fue la de una persona sumamente seria y muy caballero. Estuve dos años con él porque yo me sumé con ese sketch cuando el programa ya estaba en el aire.”
 
En cuanto a la publicidad que la llevó a la fama y fue censurada por la dictadura, recordó: “Fue fabuloso. Duró dos días nada más y me cambio la vida. Todavía me dicen Hitachi que bien se te ve, jajaja. Era la publicidad de un televisor donde éramos cinco chicas en la playa. Jóvenes, lindas, en bikini. Teníamos lindos cuerpos. Y no sé qué pasó, no había nada sexual ni pornográfico, era sensual. Pero, como era en la época de la dictadura militar, la censuraron y la gente empezó a enfocarse en mi cola y todo explotó. Había ocho mil colas mejores que las mías. Pero fue conmigo. Fue como la lotería. Hay setecientas frutillas, sacá una. Bueno, sacaste la que sacaste. Ésta es la elegida. Eso sentí. No sentí que tenía una cola extraordinaria ni que era una súper mina. De chica era re fea. A los 13 hubo una metamorfosis y cambie. Igual, jamás imaginé que me iba a convertir en sex symbol y menos sex symbol con 1,57 metros. Mi sueño no era la fama. Siempre soñé con una familia bien constituida. Por eso, cuando conocí al padre de mis hijos, no me costó nada dejar mi carrera y la fama por formarla". Concluyó Brodsky.