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Viernes, 23 Agosto 2024 14:04

"Alberto Fernández más cerca de la indagatoria y el procesamiento"

Volvé a escuchar el comentario editorial de Cristina Pérez en Cristina Sin Vueltas.

El fiscal supo desde el principio que la prueba era indubitable. María Cantero también lo sabía. Ante su propio celular, y sus propios mensajes, no podía negar lo innegable, o tapar el sol con la mano con interpretaciones rebuscadas, y tampoco quería hacerlo. Podría haberse negado a decir mucho más, para no caer en una situación que la llevara a auto-incriminarse, pero no lo hizo. “Dijo más de lo que esperaba el fiscal”, reconoció una alta fuente de la fiscalía.

Hubo un día en que María Cantero se sintió Fabiola: cuando ante el escándalo de los seguros, su propio jefe de hace 35 años -que más bien era su socio-, no titubeó en echarle la culpa a ella.

En medio de esta pinza de causas y expuesta al juramento de decir verdad, la mujer admitió que ese era su teléfono “de siempre” y que ahí habían llegado “los chats que salieron en todos los medios”. Esos que incluían las fotos del ojo morado y los moretones en los brazos. “Me sorprendieron muchísimo”, aseguró. Pero eso no atenuó lo que agregó luego: “Fabiola me dijo que recibía golpes periódicamente”, confirmó la mujer.

La violencia no estaba circunscripta a momentos específicos de esa semana que ella recordaba bien, en la que Fabiola le había referido una discusión sobre los mensajes que él le mandaba a su amiga Sofia Pacchi. Y no le costaba ubicar en el tiempo los chats porque era la semana en que había estallado el escándalo por la Fiesta de Olivos.

Cuando al fiscal Ramiro González le preguntaron insistentemente esta semana por el teléfono que Fabiola habría perdido, él contestó una y otra vez, que eso lo tenía sin cuidado porque él contaba con evidencia indubitable que provenía de otro celular. Era el celular de la secretaria que, confrontada ante el aparato y los mensajes agregó la pieza que faltaba para convertirlos en la evidencia irrefutable que puede llevar al ex presidente a un procesamiento por violencia de género con los agravantes de su cargo y jerarquía. Con la línea que va trazando el fiscal en la investigación todo conduce, para empezar, a un cercano pedido de indagatoria.

A sólo horas del testimonio de Cantero, la defensa de Yañez presentó otra foto y otro video donde la ex primera dama aparece aplicándose hielo en el ojo derecho visiblemente afectado por un golpe y de coloración morada oscura. El nuevo material junto con la declaración de la secretaria, calificada de fundamental por los investigadores, parece angostarle el camino a los testigos que siguen, entre ellos el intendente de Olivos y el médico de la Unidad Presidencial Federico Saavedra.

En una semana en la que el ex presidente inició una ofensiva legal contra Fabiola Yañez, el testimonio de Cantero complica su situación y rompe un pacto de lealtad o temor que puede generar un efecto dominó. En su momento la misma Cantero le había llegado a pedir a Yañez que no le contara a nadie que ella sabía de los golpes. Ahora, esa cobertura se terminó y en sede judicial.

Esta semana Fernández intentó victimizarse él por la circulación de los videos con Tamara Pettinato que están filmados en la Casa Rosada y en el emblemático sillón de Rivadavia que usan los presidentes. En defensa de Pettinato llegó a decir que “la violencia digital y mediática a la que es sometida se encuadra en el mismo contexto de violencia de género que la Sra Yañez me reprocha”, y que por eso pedía una medida cautelar ya que la ex primera dama, “no solo me está dañando sino también afectando a gente que nada tiene que ver produciendo una descontextualización de imágenes que sólo pretende humillarme y que muchos aprovechan para vender puntos de rating”. Aunque es una presentación judicial, el texto es curioso porque pide reconocer la violencia de género que sufre Pettinato pero considera un reproche la que refiere Yañez y se asume él como la víctima que es humillada. Aunque se entiende que la medida intenta ser precautoria ante la posibilidad de que se den a conocer nuevos videos que lo mostrarían en situaciones aún peores, vuelve a evidenciar su carácter negador, no sólo del daño producido por él sino de su responsabilidad por ser quien registró esos videos y terminó poniéndolos en poder de su hijo pequeño, a quien dice ahora querer proteger de lo público pero que claramente no protegió él mismo. Todo así de contradictorio y con el efecto de mostrar su ausencia total de arrepentimiento a pesar de los mensajes que le mandó a Yañez cuando buscaba evitar que lo denuncie donde le pedía perdón por todo el daño que sin querer le había causado. “Mi consejo es que hables lo menos posible”, le sugería con inocultable desesperación para que “no se volviera noticia” lo que ella le recriminaba. Esa era su preocupación y a cambio le prometía que siempre la iba a amar y la iba a cuidar. “Tenemos una responsabilidad compartida que se llama Francisco”, la condicionaba. Francisco fue su escudo entonces y lo es ahora en una estrategia judicial que sólo busca aplacar lo mediático pero que nada puede hacer en el plano penal.

Sobre Pettinato, la Policía Aeronáutica ya abrió un sumario para indagar sobre el supuesto trato VIP recibido por la mediática como beneficio por su vínculo con el entonces presidente.

“Sos fuerte, inteligente y hermosa. Y el sostén del hombre más importante”, le decía Cantero a Yañez para contenerla. Del hombre más importante sólo queda un esperpento que ahora se sabe no tuvo el más mínimo respeto por el más alto cargo de la nación. ¿Qué más faltará para que suspendan su jubilación de privilegio a la luz de tanta verguenza?