Alcides Miguel Berardo fue, junto a varios músicos, el creador de la gran Movida Tropical en Argentina. Su Gran éxito “Violeta” lo convirtió en uno de los cantantes más populares y reconocidos de los años 90. Su música traspasó las fronteras, conquistó toda Latinoamérica y España, donde al igual que en las canchas argentinas, aun hoy, tararean sus canciones.
Alcides Miguel Berardo Palacio, es su nombre completo y tal como figura en su DNI. Nació en Río Cuarto, Córdoba. Proviene de una familia de clase media que se dedicaba a la actividad agropecuaria: “Vivíamos en el campo con mi mamá, mi papá y mi hermano. Nos criamos prácticamente allí, aunque también teníamos una casa en Río Cuarto que íbamos esporádicamente. A los siete años comencé a tocar el acordeón y a los doce me recibí de profesor. Por esa época mi familia perdió casi todo lo que tenía, pasó un tornado y nos llevó todo. Nosotros teníamos fábrica de quesos, campos, camiones… teníamos toda una empresa. Nos llevó la fábrica de queso, parte de la casa, animales… quedamos muy mal. Para colmo después llegó una epidemia y muchas cosas feas. Mi papá decidió vender el campo y tuvimos que salir a vender todo el queso que había quedado. Ahí se desvirtuó todo. Yo, en un principio, pensaba ser ingeniero agrónomo, pero camionero no era lo que quería para mi vida y ahí decidí apostar todo a la música. A los 15 años y supe que esta iba a ser mi profesión, algo de arriba me decía: ‘Seguí por acá, este es tu camino.’ Muchos no creyeron, yo sí. Pase por feas, muy feas…Pero también pase por lindas y muy lindas. Hoy no me alcanzarían tres vidas para agradecerle a la gente todo lo que me han dado. Sé que no me equivoqué y soy inmensamente feliz. El mayor capital que gané fue el cariño del público, de la gente. El visitar los mismos lugares desde hace más de 40 años y que me sigan recibiendo con tanto cariño como siempre".
Rememorando su época escolar, el músico asegura: “En el colegio primario era el favorito. La música y tocar el acordeón me hizo actuar en todos los actos escolares y cumpleaños de la directora y las maestras. Yo tenía una agenda con todas las fechas, llegaba con el acordeón, pastelitos o empanadas y ese día era feriado en la escuela. Fui abanderado todos los años y el mimado del colegio. El secundario hice solo primer año. Pasé de ser el abanderado al más vago. De 13 materias, me llevé 9 (5 a diciembre y cuatro a marzo). En ese tiempo ya con las hormonas revueltas, me interesaban más las chicas que el estudio y, como ya actuaba, abandoné el colegio por la música y las mujeres".
Continuando con su relato cronológico, Alcides, asegura: “A los 12 años ya había empezado con un grupo que hice yo con mis amigos del barrio ‘Miguelito y su conjunto’, porque mi segundo nombre es Miguel. Después vino la onda tropical y ‘Miguelito y su conjunto’ quedaba viejo. Lo iban a vender a los bailes y le decían que no por el nombre. Mi representante les decía: ‘¡No es viejo, El cantante tiene 12 años!’, pero le insistían que sonaba viejo. Tenía que elegir otro nombre. Me hice una lista enorme, elegí ‘Los Playeros’ y fue un éxito.” “Cuando ya tenía 19 años, nos fuimos a San Luis y seguimos trabajando. -Continúa el cantante -. Voy a Buenos Aires a SADAIC para inscribirnos y me dijeron que había cinco agrupaciones que se llamaban igual. Ahí mismo me aconsejaron ponerle algo adelante para diferenciar al grupo y le puse ‘Alcides y Los Playeros’ y seguimos trabajando por 15 años más.” Enfatizó.
Y llegó el momento en que Alcides decidió seguir como solista. Abandonó la región cuyana y desafiando los consejos y advertencias de todos, partió a probar suerte en Buenos Aires: “No fue un tema de plata, ganábamos dinero de todos los colores, pero había perdido la motivación. En el 89 decido seguir como solista e irme a un lugar donde nadie me conociera. Me decían que estaba loco, que me iba a morir de hambre. ‘¿A qué vas a ir allá, si nadie te conoce?’. Y yo respondía: “Eso quiero, ir donde no me conoce nadie. Quería vivir una aventura distinta. Para mí, que venía del interior, llegar a Buenos Aires era como ir a Paris, impenetrable. No me resultó fácil. Al principio viajaba, iba, venía y no pasaba nada. Después me instalé en un hotel familiar, el ‘San Martin’, en Callao y Sarmiento y empecé a perseguir mi sueño. En ese tiempo iba con mi Coupe Fuego a promocionarme yo mismo. Donde veía una antena de radio me mandaba a llevar mi material. No siempre me atendían muy bien. Me recibían el disco, sí, pero muchas veces no me dejaban ni pasar. Hacía 15 o 17 radios por día. Tanto insistí que al final empecé a sonar en las FM tropicales".
