La actriz y comediante, Adriana Brodsky, una de las más recordadas sex simbol, que trabajo en los programas más exitosos de nuestra Tv; tuvo una dura Infancia. Conoció a su papá a los 12 años y sólo lo vio tres veces antes de su muerte. Empezó a trabajar, por necesidad a los 13 años. Por casualidad entro al mundo del espectáculo. Hizo una publicidad que fue censurada por la dictadura. Su sueño en la vida era formar una familia y bailar en el Colón. Pero la vida la sorprendió, le dio dos hermosos hijos y la convirtió en la “bebota” más famosa y querida del país.
Abriendo su corazón aseguró: “Todos los recuerdos que tengo de mi infancia, son tristes. Mi mamá era muy estricta y no podía hablar ni preguntar nada. Nunca supe porque mi papá se fue cuando yo tenía 2 años, porque no tenía papá. Recién a los 12 me reencontré con él. Lo recuerdo imponente, rubio, de ojos azules. Re buen mozo. Era relojero, cantante y boxeador. Cuando me empezaba a caer bien, a mis 17, se murió".
Su mamá era maestra, actriz y secretaria de una inmobiliaria, desde los 13 años Adriana fue cadete, trabajó en una agencia de turismo, en un bazar y lavó cabezas en una peluquería. “Tuve que dejar el colegio para ayudar en casa. La economía nuestra era un desastre y yo no quería estudiar. En realidad no podía estudiar. Requería mucho dinero: carpetas, hojas, libros. Además, estudiaba danzas: tenía que tener zapatillas de punta, zapatillas de media punta, la malla. Al colegio iba y venía caminando porque no teníamos dinero. Fueron muchas las carencias en esa época".
“Mi infancia no la viví, entré en el mundo de los adultos de muy chica. No había una mamá que me cocinara, que me preguntara por la tarea y se sentara a hacerla conmigo. Mamá llegaba tarde, venía re loca por todos los quilombos que tenía en su trabajo y si me enseñaba algo, lo enseñaba mal. No tenía paciencia y tenía todo el cansancio del mundo. Ella era actriz y muy buena, pero nunca tuvo una oportunidad, por más que lo intento mucho y era muy disciplinada".
Hacia finales de los años 70, un fotógrafo que trabajaba junto a Juanita Bullrich en su agencia de publicidad vio a Adriana bailando con una amiga y le preguntó si quería trabajar como modelo. Hicieron unas tomas y a la semana “me encuentro con un póster gigante, mío. Y ya tenía dos campañas para hacer. Re importantes: FIAT y Johnson & Johnson. Era como la elegida: donde iba enganchaba todo. Y me dí cuenta de que con un trabajo yo ganaba lo que mamá ganaba en cuatro mesesy ahí todo empezó”.
En cuanto a la publicidad que la llevó a la fama y fue censurada por la dictadura, recordó:”Fue fabuloso. Duró dos días nada más y me cambio la vida. Todavía me dicen Hitachi que bien se te ve, jajaja. Era la publicidad de un televisor donde éramos cinco chicas en la playa. Jóvenes, lindas, en bikini. Teníamos lindos cuerpos. Y no sé qué pasó, no había nada sexual ni pornográfico, era sensual. Pero la censuraron y la gente empezó a enfocarse en mi cola y todo explotó. Había ocho mil colas mejores que las mías. Pero fue conmigo. Fue como la lotería. Hay setecientas frutillas, sacá una. Bueno, sacaste la que sacaste. Ésta es la elegida. Eso sentí. No sentí que tenía una cola extraordinaria ni que era una súper mina. De chica era re fea. A los 13 hubo una metamorfosis y cambie. Igual, jamás imaginé que me iba a convertir en sex symbol".
Su primera oportunidad como actriz fue haciendo de nena en La Peluquería de Don Mateo, de la mano de Gerardo Sofovich: “Cuando me llevaron a conocer a Gerardo yo no tenía idea quién era. Yo tenía mi mundo, no pensaba en querer ser actriz, ni famosa, y menos sex symbol con 1,57 metros. Mi sueño no era la fama. Siempre soñé con una familia bien constituida. Por eso, cuando conocí al padre de mis hijos, no me costó nada dejar mi carrera y la fama por formarla".
Pero antes de intentar esa familia conoció y trabajo con el gran Alberto Olmedo. Personificó a “La Bebota” en el mítico sketch de “El Manosanta” y llegó a lo más alto de su carrera.
Refiriéndose al cómico, Adriana Brodsky recordó: "Era un loco lindo. La intimidad con el Negro era genial. Era un buen compañero. Era nuestro jefe y no parecía. Era un amigo. Se ponía a la par de todos nosotros. Era siempre espontáneo. Fuera de cámara nos moríamos de risa. Cuando ocurrió la noticia de su muerte yo no estaba en Mar del Plata con él. Estaba en Villa Carlos Paz. El país estuvo de duelo. Nunca pensamos que podía pasar algo así", comentó la actriz.
En su mejor momento Adriana conoció a el Tata Yofre, Político, ex secretario de Inteligencia del Estado y embajador en Portugal y Panamá, con quien vivió una separación escandalosa, los momentos más duros de su vida y lo más importante, sus hijos. Refiriéndose a esos duros momentos, aseguró: "Son cosas que quedan bajo siete llaves. Nunca hablé de mis ex. Siempre en mi vida tuve que luchar sola y nunca tuve nadie que me proteja; al contrario, siempre tuve gente que me quiso pisar la cabeza. Pero de eso obtenés experiencia y mucha fortaleza. Todo lo oscuro y nefasto tiene que quedar de lado. Hay que pensar siempre en tus hijos, que te tienen que ver entera, con energía y feliz. Hay que guardarse la angustia y el corazón destrozado. Con ellos, tenés que ser la mejor actriz", contó conmovida.
"Hubo cosas que me dejaron una cicatriz, es mentira que el tiempo borra todo. Tengo muy presente a la gente que fue nefasta en mi vida", indicó en referencia al padre de sus hijos. "Mis hijos no saben lo que yo sufrí con su papá, no soy de tirar más leña al fuego. No les puedo llenar la cabeza. Ellos podrían haber tenido otra experiencia con él, pero hoy en día eligen no tener relación. Trate de ser neutral pero ellos se dan cuenta de todo. Yo solo sé que pasé por lo peor del mundo, para tener lo mejor de mi vida, que son mis hijos”, advirtió la mamá de Agustina y Javier, quienes ya son adultos.
En cuanto a los motivos por los cuales está sola, Brodsky reflexionó: "Será porque no hallé a la persona indicada. Siempre tuve malas experiencias en el amor, cada vez que termino una relación es como que florezco. Ahora estoy muy tranquila así"
"También depende de las ganas que tengas de sentir ese amor", explicó Brodsky.
"Hay momentos en los que tenés ganas porque es una prioridad en tu vida. Y otros no. Hoy me gustaría ser abuela. Si viene, viene; pero no busco el amor”.
Su vida y su historia completa, aquí en “Íntimamente” con Alejandra Rubio.