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Viernes, 09 Agosto 2024 13:06

"Asco"

Volvé a escuchar el comentario editorial de Cristina Pérez en Cristina Sin Vueltas.

-¿Cómo estás?-le pregunto a mi fuente.

-“Asqueado”- me responde.

La crónica política y judicial ha entrado de lleno en el terreno de lo repugnante.

Al perfil aberrante de un psicópata que ejercía la violencia física y mental sobre su mujer se su suma la disección final del abuso del poder presidencial durante la pandemia, en detrimento de todos los ciudadanos.

Los videos de flirteos del presidente, que en otra circunstancia podrían quedar reducidos a algún género vulgar, ocurrían en plena pandemia, y permiten descorrer el velo a lo que pasaba en la Casa Rosada o en la Quinta de Olivos cuando el mismo que confinaba a los argentinos o les impedía ver a sus parientes en agonía, violaba sus propias normas para recibir a mujeres, coquetear o tener sexo y filmarse en esas instancias.

Las entradas se remontan a los mismos meses en que eran noticia, Solange Muse, la chica enferma de cáncer a quien su papá no logró despedir en Córdoba, o Abigail, la nena de Santiago, también enferma de cáncer a quien su papá debió llevar en brazos por la negativas de las autoridades

La procedencia de los videos del presidente es la más inesperada. Un celular en desuso que habría quedado en poder del hijo que tuvo con Fabiola Yañez. Según las informaciones hay más material e involucra a otras mujeres del medio.

Había un presidente que hacía cadenas nacionales con mensajes dramáticos

Y había un presidente que detrás de escena, en pleno horario de trabajo, se dedicaba a citas indebidas por sus propias normativas que claramente no regían para él.

Para muchos argentinos esto revivió momentos terribles sufridos en pandemia. Como le ocurrió al periodista Joni Viale al perder a su padre.

Hoy, estos videos, son la prueba del abuso de poder más desvergonzado mientras se violaba los derechos constitucionales de los argentinos. El efecto de la publicación del material reinstala el clima social de indignación posterior a la revelación de la Fiesta de Olivos que ahora se inscribe en un guión de abusos de todo tipo.

La Casa Rosada o la Quinta de Olivos convertidas en casas de citas y videos, era el pliegue anterior de la violencia que el entonces presidente ejercía con su pareja Fabiola Yañez, según la denuncia que la ex primera dama ampliará en forma inminente.

La aparición de las fotos con un ojo morado y visibles lesiones en su brazo se conoció junto a conversaciones de chat que serían entre Yañez y Fernández.

El comportamiento psicopático de él queda reflejado en la negación del daño que producía para intentar, en cambio, ocupar el lugar de la víctima.

Ella le escribe: Venis golpeándome hace tres días seguidos.

El le responde: Me cuesta respirar. Por favor pará. Me siento muy mal.

Las fotografías son parte de la conversación de la pareja como si ella necesitara mostrarle lo que él le negaba sistemáticamente.

Ahora, la víctima decidió que todo el mundo sepa lo que él le negaba. La revelación del material que ya contaba en sede judicial prosigue al intento del ex presidente de desmentir sus denuncias mediante distintos voceros.

Qué puede pasar en las próximas horas. La abogada Mariana Gallego está partiendo a España para encontrarse con la denunciante y en sede judicial esperan la confirmación oficial de su designación. Al mismo tiempo, se espera que la investigación sea sorteada para otro juzgado, para no caer en una situación de nulidad ya que el Juez Ercolini ya investiga el escándalo de los seguros, que involucra a Fernández, y que sigue arrojando datos que comprometen a más funcionarios. Lo último tiene que ver con el entonces Ministro Katopodis que habría intercedido para que el bróker Martínez de Rosa, el esposo de la secretaria del presidente, acceda a un contrato por 7 millones de pesos.

Como los hechos denunciados por Yañez, ocurrieron en la Quinta de Olivos, la causa pasaría a un Juzgado Federal con jurisdicción en la zona pero mantendría el fiscal actuante, que es el doctor Carlos Rívolo. Aunque todo indica que la declaración de la víctima será más pronto que tarde, eso dependerá de los tiempos de ella como indica la manda.

¿Qué cargos pesarán sobre el ex presidente por violencia de género? Eso dependerá de la denuncia, pero cabe aclarar que a cada cargo le corresponde una pena y luego se acumulan. Si hay cuatro cargos con penas de dos años, acumulan ocho y así.

¿Puede ser detenido Alberto Fernández? Las causales de detención preventiva en este caso son dos. El riesgo de la víctima y que pueda intentar obstruir la investigación. En vistas de lo primero, el juez ordenó restricción, custodia y le prohibió salir del país a Fernández. En cuanto a lo segundo, la palabra de los investigadores fue tajante: Tenemos todo el material, no puede entorpecer nada.

En estas horas, el hermano del ex presidente se instaló en su departamento ante las versiones recurrentes sobre algún intento de tomar una decisión extrema.

Alberto Fernández fue el último presidente del kirchnerismo aunque hoy el propio espacio le haya soltado la mano.

En su mandato, la corrupción que caracterizó los gobiernos K, aparece expuesta también en lo personal: la falsedad entre lo que decía y hacía y la estafa política que eso implicaba. Fernández parece haber aprovechado la presidencia como una zona liberada para desarrollar un comportamiento predatorio y violento sin ningún respeto por el cargo que ocupaba y mucho menos por su mujer. La degradación material, el robo público, siempre está enraizado en una degradación moral, pero es raro que ésta quede expuesta. Lo normal es que esta se repliegue a los insondables escondrijos de la conciencia o quede sellada en los códigos de la omertá. La banalidad de registrar él mismo sus encuentros con mujeres es descriptiva de lo bajo del personaje.

La condena penal por violencia de género tendrá el ritmo de los tiempos judiciales, pero como reconocía una fuente hoy “política y moralmente esto está liquidado, no hay reset”.

El game over político, el default moral, como último eslabón de la corrupción cuando es total, cuando no queda límite por transgredir, al punto de que las pruebas aparecen en un celular que manipula su hijo pequeño.

En una nota posterior al escándalo por la fiesta de Olivos, la escritora Pola Oloixarac había llamado a Fernández, el Calígula Peroncho. El ex presidente sigue siendo por cierto, el presidente en uso de licencia, del Partido Justicialista.

Voy a insistir en algo que dije ayer en el pase con el doctor Nelson Castro: Deberían quitarle las jubilaciones de privilegio a presidentes y vice presidentes condenados. Y debería suspenderse el beneficio cuando se encuentren procesados. No se puede premiar de por vida con dineros públicos a quienes usaron el poder para delinquir. A menos que pretendamos institucionalizar el masoquismo de un país destruido por gobiernos de ladrones públicos y otras fechorías.