En diciembre de ese mismo año vivió uno de los mejores recuerdos de su vida, logró el sueño que muchos le decían imposible, llegó con su música a la avenida Corrientes. Dio un concierto en el teatro Astros que marcaría el despegue de su carrera: “Llegué a Capital el 20 de enero del 89 y el jueves 27 de diciembre de ese mismo año me di el gusto, el lujo y la satisfacción de hacer teatro por primera vez en Buenos Aires. Ese fue el recuerdo más grande que me va a quedar en la vida. Tuve una gran discusión con mi representante y con la compañía discográfica, en ese tiempo hacer música popular en un teatro no daba, no querían. Pero yo, como cabeza dura, no quería bajar los brazos, quería hacerlo. Me decían: ‘No se puede, no va andar, no va a ir nadie y menos en medio de las fiestas de fin de año. Me puse fuerte y dije: ‘Se hace si o si y yo pongo la plata aunque este yo solo en el teatro’. Se hizo una marquesina de 8 metros y yo me pasaba horas en la vereda de enfrente mirándola, era el sueño del pibe hecho realidad. El sueño se completo el día del show cuando hicimos lleno total, fue un gran éxito y un momento que jamás voy a olvidar. A partir de ahí en la compañía discográfica tuve voz y voto".
Ya había popularizado el tema "Hay Negrita Mía", el éxito que cantaban todas las hinchadas y lo hizo famoso a nivel nacional. Luego llegó “Violeta” y lo convirtió en un artista internacional: “’Violeta’ iba a estar en mi primer disco, pero el productor no me la aceptó. Me dijo que estaba muy avanzada para lo que se estaba bailando acá. Era mucha salsa. No le dije nada y lo acepté, pero me quedé con mucha bronca y en mi primer álbum no apareció. ‘Violeta’ nació como una versión de una versión. El tema original se llama ‘Fricote’, fue compuesto por los brasileños Luiz Caldas y Paulinho Camafeu, y Caldas la grabó en portugués con ritmo de axé. Dos años después, Chayanne la tradujo —con la letra que suena hoy— y la llevó al terreno de la salsa. Sin embargo tenía un tempo más lento y era difícil de bailar. Yo escuché la versión que aparecía en el disco Chayanne 87 y quise grabarla. Me gustaba mucho la letra, pero el ritmo no coincidía con lo que bailaba en Argentina. Tenía que ponerle esa pimienta del baile nacional para que tuviera ese son de baile y alegría. La adapté y fue un gran éxito. ‘Violeta’ es la prueba de que muchas veces los productores no saben nada jajajaa”. Asegura el músico, entre risas, sobre el rechazo inicial.”
Cuando se publicó, “Violeta” fue un éxito inmediato en Argentina y empezó a traspasar fronteras. Así llegó Uruguay, Paraguay, Chile y México, e incluso aterrizó en España, donde la adoptaron los jugadores del Villarreal: “Los jugadores, lo agarraron como un talismán porque el equipo venía bastante atrás en la tabla. La cantaban antes de jugar y empezaron a ganar. No podía creerlo, cuando me contaban que en el Villarreal de España, los ídolos eran: Riquelme, Palermo y Alcides. En Argentina la canta, Boca, River, Independiente… Recuerdo el primer día que me llevó ‘El Abuelo’ a la Bombonera y la cancha entera cantaba mi tema, no podía creerlo, jamás hubiese pensado o soñado en mi vida algo así. La canción llegó hasta Inglaterra porque hay un equipo que se viste de violeta. Todavía hoy lo cantan en la cancha. Ya pasaron 30 años que grabé la canción, y me sigo sorprendiendo con la respuesta del público. Largó el tema y explota como si la hubiera grabado la semana pasada. Es emocionante e inexplicable, como el cariño de la gente.”
Las mujeres en la vida de Alcides son un capítulo aparte. Desde la época de sus inicios y su pre adolescencia hasta hoy, son su debilidad: “Oficialmente me casé una sola vez, me separé y después tuve diecisiete concubinatos. Soy separado 18 veces. Creo en el amor y no me rindo. Sigo creyendo en la mujer. Porque me haya ido mal, no quiere decir que sea así eternamente. Siempre aposté al amor. Si me enamoraba en gira, en cualquier lugar del país, ahí me quedaba".
Los hijos, son el único trago amargo en la vida del músico. Lo único que tiene para reclamarle a su profesión. Perderse el crecimiento, y no haber sido un padre presente, es un dolor del que no se recupera: “Por mi carrera, resigné ver crecer a mis hijos. Tengo cinco hijos. Del primer matrimonio tengo una hija que vive actualmente en Italia. Del tercero otra hija y del penúltimo (de la número diecisiete, para decirlo de alguna manera) tengo dos varones y una nena. Desgraciadamente todas las experiencias fueron feas. Del primer matrimonio, cuando yo me separé, la nena tenía 13 meses. De la tercera, no tenía dos años. Y de la 17 también eran muy chiquitos. La experiencia como padre no pude vivirla, no pude disfrutarla.”
Alcides es, sin dudas, una marca. Músico tropical, artista, hombre de la música desde siempre. Sobrevivió a las épocas buenas, malas y pésimas. Llegó a hacer 18 shows por fin de semana, ser una gran fuente de trabajo para muchos (34 personas trabajaban con él para que se luciera arriba del escenario) y brindar, hasta el día hoy, alegría a cada rincón del país donde lleva sus canciones: "Me siento orgulloso de que todavía se recuerde mi música, pero más contento me pone seguir trabajando, antes de la cuarentena tenía varios meses programado. La vida fue muy generosa conmigo y me dio mucho más de lo que yo esperaba. No tengo sueños pendientes, me faltan 3 hojas y ya tengo todos los laureles puestos. Si existe la reencarnación, ya estoy sacando numero de vuelta".
Su vida y su historia completa, en su propia voz, aquí en Íntimamente con Alejandra Rubio.